Habla el descubridor de Camarasa: "Siempre tuvo personalidad, yo me peleaba con él"

"Llamaba la atención desde chaval", dice Miguel Ángel Villafaina, que fichó al medio azul para el Levante

Camarasa, en un entrenamiento

Camarasa, en un entrenamiento / Real Oviedo

Xuan Fernández

Xuan Fernández

El 21 de enero del año pasado, Víctor Camarasa jugó los últimos seis minutos con el Betis en la victoria ante el Espanyol. Él no lo sabía, pero tardaría más de un año en volver a ponerse unas botas. Sus peores momentos. Hasta el pasado viernes, cuando Camarasa regresó.

Debutó con el Oviedo en la derrota ante el Cartagena (2-1) y lo que podría ser un estreno más adquiere especial significado teniendo en cuenta el historial del jugador valenciano, un medio de Primera División al que solo las lesiones frenaron una carrera con mucho que decir en la élite. "Fueron pocos minutos, pero tuvieron una carga de profundidad enorme. Es solo el primer paso para volver a ser lo que fue", explican desde el entorno del futbolista, un fichaje sobre la bocina del Oviedo en el mercado de invierno que llegó cobrando el mínimo para recuperar sensaciones.

Con Camarasa se juntó el hambre con las ganas de comer. El Oviedo adolecía de creación, el medio buscaba un equipo que le sedujese y el resto fue coser y cantar. El centrocampista priorizó un club con masa social, buena afición y aspiraciones. Por eso desoyó propuestas del fútbol extranjero, concretamente de Portugal y Holanda. Ahora falta saber si el físico le permite volver a coger la batuta de un equipo. En el Oviedo creen que sí, que necesita tiempo, pero que Camarasa funcionará.

Esta semana el Oviedo tiene seis entrenamientos hasta el partido del domingo ante el Albacete, la baja segura de Luismi y, como mínimo, las dudas de Mángel y Jimmy, que ayer no se entrenaron, con Camarasa como el único medio de la plantilla disponible para el próximo partido. Aunque sería precipitado que fuese titular, no puede descartarse nada teniendo en cuenta esa situación. Él tendrá paciencia después de todo lo pasado. Le cambió la vida. Tuvo momentos de bajón y aunque nunca llegó a pensar en dejarlo, sí que se replanteó todo. "Ha aprendido a respetar una cultura del trabajo brutal", según dice Miguel Ángel Villafaina, que fue la persona que fichó para el juvenil del Levante a Camarasa, después de formarse en la cantera del Valencia.

El técnico, que es secretario técnico en la cantera che, conoce al dedillo al centrocampista azul desde que brilló en aquel División de Honor que quedó campeón de Liga y semifinalista de Copa. "Llamaba la atención desde chaval y al Levante vino con un exceso de confianza positivo que le hizo despuntar pronto. Siempre jugó de doble pivote, con recorrido y llegada. Lo mejor de él es que asumía responsabilidades. Por eso Caparrós lo convocó para el primer equipo al poco de verlo". Camarasa fue moldeándose poco a poco como futbolista. "Yo tenía muchas peleas con él por asuntos tácticos, porque él tenía tendencia a buscar el balón sí o sí y se desesperaba si no participaba en el juego. Eso lo fue corrigiendo porque es muy receptivo y aprende de todo lo que ve", destaca Villafaina.

Su irrupción en el Levante fue muy sonada. Incluso se rumoreó por aquel entonces con que el Barcelona lo quería fichar. Fue la cultura del trabajo que dice Villafaina, lo que le ayudó a no rendirse cuando vinieron mal dadas: dos lesiones que "cambiaron su vida", según apuntan los que comparten día a día con Camarasa. "Cuando era juvenil ya tenía rutinas de profesional, referidas a la alimentación y al gimnasio. Ha trabajado mucho para recuperar su mejor versión y el Oviedo puede ser un sitio muy positivo para él", explica el que fuese su entrenador. Camarasa, un tipo tatuado, soltero, amante de la Fórmula 1 y del automovilismo (en su casa tiene varios simuladores) y de los deportes electrónicos, ya ha superado la primera prueba: del debut. Lo siguiente, a no mucho tardar, será ser titular.

Ánimos azules de los más pequeños

El Oviedo volvió ayer al trabajo en El Requexón tras la derrota ante el Cartagena y recibió los ánimos de jóvenes seguidores oviedistas que aprovecharon que no tenían que ir al colegio por la festividad del Carnaval para acudir a El Requexón y ver de cerca a sus ídolos. Los jugadores se pararon amablemente a hacerse fotografías y firmar autógrafos. Cervera fue uno de los más solicitados, al igual que Borja Sánchez y Borja Bastón. Este último, lesionado, se ejercitó al margen y al salir se paró con los hinchas. Los pequeños oviedistas pidieron una victoria el domingo ante el Albacete y les transmitieron ánimos a los jugadores.

Suscríbete para seguir leyendo