Cervero intenta "renovar" a Bastón: “Si sigues en el Oviedo, llegamos seguro a Primera División”

El club azul congrega en el Tartiere a sus ocho máximo goleadores de todas las categorías

Carlos, Cervero, Marianín, Linares, Bastón, Galán, y Lalo, debajo, en el antepalco del Tartiere.

Carlos, Cervero, Marianín, Linares, Bastón, Galán, y Lalo, debajo, en el antepalco del Tartiere. / Real Oviedo

Nacho Azparren

Nacho Azparren

Lángara fue el primero. El primer gran nombre del Oviedo. El que aniquilaba las redes rivales. Fue máximo anotador en la década de los 30 en la máxima categoría. Hubo que esperar, pero le siguió Lalo, en 1958, Pichichi en Segunda. En los 70 fue Galán el que logró el entorchado, también en Segunda. Marianín, el Jabalí del Bierzo, cogió el testigo, ya en Primera. Carlos Muñoz en la 87/88, en Segunda, lideró un ascenso histórico. Cervero goleó en Tercera durante dos campañas en la etapa del barro. Época que acabó con Miguel Linares como máximo artillero en 2015, año del regreso al fútbol profesional. Borja Bastón fue el último, la campaña pasada, con 22 dianas que hicieron al Oviedo rozar el play-off. Todos menos Lángara participaron en un emotivo acto celebrado en el antepalco del Carlos Tartiere.

Manolo Paredes, vicepresidente del Oviedo, abrió un acto que dirigió Miguel Sanz, director del área social del club. Lalo recordó su campaña como máximo anotador: “Recuerdo la alegría por la gran campaña y porque volvimos a ser el equipo que había sido en los tiempos de Herrerita y compañía. La afición era lo que más me empujaba a jugar y, también, lo que más daño me hacía porque si no ganabas aquella gente lo sufría. Y eso nos dolía”.

Galán recordó con gracia como el fichaje de Marianín, sentado a su lado, le quitó el 9 de la espalda. Pero eso supuso “una alegría; porque me quedé con el 10”.

Marianín se queda a bote pronto con sus tres tantos al Athletic en San Mamés y una divertida anécdota: “Intentaba estrenar un pantalón todos los partidos por superstición. Si estrenaba, marcaba”. Diego Cervero tomó la anécdota para describir la etapa dura que le tocó vivir: “¿Un pantalón cada día? Nosotros lo llevábamos de casa”, señaló ante la risa generalizada, en los tiempos en los que “tocaba ducharse con agua fría, la gente pintaba El Requexón, íbamos a correr a La Morgal…”.

Linares se queda con su primer partido, fue ante el Sporting B. “Había una psicosis con aquel partido en el entorno. Yo no daba crédito. Y mira, 8 o 9 años después, los que no quieren hablar de derbis son ellos…”, expresó. Carlos tomó el testigo: “Yo no quería venir al Oviedo, pero, ¡menos mal que vine! Gracias a Mesa y la reestructuración no bajamos, nos quedamos en Segunda A. Y luego, Pichichi y ascenso, volver a Primera fue algo inolvidable para el oviedismo y para la ciudad”.

La conversación más curiosa se produjo entre Cervero y Borja Bastón. En un emotivo speech, el ovetense dijo que “Este de mi derecha (en alusión a Bastón) seguro que ya está generando un sentimiento de pertenencia. Por eso se está planteando su futuro… En otro club, seguro que no se lo estaría planteando”, le soltó. Y más directo añadió después: “Si sigues en el Oviedo, llegamos seguro a Primera División”. Bastón recogió el guante: “He estado en once clubes, y aquí es diferente: me ha picado el bicho azul. Más que como Pichichi lo vivo como un aficionado más. Hay que valorar lo que tenemos”.