Opinión | Canta y no llores

Sí, se puede

Sí, se puede

Sí, se puede / Xuan Fernández

Conviene no minusvalorar el "jorobu" ante el Burgos, aunque sea febrero y quede un mundo, aunque en esta categoría hoy goleas y mañana te golean, aunque si en junio no hay play-off (o ascenso) esto quede en anécdota. El Oviedín, de bajón tras el derbi en el verde, agobiado en los despachos por los vaivenes de una ciudad deportiva que parece una subasta, se levantó a lo grande y además, ojo al dato, con importantes novedades que apuntan a quedarse a corto plazo.

Luis Carrión, conservador en la delantera en los últimos meses, movió el árbol. Se atrevió a sentar a Bastón, que además metió un penalti ante el Burgos y amplió su cuenta goleadora, que no es corta, con ocho goles. Alemão, un fichaje de Jesús Martínez, fue titular y el estilo del Oviedo dio una vuelca de tuerca porque no es lo mismo salir siempre con un rematador clásico, un hombre de área, como es Bastón, a hacerlo con un ariete móvil, rápido y fuerte, que gana duelos y hace de ancla, a costa de perder algo de presencia arriba.

El resultado, goleada aparte, es que el Oviedo tuvo el mejor juego combinativo de la temporada. Un show. Recuerden que hasta hace no mucho este equipo ni siquiera tiraba a puerta. Cervera es un gran entrenador y salvó al Oviedo el año pasado en el momento más delicado, con aquella tragedia de equipo que atufaba a descenso, pero qué equivocado estaba con las posibilidades de esta plantilla.

Con Alemão arriba, los beneficiados son los de atrás. Ahí está el caso de Seoane, un fichaje de relumbrón, pedido por la dirección deportiva y ejecutado por Jesús Martínez, que está carburando en el último tramo de la temporada, el más importante. O Moyano, incorporación realizada por la habilidad casi nunca reconocida de Roberto Suárez, que tuvo ojo clínico y firmó al extremo en Ribadeo a cambio de un sueldo de canterano. Resultado: el cordobés está callando muchísimas bocas. Y por supuesto Cazorla, otro que está dejando a muchos en ridículo. Probablemente el "8" no esté para rendir en partidos de mucha intensidad, de los de ida y vuelta, pero en casa, con viento a favor y llevando la iniciativa, es el mejor futbolista de la categoría.

Sin que nadie se venga arriba, el Oviedo ha demostrado tener mimbres para luchar. La duda es si le dará la gasolina y si la enfermería aguantará. La baja de Costas es un lastre, pero de momento ahí está Luengo. El momento es muy dulce, ilusionante, porque este año a estas alturas no solo responden los resultados, como con el Cuco o con Anquela en su día. Esta vez la gente disfruta yendo al campo, no solo sufre. Carrión, una bendición, ha venido a demostrar que eso que tanto nos cacareaban como un mantra –que si en Segunda nadie juega bien, que si para ganar hay que encerrarse y esperar, que si lo de tocar el balón no es para esta categoría– era una milonga de proporciones bíblicas. Sí, se puede (ganar y seducir). Y como se puede, los directivos del club están centrados en que nada distraiga del día a día. Aunque lo tienen difícil, después de una crisis por la ciudad deportiva, una búsqueda ya eterna, con la operación de Latores en el cajón. ¿Por qué? Cosa rara. El Oviedo, esa es la verdad, lleva meses manifestando dudas por los plazos urbanísticos en esa localización, pero en casi un año ni remató una operación en la que todo estaba hablado y acordado ni metió un papel por registro en el Ayuntamiento. Extrañas circunstancias.

Ejemplo práctico: esto es como el que va a construirse una casa, apalabra la parcela con el comprador y en el último momento se echa atrás por miedo a que no le den la licencia, sin siquiera empezar los trámites en el Consistorio de turno. Sus buenas razones tendrá el Oviedo, seguro, porque además nadie es quién para decirle a un empresario de éxito lo que tiene que hacer con su dinero, que para eso es suyo. Otra cosa es la gestión del frenazo en la operación, por la que Agustín Lleida, bien ahí, entonó el mea culpa. Lo cierto es que la opción Latores parecía ventajosa porque el dueño del "prao", un tipo de fútbol, era a la vez el constructor. Ahora a esperar, pero será por parcelas...

Bolo, elegante en la rueda de prensa tras un descalabro de altura en el Tartiere

Jon Pérez Bolo regresó el pasado sábado a una sala de prensa, la del Tartiere, que para él fue una pesadilla en su corta etapa en el Oviedo. El bilbaíno estuvo elegante tras la goleada azul, un ciclón. Su Burgos, también el de Michu, es un buen equipo que fuera de casa se viene abajo. En el estadio azul demostró poco carácter, el defecto que tuvo también su Oviedo. Pero que nadie dé por muerto al Burgos, dará guerra. 

Arturo Elías, en su salsa: «pulla» al Sporting y mensaje de ilusión al oviedismo

Arturo Elías, otrora máximo accionista del Oviedo con el Grupo Carso -en la actualidad tiene el 20 por ciento- sigue con mucha atención el rumbo del equipo. Tras la goleada ante el Burgos dejó un mensaje, con una pulla al Sporting, en el que se alegró de la victoria azul «después del mal trago de la semana pasada (aunque 1 vez cada 5 años por estadística tocaba)disfrutar cada gol del «jorobu mi finde bien. Este torneo pinta muy bien».