Anquela, el Oviedo y la regla de los 50 puntos: "Como se meta en play-off... ¡Cuidado! Que el Tartiere se come a los rivales"

"En Oviedo no se puede caer en el problema de siempre: Estar una semana en el cielo y otra en el infierno; calma"

Anquela, durante una entrevista.

Anquela, durante una entrevista. / MIKI LOPEZ

Nacho Azparren

Nacho Azparren

–Ya sabrá por qué le llamo…

–No, ¿por?

–Porque el Oviedo ya ha alcanzado los 50 puntos...

–¿Ya? ¡Ah, pues de puta madre!

Juan Antonio Anquela (Linares, Jaén, 1957), que siempre responde al teléfono, no lleva la cuenta numérica de la clasificación, pero sigue al dedillo todo lo que pasa en Segunda. Él acuñó aquella discutida teoría en Oviedo de que primero había que alcanzar los 50 puntos. Después, ya se llamaría a otros objetivos. Discutida porque mientras para algunos era un síntoma de falta de ambición, para otros significaba las dosis oportunas de realismo. Sea como fuere, cada vez que el Oviedo rebasa la barrera, muchos se acuerdan de Anquela. El jienense, sin equipo tras una breve y decepcionante experiencia en Ibiza, muestra su optimismo a LA NUEVA ESPAÑA con el futuro inmediato de un equipo que le marcó.

–Soy optimista, pero tengo que advertirte de una cosa importante.

–Adelante.

–No se puede caer en el problema de siempre: que la gente se ilusiona muy rápido, pero en seguida se desilusiona. No puedes estar una semana en el cielo y otra en el infierno, porque eso es perjudicial para el equipo. Calma, tranquilidad. El Oviedo va a estar ahí hasta el último día, hazme caso.

–¿Y lo logrará?

–Yo soy optimista. Veo un buen equipo. Un muy buen equipo. Magníficamente entrenado, y que es sobrio y sabe lo que quiere hacer en el campo. Pero será todo, como siempre digo, hasta el último minuto del último partido. Y vuelvo a lo de antes: Calma con el Oviedo. Que estáis deseando llegar al sexto y cuando lo hagáis pediréis subir al segundo. También veo una ventaja: que el Sporting va perdiendo fuerza. Si está por delante, la gente se puede poner más nerviosa. Los equipos que triunfan son los que saben manejar sus nervios y el ambiente.

–Ya tiene 51 puntos.

–Bien. Pues eso significa que el primer objetivo está cumplido y hay que mirar a otros más ambiciosos. Pero hay que valorarlo, ¿eh? Que el Albacete hizo play-off el año pasado y mira donde está. ¿Y el Andorra? Después de la gran temporada pasada...

–Dígame argumentos para creer en este Oviedo.

–Lo primero, que tiene una gran plantilla. Un equipazo. Seguro que el entrenador mira al banquillo y dice, "buff, lo que tengo detrás". Tiene plan A, plan B y plan C. Eso a mí no me pasó nunca, por ejemplo. Otra razón para confiar es que el Oviedo tiene una ventaja enorme con sus rivales.

–Diga.

–El Tartiere. ¿Te imaginas ese campo lleno en un play-off? Cuidado si el Oviedo se mete en la promoción. ¡Mucho cuidado! Porque el Tartiere se come a los rivales. Seguro que el Oviedo es el equipo que nadie quiere tener enfrente en una promoción. Hay que tener narices para jugar ahí, ¿eh? Y noto a la afición con muchas ganas de vivir una experiencia así.

"El Oviedo va a llegar vivo al último día, te lo repito, pero ahí la clave es depender de ti mismo: porque el último día ganan los que tienen que ganar"

–Confía en el Oviedo. ¿Qué más equipos ve fuertes?

–Esto ya no va de juego bonito, ahora se trata de eficacia, y ahí el Leganés es el más fuerte. Lo ha demostrado. El Elche juega como los ángeles, aunque ahora haya perdido dos seguidos. Me gusta también el Valladolid… Pero el Oviedo puede pelear con todos ellos. Va a llegar vivo al último día, te lo repito, pero ahí la clave es depender de ti mismo: porque el último día ganan los que tienen que ganar.

–¿Lo dice por experiencia?

–¡Aquel partido en León! ¡Y la gente diciendo que solo valía ganar! (Anquela se refiere a la derrota de su equipo en la 2017/18 ante la Cultural, 2-0, en la penúltima jornada que dejó al Oviedo sin depender de sí mismo en la última). Si hubiéramos empatado, habríamos estado en el play-off.

–Otro detalle que le traerá malos recuerdos: el goal-average particular.

–Nos quedamos fuera del play-off empatados a puntos con el Numancia. Fue solo por un gol. Allí perdimos 3-0, fue un desastre. Y aquí les habíamos ganado 3-1. Fue injusto porque éramos un equipo muy competitivo. Y la gente está muy confundida porque éramos ofensivos, ¿eh? Que jugábamos 3-4-3. Me decían los jugadores, "pero míster, que nos quedamos dos para dos", y yo: "¡Pues pa’lante!". Luego en estático ya nos costaba más... Pero mira los datos de ese año qué equipo fue el que más balones robaba en campo rival. Pero búscalo, ¿eh?

–Le quedó esa espina.

–Siempre lo digo, sí. Fui feliz en Oviedo, pero quedarnos sin play-off... ¡Ay!

–Dígame un jugador del actual Oviedo que le hubiera gustado tener en su época.

-–¡El portero! (risas). No tengo ninguna duda. Es muy bueno. No me quejo de los porteros que tuve, porque todos lo dieron todo, pero es que este te da muchos puntos. Claro que de la defensa, tener a Dani (Calvo) y David (Costas)... cuidado. Colombatto es buenísimo, también. Y Luismi parece que no está en su mejor momento, pero es básico para que los demás jueguen. Y, luego, claro, Santi Cazorla...

–Al final va a fichar a medio equipo.

-No, no, me dijiste uno, es verdad... Pues el portero.

–¿Cuándo le veremos de vuelta en un banquillo?

–Eso ya... No sé. Salí muy decepcionado de la última experiencia. Parece que lo que has logrado se olvida pronto en el fútbol... Ahora importan otras cosas.

–¿Y por Oviedo?

–Pronto. Tengo una boda en junio, pero coincide con el play-off de ascenso y el novio ha dicho que si juega el Oviedo él no se presenta a la boda (carcajada).

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