La fiscalía eleva a dos años la petición de cárcel para un mando de la Policía de Siero

El procesado habría cometido un delito contra la integridad moral de un subordinado, que la acusa de constantes humillaciones y vejaciones

Agentes de la Policía de Siero

Agentes de la Policía de Siero

J. A. O.

La Fiscalía ha decidido elevar a dos años de prisión la petición de condena para un mando de la Policía Local de Siero acusado de un delito contra la integridad moral cuando ejercía labores de jefe accidental. Además, el Ministerio Público añade en sus conclusiones definitivas sobre el procesado la solicitud de inhabilitación para el ejercicio de la profesión de policía durante el tiempo que dure la condena.

En su acusación inicial, el fiscal había solicitado un año de prisión para el mando policial, al entender que había humillado y vejado a un subordinado, apreciando en su conducta un delito contra la integridad moral del agente. Por su lado, la acusación particular solicitó dos años y tres meses, ya que, a su juicio, también concurre un delito de lesiones psíquicas.

En la primera vista del juicio celebrada en el Juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo, el acusado, con categoría de subinspector y que en ausencia del comisario desempeñaba labores de jefe accidental, se declaró inocente y atribuyó los cargos que se achacan a "una guerra sindical" entre el sindicato Csif, al que pertenece, y el Sipla, al que esta afiliado el subordinado que le ha denunciado por esos presuntos insultos y vejaciones.

El fiscal sostiene que, de 2018 a 2022, el acusado desempeñó labores de jefe accidental en la Policía Local de Siero, siendo, además, delegado sindical del Csif. La víctima denunció constantes humillaciones y vejaciones por parte de su superior. Así, por ejemplo, la fiscalía da cuenta en su escrito de acusación de que habría proferido insultos (le llamó "payaso" y "subnormal", le amenazó con darle "dos hostias"), de la negativa al disfrute de las vacaciones y de la detracción de días de sueldo, luego restituidos por el Juzgado, o la atribución de una agresión a otro agente, motivo por el que se le retiró el arma a la víctima, luego restituida por el jefe del cuerpo. A consecuencia de estos hechos, el subordinado sufre secuelas psicológicas. El fiscal pide también 6.000 euros de indemnización para el agente.