Asturias exporta talentos

Ablanedo pide reacción social contra "la muerte dulce" que amenaza a Asturias

"El nacionalismo excluyente y las políticas identitarias ahuyentan el talento, las empresas y la inversión, y enfrentan a las personas"

Emilio Ablanedo.

Emilio Ablanedo. / Tino Pertierra

Tino Pertierra

Tino Pertierra

Emilio Ablanedo (Madrid). Nacido en Piedras Blancas en 1971. Es letrado coordinador del Servicio Jurídico Central de la Tesorería de la Seguridad Social. Ha sido profesor de la Universidad de Barcelona y subdelegado del Gobierno en Barcelona y Tarragona entre 2012 y 2018. Experto de la Unión Europea en protección social. Académico de la Real Academia Asturiana de Jurisprudencia. Autor de los libros «Confederación» y «General Lee». 

¡Maaaarchen! Y el guaje Emilio desfilaba con una escoba (un-dos, un-dos) tras su idolatrado tío abuelo Venancio, que había sido legionario en la guerra del Rif. Ese es uno de los primeros recuerdos que guarda Emilio Ablanedo en su cofre de tesoros. El letrado coordinador del Servicio Jurídico Central de la Tesorería de la Seguridad Social y escritor también se acuerda de ver a su abuelo Emilio "con LA NUEVA ESPAÑA, que siempre le acompañaba, de ahí mi cariño muy especial por este diario".

Moviola. La Asturias que conoció en su infancia "es la que sale en la película de José Luis Garci ‘Volver a empezar’. Se rodó cuando era un crío, en los lugares que más frecuentaba con mi familia. Tengo recuerdos de lluvia eterna y paisajes mágicos, con la banda sonora de ‘Los ángeles de Charlie’, ’El hombre y la tierra’ y el ‘Mundo submarino de Cousteau’. Cada vez que como manzanas y cerezas vuelvo a ‘La Muriégana’, una pomarada enorme y maravillosa de mi familia, donde pasé momentos entrañables y sufrí varias indigestiones".

Barcelona fue su primer destino profesional fuera de Asturias y llamó su atención "el carácter emprendedor de los catalanes. También su relación con el dinero, más discretos con su riqueza y menos reacios a reconocer sus dificultades económicas. Como los asturianos, pero al revés. Nos resultaba muy curiosa la diversidad y complejidad cultural de la sociedad catalana. Por supuesto, también nos sorprendió la omnipresencia del nacionalismo y de sus redes clientelares. Una década antes de que se desatara el proceso separatista, ya era evidente hacia dónde se pastoreaba a aquella sociedad".

Ser subdelegado del Gobierno en Barcelona y Tarragona en pleno proceso independentista le hizo vivir en seis años y medio "situaciones extremadamente delicadas, tanto en lo profesional como en lo personal, y no solo me refiero al ámbito político. Viví experiencias, positivas y negativas, que me marcaron profundamente. Podría escribir varios libros al respecto y tengo muchas batallitas que contar a mis nietos. También me resultó muy enriquecedora la experiencia docente en la Universidad Internacional de Cataluña y en la Universidad de Barcelona, y participar en programas de asesoramiento jurídico internacional, como experto de la Unión Europea".

¿Y la Asturias actual? No cree que haya "errores atávicos ni bondades eternas, pero sí unas inercias que se arrastran desde hace muchos años y que coartan el gran potencial de la sociedad asturiana. La principal asignatura que tiene pendiente Asturias es dejar de mirar al pasado y comenzar a ganar el futuro. Hay que revertir la caída de la natalidad, estimular el retorno del talento asturiano disperso por el mundo, dinamizar la economía y construir un nuevo marco mental que nos permita desarrollar una sociedad dinámica, diversa, plural y abierta a las novedades y al cambio".

Asturias, ensalza Ablanedo, es "una tierra preciosa, con un presente muy cómodo para quienes tienen la suerte de vivir allí, pero con un futuro difícil. Tenemos un capital humano excepcional, grandes profesionales, que no puede desarrollar sus carreras en nuestra tierra. Todas las administraciones tienen que volcarse en incentivar este talento, en fomentar que se desarrolle sin cortapisas ni trabas, en favorecer la actividad empresarial y la iniciativa privada, que tanto necesitamos. Nuestro gran defecto ahora mismo es el conformismo, la satisfacción filistea con la situación global de la región, que no haya una reacción social contundente contra esta muerte dulce a que está abocada Asturias".

La idea principal, sostiene, "es evitar el ensimismamiento, huir de un marco autorreferencial. Hay que abrir las ventanas, mirar lo que hacen y cómo lo hacen los mejores, copiarlo y mejorarlo. Cultivar el espíritu emprendedor que tuvieron nuestros indianos, poner las administraciones al servicio de la iniciativa de las personas y evitar que se conviertan en un engorro, atraer talento ofreciendo las mejores condiciones, prestigiar el mérito y la capacidad, incentivar la colaboración del sector público con el sector privado. Y, sobre todo, evitar errores que están llevando a la ruina y a la confrontación a otras comunidades: el nacionalismo excluyente y las políticas identitarias ahuyentan el talento, las empresas y la inversión. Y enfrentan a las personas. Hay que buscar soluciones y no nuevos problemas".

Es católico y su referente vital primordial "es Jesús de Nazareth. En cuanto a maestros y guías, además de los referentes familiares, tengo la suerte de haberme encontrado con personas brillantísimas a lo largo de mi vida, de las que he aprendido en facetas muy variadas y que me guían con su ejemplo. La lista sería muy larga y prefiero no caer en la injusticia de citar solo a algunas. También hay personajes históricos que me fascinan y me sirven de orientación en momentos difíciles, como el general confederado Robert E. Lee, del que he escrito una voluminosa biografía. Me he llegado a poner en su piel, tras tantos meses indagando sobre este personaje apasionante, sobre el hombre, el militar y la leyenda".

Estos últimos años se lo ha pasado muy bien escribiendo los libros "Confederación" y "General Lee", y ahora "estoy disfrutando con el tercero. También me lo paso en grande con un montón de vídeos y programas de podcast en que estoy participando, relacionados con la historia de EE UU y de Tierra Santa".

Cómo no echar de menos a la familia. Y, viviendo en la Meseta, "pienso en el mar de forma obsesiva. Echo mucho de menos el fresco asturiano en los veranos sofocantes que aquí padecemos. También, muchos sitios preciosos de nuestra geografía, tanto de la costa como de la montaña. Desde la distancia, me emociona particularmente Covadonga por devoción, ética y estética".

Tras pasar casi diecisiete años en Cataluña, "mi familia y yo nos vinimos a Madrid hace cinco años. Trabajamos en el centro de la ciudad, pero tenemos nuestro domicilio en Las Rozas, un lugar muy agradable para vivir. Lo que más nos gusta de nuestra nueva vida es la libertad que aquí se respira. Nadie te pregunta por tus ideas, tus identidades ni tus filias o fobias. Nadie te sermonea, ni te dice cómo tienes que vivir, qué lengua tienes que hablar, o qué se te permite pensar. Aquí nadie es forastero. A Madrid uno viene a que le dejen en paz. Lo que menos me gusta es el enorme tamaño de la ciudad. Mucho más grande que Barcelona, que es más abarcable. También el calor atorrante, aunque aquí es más seco. Y, sobre todo, que aquí no hay playa, vaya, vaya".

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