El Sporting da la cara en Las Palmas: punto de casta en el Gran Canaria (1-1)

Un gol espectacular de Queipo abre un ejercicio de resistencia para sumar / Los amarillos empataron con un polémico penalti / El equipo jugó con diez media hora y Aspra debutó

Ángel Cabranes

Ángel Cabranes

Hizo el partido que tenía que hacer. Pudo ganar si el árbitro no hubiera pitado un penalti que cuesta ver. También pudo perder. El Sporting empató en Las Palmas en un ejercicio de resistencia después de un espectacular gol de Queipo. Los rojiblancos sumaron para continuar a cuatro puntos de distancia respecto al descenso y tras aguantar la última media hora con diez por la autoexpulsión de Marsà. Sigue sin llegar el triunfo a domicilio, pero el equipo compitió y respondió a la exigencia de la situación en la que se encuentra. 

Se puso el Sporting el mono de trabajo. El clásico de todo visitante de Segunda. Ordenadito atrás, líneas juntas y esperar. Sin experimentos y con sentido práctico, el equipo rojiblanco tardó poco en hacer aflorar la tensión que se ha respirado en Las Palmas en los últimos días. La goleada sufrida en el derbi canario y haber caído de los puestos de ascenso ha pasado factura. Ver a su equipo tener el balón y acabar recibiendo poco más allá del cuarto de hora, encendió al Estadio Gran Canaria y aumentó el nerviosismo en el bando amarillo. El inicio para el Sporting, mejor, imposible. 

El gol no fue además un gol cuaquiera. Si se ve rematar a Queipo sin escudo alguno, en Las Palmas hubiera pasado por un chico de Telde, Tamaraceite o de Vegueta. Lección de pura técnica, pero de Mareo, desde chiquitito. El canterano armó una tijereta de futbolista caro para dejar de una pieza a propios y extraños. El asistente, otro futbolista al alza. Varane no sólo armó la contra que desembocó en el gol. El galo esperó las décimas de segundo justas para meterle el pase a Queipo en el momento que más ventaja podía adquirir respecto a una zaga local que salí a achicar. Primer tiro entre palos, y único de la primera parte, y gol. Impecable. Quedaba mucho por delante. Mucho por sufrir, pero lo más difícil, a priori, se había conseguido.

Apretó la Unión Deportiva Las Palmas sin llegar a apurar a Cuéllar. Viera buscaba huecos entre líneas y Cali e Insua se multiplicaban para mantener el balón fuera del área mientras pedían un grado más de intensidad a los encargados de presionar la circulación. Loren fue el que más se acercó con un disparo que pegó en las piernas de Izquierdoz para irse a saque de esquina. La sensación era que los locales, pese a las dudas, podían meterse en cualquier momento, pero los de Ramírez, a los que les duraba poco el balón, estaban concediendo poco. 

El tiempo de descanso dejó en el vestuario a Queipo. El rojiblanco había terminado renqueante la primera parte a consecuencia de un golpe. Pol Valentín ocupó su lugar. Doble lateral en la derecha. Los amarillos cambiaron tres de una tacada. Se avecinaba presión añadida en el área visitante. Y llegó. 

Moleiro empató a los cinco minutos de la reanudación pero esta vez, los milímetros que otras veces privaron de gol a los rojiblancos, esta vez les salvaro. El VAR vio fuera de juego previo y la el tanto no subió al marcador. Cinco minutos después, esta vez a expensas de nuevo del VAR y con una más que discutida decisión arbitral, el gol local llegó. Un leve roce de Cali en la bota de Marc Cardona fue suficiente para señalar pena máxima. Difícil de entender. Lo peor no fue eso. Lo peor es que la protesta de Marsà le costó la roja directa. Jonathan Viera empató. Empezaba otro partido. Si ya se preveía sufrimiento, pues taza y media. 

José Ángel salió por Aitor y el Sporting ya buscó resistir y dejar pasar los minutos mientras el equipo Grancanario recuperaba el calor de su gente. Moleiro tuvo el segundo en un centro al segundo palo del recién incorporado Sandro que remató con la derecha a las nubes. Faltaba un cuarto de hora y el equipo de Ramírez, de vuelta a la que fuera su casa, pedía la hora. Moleiro y Marvin, mientras tanto, seguían carburando la reacción de los de Pimienta. Otero pedía el cambio a gritos cuando el entrenador de los gijoneses señaló a Aspra para dar relevo a Pedro. Debut de otro canterano para sobrevivir a la tormenta en Las Palmas.

El partido estuvo tan lleno de giros, que tuvo incluso el gol de la victoria Cali Izquierdo en los compases finales. Por dos veces. Una falta lateral sacada por José Ángel encontró el pie del argentino para hacer a Ávaro Valles estirarse por primera vez en la segunda parte. Fue saque de esquina, el mismo que el argentino remató solo en el segundo palo y envió en las nubes. El punto, de absoluta casta, permite recuperar fe en este Sporting.

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