El plan del Sporting con El Molinón: salvar partes del estadio y un modelo de colaboración público-privada

La idea de esta alianza es que la explotación sea ejecutada por algunas empresas que estén por la labor de apostar fuerte por el proyecto y administraciones públicas

Por la izquierda, Joaquín Alonso, David Guerra y Adrián Barbón, en la sede de la Presidencia. | LNE

Por la izquierda, Joaquín Alonso, David Guerra y Adrián Barbón, en la sede de la Presidencia. | LNE / A. Menéndez

A. Menéndez

El equipo arquitectónico del Sporting estudia al detalle las posibilidades que tiene actualmente El Molinón para adaptar su obra al límite económico en el que se ha fijado su proyecto (150 millones de euros) para que el estadio sea sede del Mundial 2030, y, a la vez, garantice que cumple con todos los requisitos que exige la FIFA para albergar el evento y que el organismo que rige el fútbol mundial anunciará de forma oficial el 4 de diciembre. Los técnicos examinan con lupa cada entresijo del estadio y trabajan en una obra que podría conservar algunas partes del campo, además del césped, criterio exigido para mantener la antigüedad del estadio más longevo del fútbol español.

El proyecto de obra no está totalmente cerrado, pero plantea mantener algunas partes de la edificación. Otras sí serían modificadas. Las que se encuentren en peor estado (nadie oculta que el estadio necesita mejoras) o las que se tengan que ajustar a las condiciones que exija la FIFA. El plan del Grupo Orlegi para El Molinón no sería levantar otro estadio de cero, ni tampoco se limitaría a una reforma, sino quizás un punto medio entre estos dos extremos que se ajuste más a la realidad de la candidatura "Asturias 2030".

"Nos tenemos que ajustar a los parámetros presupuestarios y de viabilidad que hemos establecido. Hemos escuchado a las instituciones públicas, que querían un proyecto más redimensionado y que conservara el atributo de ser el campo más antiguo del fútbol español. Y eso es lo que estamos haciendo. Quedan los detalles finales", comentó el presidente ejecutivo del club rojiblanco, David Guerra, a las puertas de la sede de Presidencia pocos minutos después de verse las caras con el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, y la viceconsejera de Cultura, Política Llingüística y Deporte, Vanessa Gutiérrez.

La cumbre entre el Sporting y el Principado duró en torno a una hora. Comenzó a las cuatro de la tarde y el equipo de dirección del club liderado por Guerra y que contaba con Joaquín Alonso (responsable de relaciones institucionales) abandonaba la sede de la Presidencia repleto de optimismo. "La candidatura de Asturias tiene grandísimas opciones de ser sede del Mundial 2030 por múltiples motivos. Por ser el estadio más antiguo del fútbol español, porque Asturias es una comunidad que verdaderamente lo merece, que representa al fútbol como ninguna, el desarrollo de España y creo que los asturianos han expresado que lo quieren. Todas las instituciones están alineadas y tienen voluntad política. Hay voluntad política de sacar este proyecto adelante por el bien de Oviedo, Gijón y de toda Asturias. Este es un gran proyecto de toda Asturias", declaró Guerra.

"¿Pero, cómo conseguir esos 150 millones?", preguntaron al presidente ejecutivo del club rojiblanco, que negó haber solicitado al Principado cuantificar ese apoyo con una cantidad ya más concreta en lo económico. "Nosotros no hemos venido a demandar nada", aseguró categórico Guerra para después explicar que buscan una "colaboración público-privada" para financiar la obra. Conseguir esos 150 millones de euros es ahora el gran caballo de batalla del Sporting como principal promotor de la candidatura de El Molinón, después de acceder a redimensionar el proyecto.

El club rojiblanco mantiene distintas vías abiertas de financiación mientras trabaja en rematar su proyecto. Una pasa por cohesionar todas las fuerzas: a las administraciones públicas con capital privado que se desarrollaría a través de empresas que puedan estar interesadas en invertir en el proyecto de El Molinón. Se trata de una fórmula de colaboración público- privada, aún en fase de desarrollo. La titularidad de El Molinón seguirá siendo municipal. Esto está fuera de debate. Pero la idea de este modelo es que la explotación del campo sea ejecutada por algunas empresas que estén por la labor de apostar fuerte por el proyecto y por las administraciones públicas. La alianza estratégica público-privada para proyectar estadios de primer nivel mundial ya se ha desarrollado en otros campos del fútbol español. Un ejemplo es el Nuevo San Mamés, cuya obra se financió a base de porcentajes repartidos entre distintos actores.

El plan pasaría porque el renovado campo del Sporting planteé proyectos que no estén exclusivamente vinculados al negocio del fútbol cada quince días, sino que su impacto en términos de desarrollo económico y turístico puedan ser beneficiosos para Gijón y toda Asturias. El Sporting, que tiene a la firma Legends como asesor, tiene como prioridad esta vía de financiación con El Molinón. Otra de las vías que se han planteado estaría en la creación de nuevas infraestructuras en el entorno del campo, como avanzó LA NUEVA ESPAÑA.

En Mareo pretenden pulir los últimos detalles de su proyecto, constituir un protocolo, para después volver a sentarse con el Ayuntamiento de Gijón y el Principado de Asturias en cuestión de semanas. Y después acudir de nuevo ante la Federación Española y el Consejo Superior de Deportes en la búsqueda de dar un golpe sobre la mesa para que El Molinón sea una de las sedes elegidas. "Tenemos un calendario muy apretado, porque si los requisitos FIFA salen en diciembre, estaríamos hablado de que aproximadamente en febrero se tendrían que decidir las sedes. Tenemos que pisar el acelerador entre todos", zanjó Guerra.

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