Opinión

Lágrimas de pasión

Aparte de la buena fama y prestigio que le habían encumbrado a lo más alto como grandísimo marino y estratega militar, al almirante inglés Horatio Nelson siempre se le menciona y se le recuerda por la famosa batalla de Trafalgar en la que venció a la coalición hispano-francesa en 1805, cerca de Barbate (Cádiz). Una victoria que significó una gran derrota para España que perdió veintitrés de los treinta navíos presentados en aquella contienda. Una victoria que al final fue triste y amarga también para la armada británica con la muerte del propio almirante Nelson cuando la batalla ya estaba decantada a su favor.

Se me ha ocurrido titular hoy con estas “Lágrimas de Pasión” el sentir similar de otra “armada”, también española y cristiana, que ha intentado con todas sus fuerzas poder vivir y acompañar a Jesús Nazareno por las calles de Villaviciosa a lo largo de estos últimos siete días con motivo de su conocida Semana Santa que tiene sus orígenes en el siglo XVII.

Utilizando un nuevo símil, todo comenzaría el pasado domingo con retazos del poema del gran José de Espronceda. Algo así como… “Con la ilusión de fieles y cofrades y ramos en alto junto al Riera, llegó la primera procesión con un día de primavera…”

Días antes había hablado con el mayordomo de la Cofradía de Jesús Nazareno, Nicolás Rodríguez, quién confiaba en que la climatología respetase la salida de los desfiles por el casco histórico de la capital maliayesa. “Son unos días muy importantes para toda Villaviciosa que atrae a multitud de turistas y visitantes a nuestras procesiones. Son muchas las personas creyentes -y no creyentes- que vienen desde diferentes lugares de España e incluso, desde el extranjero”.

Al día siguiente, al despertar, miré a través de la ventana y pensé que tal vez, mi amigo y vecino Nicolás, tuviese razón con lo del tiempo. Sin embargo, las informaciones de todos los expertos de televisión que se dedican a las isobaras, nos empezaron a meter el alma en un puño con sus malos y alarmantes pronósticos a los que acompañaba una nueva y fuerte borrasca que, casualmente, llegaba bautizada con el nombre de “Nelson”, el almirante británico que acabó con media flota española.

El lunes no hubo batalla al no haber programada ninguna procesión. Y el martes amaneció con un tibio sol que fue ganándose la confianza de todos a medida que pasaban las horas hasta que, después de comer se nubló y desapareció. Unas nubes grises presagiaban el cambio de tiempo y la más que posible aparición de la temida lluvia. Para entonces, los ‘telediarios’ ya nos habían mostrado las lágrimas de muchos cofrades y devotos andaluces al ser suspendidos casi todos sus desfiles procesionales. Desgraciadamente, lo mismo que sucedió en nuestra Villaviciosa con la llegada de otra especie de aquel diluvio universal.

No pudo ser y no hubo Procesión del Silencio. El refugio a la pena que sentíamos todos lo encontramos en el interior de la iglesia parroquial con la esperanza de que, al día siguiente, pudiéramos reunirnos en el “Ancho”, a espaldas del Teatro Riera, para ser fieles testigos del Sermón y Procesión del Encuentro. Y el miércoles santo, tampoco fue posible.

Hasta entonces llevábamos tres días con ‘diana floreada’. Tres días consecutivos amaneciendo con sol primaveral (de hecho ya estábamos en primavera), pero con un sol que también, nos abandonaba y desaparecía a primera hora de la tarde. Para mitigar nuestra tristeza la televisión nos unía de alguna manera con los cofrades y fieles de Málaga, Córdoba y Sevilla que lloraban desconsoladamente al no poder salir en procesión después de todo un año de espera.

Personalmente, yo tuve más suerte que muchos al recibir la visita de toda mi familia más directa en la mañana del Jueves Santo. Ha sido la primera vez que he sido capaz de reunir a la totalidad de mis hijos y nietos celebrándolo en La Xana, de Argüeru, con una comida fantástica preparada por Sara y su marido.

La idea era acudir juntos a esa multitudinaria Procesión del Calvario en la Villa cuando nos llegó la noticia de su suspensión a causa de la lluvia algo que me causó pena pues, aunque no se lo dije a ninguno de ellos, tenía especial interés en conocer sus reacciones, su emoción y sentimientos ante la representación de la Pasión de Cristo algo que a mí me tiene atrapado desde que era pequeño. No pudo ser y parte de la familia emprendió regreso a sus lares. Esperaré al próximo año.

La semana avanzaba y llegaba el Viernes Santo que en Villaviciosa suele colgar el cartel de “No hay billetes”. Nos esperaba el tradicional, querido y emotivo Sermón del Desenclavo del que tengo la impresión (como ocurría con la piratería que se hacía de mis videos), de que cada año se lo copia y adjudica más de una cofradía. Una vez más los restos de la borrasca “Nelson” se encargaron de meternos en la iglesia parroquial de Santa María de la Anunciación para seguir las palabras del Rvdo. P. Juan Ignacio García Iglesias, vicerrector del Seminario Metropolitano de Oviedo.

Jesús ha muerto en la cruz ofreciendo su vida por todos nosotros tras vivir un sufrimiento infame a lo largo de estos últimos días. Ahora las lágrimas de sus seguidores villaviciosinos ya no son por la lluvia ni tampoco por no salir en la Procesión del Santo Entierro. Llega una fría noche acompañada por un silencio sepulcral. Ahora las lágrimas son de pasión. Por la Pasión de Cristo. De pena y tristeza porque el Hijo de Dios ha entregado su vida por estos seres humanos que se siguen matando entre ellos en Ucrania, Gaza, Alepo (Siria), y muchos más sitios.

 Pero nuestras lágrimas no serán duraderas porque van a tener una gran alegría al tercer día de la muerte de Jesús. Ha llegado la soledad para María su madre, para Juan, Pedro y para el resto de los apóstoles. Tristeza y soledad también en Asturias por el accidente ocurrido en un almacén pirotécnico de Cangas del Narcea que se ha llevado por delante la vida de un buen trabajador y padre ejemplar. También por los estragos del oleaje en nuestra costa occidental ante las imprudencias cometidas por las dos personas que fallecieron en dos localidades muy próximas como son San Esteban de Pravia y Cudillero.

Y cuando casi concluye esta Semana Santa 2024 en Villaviciosa, el sol de primera hora de la mañana acompañó ayer Sábado Santo a la Procesión de la Soledad que -por fin- pudo recorrer la cuesta de Santa Clara, la Plaza del Ecce Homo y las calles del Agua, Carlos I y Sol con el acompañamiento musical de la Coral Capilla de la Torre, antes de retornar nuevamente a la iglesia parroquial.

Hoy, en este Domingo de Resurrección (con pronóstico meteorológico favorable), se celebrará el último desfile que contará con la participación de la Banda de Gaites El Gaitero de Villaviciosa. La Procesión del Resucitado con María ofrecerá a cuantos asistan a la misma el reencuentro de Jesús con su madre en la calle Carlos I, frente al Hotel Casa España -entre las calles del Sol y del Agua- a partir de las 11:45 horas (ojo al nuevo horario), y se pondrá el punto y final a estos siete días que han estado prácticamente pasados por agua en toda España.

No más lágrimas de pasión. Jesús ha resucitado. Jesús ha vuelto con todos nosotros al tiempo que en Villaviciosa, la Cofradía de Jesús Nazareno ya empieza a trabajar con vistas al próximo año en el que ojalá no llueva.

El almirante Horatio “Nelson” nos trajo el agua aunque, tal vez, quizás olvidamos consultar al otro Horatio, el de CSI Miami, pues nos hubiera descubierto con rapidez y seguridad, la necesidad de sacar o no los paraguas a la calle en esta última semana del mes de marzo.