Dos son las consecuencias inmediatas de la fusión de los gigantes industriales Glencore y Xstrata para Asturiana de Zinc (Azsa): el mantenimiento del presidente de esta empresa, Santiago Zaldumbide, en lo más alto del organigrama directivo de la nueva compañía resultante y la congelación del plan de inversiones previsto para la fábrica de San Juan de Nieva. El grupo Xstrata preveía ampliar la producción de su planta castrillonense entre los años 2014 y 2015 e invertir para ello alrededor de 200 millones de euros. El proyecto que queda en suspenso consiste en el desmantelamiento del parque de intemperie con el fin de construir en su lugar una nueva nave de electrólisis; esa instalación sustituiría a una de las naves antiguas, que opera desde hace más de 50 años.

La empresa Asturiana de Zinc cuenta en la actualidad con cuatro naves de electrólisis: la A, la B, la C y la D. Las dos primeras trabajan según los criterios dispuestos en la década de los años sesenta del pasado siglo. La nueva nave prevista -la E- se construiría en el mismo parque de intemperie y sustituiría a la nave B, que, a su vez, se transformaría en la nave F. ¿Qué sucede ahora? La alta dirección del grupo minero suizo ha sido desbancada -salvo en el caso de Zaldumbide y del director de la división de Carbón-. Según fuentes consultadas, el plan está ahora en la mesa de los nuevos gestores -provenientes casi todos de Glencore-, que tendrán que decidir si mantienen el plan, lo rechazan o lo modifican.

En todo caso, la empresa Asturiana de Zinc está realizando obras en el parque de intemperie actualmente. Estas obras, según ha sabido este periódico, consisten en una adaptación de las conexiones eléctricas. La compañía tiene entre manos la construcción de dos naves más: una para instalar un taller de reparaciones y otra para realizar trabajos de poliéster. Estas dos naves, sin embargo, no van a ser de producción.

La compañía que preside el industrial vasco Santiago Zaldumbide produjo en 2012 más de 511.000 toneladas de cinc metal. La mayor parte de ese cinc metal sale del proceso de tostación (la planta de San Juan de Nieva cuenta con cuatro naves especializadas en esta operación y en una de ellas se produjo el pasado mes de noviembre un grave episodio de intoxicación con mercurio). Asimismo desarrolla -aunque por el momento con resultados menores- la producción de cinc metal mediante el llamado proceso Albion. Este proceso permite saltarse la fase de la tostación y abaratar, por tanto, la producción de una manera destacada.

La aplicación del proceso Albion no tiene previsto sustituir a la tostación tradicional. Lo que vendría es a sumar; o sea, lo que busca la dirección de la empresa es producir todavía más toneladas de cinc metal y a la vez abaratar los costes hasta niveles nunca logrados. Actualmente, la fábrica de San Juan de Nieva es la tercera fundidora más importante del mundo en número de toneladas de cinc y es, además, una de las principales en costes de producción; es decir, una de las fábricas más baratas del planeta.

El Albion es una tecnología adquirida por el grupo Xstrata que se empezó a aplicar en metales preciosos. Xstrata desarrolló este proceso en Asturias con ayudas del Principado -360.000 euros en subvenciones- y lo empezó a aplicar en Nordenham, en el norte de Alemania. El motivo fue dar salida al mineral de cinc que llega de las minas del grupo en Australia. Se basa en una molienda de árido de cinc hasta un tamaño de micras. A este polvo mineral se le aplica una reacción basada en ácido sulfúrico y con el añadido de oxígeno el mineral queda listo para pasar a la electrólisis. En Azsa la producción por Albion es de 20 toneladas diarias frente a las 1.400 del horno de tostación.