Pepe Gutiérrez entró en el colegio de La Canal el curso de su inauguración. Corría el año lectivo 1972-1973 y este médico geriatra luanquín vestía de pantalón corto, bufanda y verdugo para ir al centro que esta semana cumple sus primeros cuarenta años de vida. «En aquellos tiempos, usábamos una libreta para todo: dictados, matemáticas, lengua, todo. Y ahora, tienen libros, fichas, la educación cambió mucho», afirma Gutiérrez, que será uno de los intervinientes en el acto de aniversario que se celebrará mañana viernes en el centro en el que este médico aprendió sus primeras lecciones.

En los recreos, Pepe Gutiérrez y sus compañeros de clase jugaban a las chapas, al fútbol y a cuchillo, tijera y ojo de buey. Nada que ver con los juegos tecnológicos que algunos niños de ahora utilizan para entretenerse. «Yo empecé el colegio con seis años y me fui con 13 y más tarde, 21 años después vuelvo a retomar el vínculo con La Canal cuando mi hijo Jorge comienza a estudiar en 2001 y ya no llevaba ni pantalón corto ni buzo ni bufanda», bromea el ex alumno de La Canal, que también ha llevado a el colegio de sus amores a sus gemelas Lucía y Laura, que ahora estudian ESO en el instituto. Su hijo mayor quiere seguir el camino del padre y ha realizado la PAU para estudiar medicina.

«Tengo que hablar en el acto y la verdad, me cuesta más que un congreso de geriatría: tendré que hablar ante mis amigos, profesores, hijos, alumnos,...», afirma Gutiérrez, que destaca que los más destacado del centro en el que cursó sus primeros años de vida fueron sus valores. «La constancia, la amistad y el compañerismo son varios de esos valores que se han mantenido en La Canal», indica el ex alumno.

Los tiempos han cambiado y prueba de ello es uno de los métodos de financiación del viaje de estudios de octavo de Gutiérrez y sus colegas. «Fuimos a San Jorge a por piñas para luego venderlas en Luanco, la gente las compraba para las cocinas de carbón», explica. Ahora, apenas deben quedar cocinas de carbón en Luanco pero sí permanece el calor que los antiguos alumnos, profesores y padres mantienen con este colegio que cumple su cuarenta aniversario, que abrió sus puertas en el curso 1972-1973, cuando se usaba pantalón corto.