Acababan de completar su noche de trabajo más dura, pero eso no les impidió a los Reyes Magos seguir dando regalos. Tras repartirlos entre los niños buenos de Avilés, les tocó el turno a los mayores. Por eso, ayer Sus Majestades de Oriente se acercaron por la mañana a la residencia de El Nodo, donde ofrecieron presentes a sus 108 ancianos. Y aparte de dar mucho cariño, Melchor, Gaspar y Baltasar demostraron que la edad es lo de menos cuando se tiene ilusión. Una ilusión plasmada en las caras de los residentes, que recibieron sus regalos con alegría. Como la de decenas de pequeños que ayer estrenaron obsequios.

"No nos lo esperábamos, a ver qué regala la familia, pero estoy muy contenta. ¡Qué sorpresa más agradable!", relataba ayer Griselda Miranda, una de las usuarias del geriátrico. Su compañera, Estefanía de la Parte, de nada más y nada menos que 99 años de edad, afrontó la llegada de los monarcas como una chiquilla. "Me hacía mucha falta la manda", explicó en relación a uno de los obsequios que iba en el paquete que recibieron. De la Parte, natural de Cervera de Pisuerga, un pueblo de Palencia, aunque afincada en Avilés desde hace décadas, espera los regalos de sus seis bisnietos.

Como ella, el resto de residentes también recibieron un paquete en el que a parte de la citada manta verde, iban incluidos un frasco de colonia, otro de desodorante y un paquete de bombones. El citado edredón y los dulces, corrieron a cargo de la Asociación de familiares de residentes del Nodo. Su secretaria, Flor Álvarez, confesó que "este tipo de actos son muy importantes para nosotros, porque se tiene la tendencia de pensar que dejamos a nuestros mayores aquí abandonamos y no es así. Nosotros queremos que la residencia sea una casa para ellos y visita como éstas contribuyen mucho".

No es el único acto que la joven asociación preparó en estas fechas. Sin ir más lejos, el pasado 27 de diciembre realizaron un merienda familiar a la que se apuntaron 45 personas, entre parientes y usuarios del centro dependiente del ERA (Establecimientos residenciales de ancianos). "Cantamos villancicos y nos lo pasamos francamente bien. A pesar de que allí hay mucha gente, y las riñas son inevitables, pretendemos que la residencia se convierta en una gran familia y que nuestros familiares estén lo más cómodos posibles", explicó la portavoz. Según la Asociación de familiares del Nodo, en las próximas fechas la población del centro se ampliará notablemente: "Van a llegar otros 34 ancianos y desde nuestra organización queremos ir poco a poco consiguiendo ayudas para lograr más personal. Por ejemplo: sólo tenemos un fisoterapeuta", repasó Álvarez. Ese también sería un buen regalo.