El movimiento cofrade ya supera las 2.000 personas en Avilés: "Es un momento dulce"

Las hermandades penitenciales de Semana Santa atienden todos los días solicitudes de altas, en su mayoría infantiles y de adolescentes

Un grupo de pequeñas cofrades de Nuestra Señora de los Dolores. | Ricardo Solís

Un grupo de pequeñas cofrades de Nuestra Señora de los Dolores. | Ricardo Solís / Francisco L. JiménezF. L. J.

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

El presidente de la Junta de Cofradías de Semana Santa de Avilés, Carlos Fernández Mora, atiende la llamada de este periódico mientras tramita el alta "on line" de una cofrade en su hermandad, la de San Pedro. Y el hermano mayor de la cofradía de Jesús de Galiana, Saturnino Paniagua, comenta la inscripción que acaba de hacer: una madrileña afincada hace un año en Avilés que el año pasado vio la procesión del Nazareno y se dijo para sí misma que este año quería participar, deseo que se verá satisfecho en pocas semanas. En mayor o menor número, las ocho cofradías avilesinas de Semana Santa dan noticias sin excepción de altas de cofrades en estos días previos a la escenificación de la Pasión de Cristo. Ser cofrade está en auge y la consecuencia es que el número de personas deseosas de vestir los hábitos ya supera las dos mil; exactamente, 2.105 según los datos que han facilitado a este diario las ocho hermandades de la ciudad.

Dos mil cien son los votos que dan un concejal en Avilés en las elecciones locales, el doble de habitantes que tiene el municipio de Illas o trescientas personas más de la que están abonadas al Real Avilés Industrial. Son, también, la cifra jamás alcanzada de inscritos en las cofradías de Semana Santa de Avilés –al menos que haya noticia– y en palabras de los hermanos mayores de los colectivos "una realidad que evidencia el momento dulce que vive la Semana Santa avilesina".

Otro factor importante de la pujanza del movimiento cofrade que subrayan los responsables de estas entidades es el rejuvenecimiento que se está logrando hacer gracias a las inscripciones mayoritarias de niños y adolescentes. También la generalización de la presencia de las niñas en las cofradías y sus bandas de tambores contribuye al crecimiento al romper tabúes.

La hermana mayor de la cofradía de la Virgen de los Dolores, Amely Martín, es la prueba palpable de la normalización de la presencia de la mujer en la Semana Santa y su testimonio, indicativo del fenómeno en ciernes: "Este año hemos registrado 65 altas y esto nos coloca con 530 cofrades, y subiendo; entre los nuevos inscritos abundan niños y jóvenes. El momento es esplendoroso, pero lejos de relajarnos esto nos anima a seguir trabajando duro". Lejos parecen quedar los años en los que está popular cofradía llegó a salir en procesión con solo 22 cofrades.

El polo opuesto a La Dolorosa es el Santo Entierro, que cuenta con "solo" 110 cofrades, si bien su hermano mayor, Juan Muñiz, relativiza la cifra: "Por nuestro perfil –severos custodios del cadáver de Jesús– no somos una cofradía en la que encajen bien los niños. Aún así hemos tenido veinte altas en dos años, lo cual es una cifra muy satisfactoria".

La segunda mayor cofradía por número de cofrades es la de la Virgen de la Soledad: 460, con cincuenta altas el último año. Le siguen San Juan Evangelista (280 cofrades y un goteo constante de entradas en los últimos meses), Jesús de Galiana (248 cofrades y ocho altas recientes), San Pedro (219 cofrades y trece altas la última semana), Jesús de la Esperanza (138 cofrades, con cuarenta altas los dos últimos años) y El Beso de Judas, la de más reciente creación, (120 cofrades y quince solicitudes de alta atendidas en los últimos quince días).

Las cofradías eluden entrar en comparativas de tamaño porque más allá de la idiosincrasia de cada una lo que entienden es que la gran beneficiada del auge del movimiento cofrade es la Semana Santa en su conjunto: "Esto es cíclico. En los años cincuenta del pasado siglo hubo un esplendor de las cofradías, luego vino una decadencia y ahora vivimos otra nueva etapa dulce. Lo que tenemos que hacer es seguir trabajando para que no decaiga", opina Rufino Arrojo, el hermano mayor de Jesús de la Esperanza.

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El párroco de San Nicolás de Bari, Alfonso López, exhorta a la "unidad de los cofrades" en la carta que ha escrito a modo de saludo para la revista oficial de la Semana Santa. También censura las "críticas y rivalidades", pide "aplausos mutuos en los éxitos" y "abrazos entre unos y otros tras cada procesión".

El sacerdote advierte de que "encerrarse en la propia cofradía es lo más tóxico que puede existir" y subraya que "se nota mucho cuando una cofradía trabaja solo para ella misma o para toda la Semana Santa".

Las palabras de López tienen el valor de venir del pastor de la parroquia que es sede de seis de las ocho cofradías de la Semana Santa de Avilés y aludir a hechos que en el pasado generaron tensión entre las cofradías, si bien los mismos se dan por "superados" en medios cofrades consultados.

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