Una vez finalizado el choque entre Racing y Oviedo, los caldeados ánimos volvieron a encenderse. Un cúmulo de circunstancias hizo que la vuelta a casa de los aficionados azules fuera accidentada. Visto con perspectiva, la parte más positiva de los incidentes es que la cosa no hubiera acabado en tragedia. Desde las peñas azules se denuncia que el dispositivo policial empleado antes, durante y, sobre todo, después del choque no fue el adecuado para un partido de semejante envergadura.

"En primer lugar, el partido debió ser declarado de alto riesgo", explica Miguel Vicente, presidente de las Peñas Azules del Real Oviedo (APARO). Vicente fue uno de los 2.500 aficionados desplazados el domingo a Santander para seguir el partido. En los momentos previos al choque se produjeron las primeras sorpresas para la expedición azul. El grupo Symmachiarii fue conducido directamente al estadio y ubicado en una zona protegida con una valla metálica, una medida que no estaba prevista. Sorprendió más aún que una parte de los seguidores racinguistas fueran ubicados en el fondo sur, compartiendo grada con los oviedistas desplazados. Ahí comenzaron los problemas y las primeras cargas policiales.

El momento de máxima tensión se vivió al final del choque. Mientras efectivos de la Policía retenían a los seguidores de Symmachiarii dentro del estadio, el resto de puertas de salida se abrieron simultáneamente. Los seguidores azules fueron conducidos (de manera obligada) por los efectivos de la Policía a los autobuses, que esperaban en el aparcamiento anexo. El problema es que no se limitó el acceso de aficionados racinguistas al mismo lugar. Allí es donde se vivieron las escenas más impactantes. "Muchos radicales del Racing se ensañaron con aficionados del Oviedo. En realidad, con todo lo que se encontraban a su paso", relata el presidente de la APARO. "En total habría unos 15 policías como mucho, y además no eran antidisturbios, sino de la Unidad de Prevención y Reacción", añade. La situación terminó con siete hospitalizados, entre ellos un policía de paisano, con fisura craneal y traumatismo ocular.

El Oviedo se ha pronunciado al respecto. El consejo de administración hizo público ayer un comunicado en el que condena los incidentes y defiende a los seguidores azules. "La actitud de los aficionados oviedistas fue realmente elogiable, animando en todo momento a los jugadores", explica el consejo en su comunicado.

La Policía informó ayer de que había un detenido por "resistencia y desobediencia a la autoridad". Se trata de un joven cántabro de 35 años que se negó a obedecer a los agentes que intentaban detener una pelea. En la nota de prensa facilitada por la Policía se habla de incidentes durante todo el día como lanzamiento de botellas entre grupos de aficionados o de bengalas. La APARO se reunirá esta semana para estudiar posibles medidas que tomar en algunos desplazamientos. Algunas peñas, como la de Castrillón, incluso han anunciado que no volverán a viajar a Santander.