Oviedo, José Luis SALINAS

Las empresas tecnológicas asturianas comienzan a buscar negocio fuera de España para sortear la caída de pedidos que la mayoría sufre en el mercado interior. El pequeño tamaño de muchas de estas compañías impide que por sí solas puedan emprender una aventura comercial lejos del Principado, por lo que muchas de ellas han comenzado a asociarse y así ganar músculo para poder competir en el extranjero y plantarles cara a compañías internacionales. Los empresarios del sector centran sus esfuerzos en vender sus productos tecnológicos en Latinoamérica, donde aseguran que hay unas grandes oportunidades de negocio; en los países del norte de África, donde la Fundación TIC está firmando acuerdos comerciales y está abriendo las puertas a muchas compañías del sector, y, en menor medida, en el este de Europa.

Alejandro Durán, presidente del Clúster TIC (una asociación que engloba a unas 74 compañías del sector, que suman una facturación de unos 323 millones de euros y dan empleo a más de 2.500 personas), asegura que fue hace tres años, justo antes de que comenzaran las dificultades económicas, cuando las pequeñas compañías del sector empezaron a dar sus primeros pasos en el mercado exterior. Pero fue la crisis el mejor revulsivo para que muchas de ellas se decidieran a dar el salto al exterior. Durán asevera que «fue una suerte haber empezado esas gestiones antes de que comenzaran las dificultades económicas; si no, quizá, no se hubiera podido dar el paso».

Desde hace escasas semanas varios técnicos de la patronal de empresas tecnológicas española, AETIC, está asesorando al «clúster» sobre cuáles son las estrategias más adecuadas a la hora de exportar. Hasta el momento, señala Durán, la estrategia para penetrar en otros mercados es mediante la colaboración con organismos internacionales o estrechando lazos con el Gobierno del país donde se pretende comenzar las relaciones comerciales. «El objetivo que estamos buscando en muchos casos es exportar el modelo de administración que tenemos en el Principado», explica Durán. De hecho, algunas empresas están tratando de aplicar el mismo modelo de administración electrónica en otros países. Uno de ellos es Portugal, donde las tecnológicas han establecido buenos contactos. Durán destaca que «la idea es que si funciona aquí, también lo hará fuera».

Las empresas del sector aseguran, además, que la exportación es una de las principales salidas que tienen en estos momentos en que tanto la inversión pública como la privada se han derrumbado. Aunque el consenso entre los empresarios es que el sector está consiguiendo sortear la crisis económica. De hecho, señalan que el ajuste de empleo que ha sufrido este mercado ha sido muy limitado. Es habitual que muchas empresas del sector en lugar de competir entre sí estén optando por hacer uniones temporales. Durán destaca que hay un pequeño grupo de compañías dentro del «clúster», más de una docena, en el que esta fórmula ya se ha convertido en una costumbre.

En la expansión internacional de las compañías de nuevas tecnologías juegan un papel importante dos instituciones: la Sociedad de Promoción Exterior (Asturex), que ha comenzado a organizar misiones internacionales con las compañías de este sector, y el CTIC, que allana el terreno en algunos países, especialmente en África. El presidente del CTIC, Pablo Priesca, asegura que en este continente «hay unas enormes posibilidades» para las compañías tecnológicas. La Fundación CTIC y el organismo W3C firmaron recientemente en Etiopía un convenio de colaboración con la Comisión Económica de las Naciones Unidas (UNECA) para que estos países abran sus medios informáticos a la participación de los ciudadanos y que, así, la gestión de los gobiernos pueda ser más transparente.

El sector de las nuevas tecnologías ha experimentado un fuerte crecimiento en los últimos años en la región, hasta superar las 600 empresas y los 5.500 puestos de trabajo. La Administración se ha consolidado durante los últimos años como el principal cliente de las tecnológicas asturianas. Su cuota de mercado se ha ido incrementando de forma paulatina hasta alcanzar ya el 22%.