Últimos chapuzones perrunos en San Lorenzo

Los dueños de mascotas confían en que se habilite un horario nocturno "cuanto antes" en verano: "No molestaríamos a nadie"

Los perros disfrutan de su última jornada en San Lorenzo ante el inicio de la temporada de baños

Marcos León/ Amor Domínguez

"Bimba" es un bulldog francés que, acostumbrado a pegarse siempre carreras, tiene que ir a la playa con unos patucos rosas en las patas delanteras para no hacerse daño. "Y el problema de Gijón es justo ese: que faltan sitios para que los perros puedan correr a gusto", se lamentaba ayer su dueña, Rocío Luengo, mientras su mascota hacía buenas migas con todo el mundo: con un pastor alemán cinco veces más grande que ella, "Yuna", y con cualquier paseante que entrase en su campo visual. A todos, conocidos o desconocidos, les dejaba su pelota entre los pies, invitándoles a lanzársela, y la mayoría obedecían porque, en lo que acabó siendo una jornada casi entera pasada por agua, el arenal ayer lo presidían sobre todo dueños de mascotas que buscaban "despedirse" de la playa hasta octubre. La idea que lanzó Izquierda Unida hace unos días para permitir de nuevo el acceso de perros a la playa en horario nocturno, mientras, sigue ganando fuerza: "A esas horas no hay bañistas".

Elena Paraja, aunque ya sabía que se iba a mojar, quiso llevarse a "Draco", su pastor alemán de tres años, a correr por San Lorenzo. "Ya sabía que iba a llover pero también que hasta octubre no vamos a poder hacer esto", decía, lanzándole la pelota. La gijonesa explica que está bastante extendida esta idea de que, en Gijón, no hay muchos espacios donde los perros puedan correr libremente sin peligro de "molestar" a paseantes. Paraja, en época de baños en San Lorenzo, suele ir a Los Pericones y se busca rutas al aire libre por la zona rural, sobre todo por Deva. "A la mala, cojo el coche y me llevo al perro a otras zonas. Lo que pasa es que no me gusta mucho la playa de perros que tenemos aquí (en El Rinconín); hay mucha zona de piedras y los perros al correr pueden quedarse estancados en alguna zona o hacerse daño", opina. Ella, de hecho, defiende la idea de crear un horario nocturno para que los perros puedan acceder siempre a San Lorenzo. "Yo incluso ampliaría los meses en los que podemos entrar, pero lo que está claro es que a las diez de la noche por la playa no hay apenas personas y no se molesta a nadie", defiende.

"Draco" se hizo ayer amigo de "Río", un beagle muy enérgico de año y medio. Su dueña se llama María Muñoz y, ante la pregunta de si se debería ampliar, al menos en horario nocturno, el permiso para la entrada de perros, responde: "Por favor, cuanto antes". Porque a "Río", que cuando coge carrerilla cuesta echarle freno, no se le puede lanzar la pelota en cualquier parque. "No hay un espacio decente, amplio y vallado para poder soltar al perro en Gijón. Y aquí vienes y ves cómo corren y lo felices que están...", se lamenta. Ella también reivindica que, al menos, se valora la idea de implantar un horario nocturno, una idea que, por otra parte, recuerda que no es precisamente pionera. "En otras ciudades esto ya se puede hacer y es lógico", asegura.

Entre todos estos perros, que parecían estar compitiendo en una prueba perruna de velocidad, llamaba la atención "Lúa", una boyero de Berna tan enorme como tranquila y que se daba paseos lentos y con la boca abierta. La vigilaba Bosco Álvarez, "niñero" temporal de la que es la mascota de su hermana, que vive con "Lúa" en Madrid. "Por eso no vengo mucho con ella a la playa, pero como persona que es muy pro de los perros, yo estoy muy a favor de que también ellos puedan disfrutar de las playas. Lo importante es que cada uno respete sus zonas y que siempre pueda haber áreas exclusivas para gente con y sin perros", defiende el joven, que considera que, en general, en San Lorenzo reina la buena convivencia. "No se puede generalizar: incluso hay perros que se comportan mejor que muchas personas", recuerda.

Suscríbete para seguir leyendo