Requena (Valencia), José FERRER / Agencias

El cucho limpio existe. Está en una explotación ganadera de Requena (Valencia), que pronto pondrá en el mercado un abono hecho con estiércol de vaca, pero inodoro, higiénico y de alto poder nutritivo. La Granja San Ramón, ubicada en la pedanía de Campo Arcís (Requena), ha desarrollado el novedoso fertilizante a partir del subproducto que sobra de transformar en energía el estiércol de sus vacas en la planta de biogás que tiene en sus instalaciones. La empresa familiar valenciana, dedicada a la producción de leche, ya fue pionera en utilizar los residuos orgánicos de sus 2.500 reses para fabricar energía gracias a una planta de tratamiento de biogás que les permite transformar el metano del estiércol en energía eléctrica y térmica.

El nuevo fertilizante, bautizado con la marca «Bonora», se elabora sometiendo a un tratamiento innovador el residuo que quedaba en la planta de producción energética y producirá un abono «perfecto», según el ingeniero químico de la empresa, Bernat Chulià. Está destinado al uso doméstico y su lanzamiento está previsto para finales del primer trimestre del año, que viene a través de las cadenas de distribución generalistas de alimentación. Al decir de Chulià, esta novedosa línea de abonos dará como resultado «un producto ideal para huertos urbanos porque no huele, gracias a un proceso de higienización y desinfección, carece de elementos químicos y tiene un alto contenido en nitratos y sales minerales». Además de avanzar hacia una planta ganadera en la que todo se reutiliza, con «residuo cero», el técnico afirma que «hemos conseguido que el estiércol vacuno que tradicionalmente se usaba en agricultura lo pueda tener cualquier persona en su casa, porque no tiene ningún problema de olor ni de higiene por el contenido de microorganismos ni ocasiona ningún tipo de problema». La carencia de aditivos, enlaza, ofrece unos «rápidos resultados» en las plantas, «muy visibles en las partes que más nos gustan de ellas: hojas, frutos y flores».

Junto con este fertilizante sólido, de la planta de biogás también sale un líquido que han caracterizado como biofortificante porque aporta a las plantas toda la sustancia que necesitan para hacer frente a plagas, enfermedades o cambios medioambientales «de manera respetuosa y no agresiva como sucede con los fertilizantes químicos».

La producción y comercialización de abonos es una de las nuevas líneas de negocio en esta explotación ganadera valenciana que ha optado por la diversificación de su actividad. Además de la planta de biogás para la generación y exportación de energía, la empresa familiar participa en proyectos de inserción laboral de personas con discapacidad y visitas a la granja de escolares para perfeccionar su formación.

En la Granja San Ramón, las vacas duermen además sobre una base de hormigón con colchones de látex para ofrecer a las reses un «excelente bienestar» y se alimentan con unos menús especiales y equilibrados elaborados por un dietista ex profeso para cada animal, lo que, al decir de los responsables de la empresa, favorece la producción de leche de alta calidad.

Con el desarrollo y lanzamiento al mercado del nuevo cucho limpio, según el consejero delegado del Grupo San Ramón, José Antonio Moreno, la empresa se procura un «elemento muy importante en su estrategia de negocio» con el que cierra el círculo completo de aprovechamiento de sus recursos.