San Isidro Labrador, de vuelta en Santa Eugenia medio siglo después

La localidad maliayesa recupera la fiesta con misa y una espicha para cerca de un centenar de personas

Los vecinos de Santa Eugenia, en Villaviciosa, no recuerdan con exactitud el momento en que la fiesta de San Isidro Labrador dejó de celebrarse. Para unos fue hace más de cincuenta años, otros defienden que poco más de cuarenta. Fuera antes o después, de lo queda constancia es que la conmemoración había caído en el olvido, siendo muchos los jóvenes del pueblo que ni siquiera tenían recuerdo de la misma. Hasta este año, que la asociación de festejos decidió recuperar la festividad tras hablar con los más veteranos. "Por estas fechas solíamos hacer alguna espicha, pero sin misa ni procesión; para sacar dinero para El Carmen. Este año, hablando con los veteranos nos contaron cómo antiguamente se hacía la fiesta de San Isidro. Y como caía en mayo, que el tiempo ya iba a comenzar a acompañar, decidimos recuperarla", explica Pedro Llera, presidente de la entidad.

La jornada arrancó, como estaba previsto, con la misa en la iglesia parroquial, a cargo del religioso Néstor Andrés Atampiz Ríos, quien deseó a los presentes que "San Isidro nos siga acompañando en nuestros trabajos cotidianos". La lluvia, presente por momentos a lo largo de la mañana, dio una tregua el tiempo suficiente para que la imagen de San Isidro pudiese salir en procesión por el entorno del templo. La comitiva caminó con el son de la gaita y la pandereta y con el estruendo de los voladores que retumbaron en el cielo maliayés en varias ocasiones.

"Antes la procesión se hacía solo alrededor de la iglesia, no se bajaba hasta la plaza como ahora", rememoraban un grupo de vecinas a su finalización. Alguna de ellas todavía recordaban la gran celebración del día en que llegó el santo a la localidad. Este fue adquirido por Manolo Carús, un maliayés que emigró y logró hacer fortuna. "Ese día montó una gran fiesta y hubo hasta baile", apuntaron. Precisamente, aquellos que defienden que la festividad llevaba sin hacerse más de cincuenta años afirman que la última vez "el americanu de Collau", como era conocido el indiano, organizó una parrillada para toda la parroquia.

Tras los actos religiosos, la idea inicial de la asociación era hacer una pequeña espicha, como las que ya solía haber. Lo que no contaban era con que el pueblo se acabase volcando, alcanzando casi el centenar de inscritos para la comida entre adultos y niños. "Se nos fue las manos", bromeaba ayer Llera poco antes de que empezase el encuentro.

La asistencia fue tal que la sede vecinal se quedó pequeña y tuvieron que instalar una carpa junto al garaje de un vecino para poder acoger a todos los presentes, que disfrutaron de una jornada de hermandad hasta bien entrada la tarde.

La asociación quiso, además, aprovechar la ocasión para tener un detalle sorpresa con una de sus vecinas más longevas y queridas. Luz Bada sopló durante la comida las velas de su 98 cumpleaños. "Ya el año pasado durante las fiestas del Carmen tuvimos un detalle con ella. Tiene 98 años, pero está estupenda", aseguró Llera.

Mantener tradiciones

La recuperación de San Isidro Labrador es un paso más en el trabajo que desde la asociación de festejos vienen realizando para mantener sus tradiciones. El año pasado, el pueblo de Paniceres, perteneciente a la parroquia de Santa Eugenia, recuperó la conmemoración de San Antón de Abad, que llevaba sin hacerse desde antes de la pandemia. La fiesta coincidió con el veinticinco aniversario de la restauración de la capilla.

Pero a la parroquia aún le quedan fiestas por celebrar. "La siguiente que se tiene que recuperar es la de la patrona, Santa Eugenia. Esa no lleva tanto sin hacerse como la de San Isidro, igual quince años, pero deberíamos volver a hacerla", defendieron ayer las vecinas. El problema, según apuntó Llera, es que la celebración cae en enero, lo que dificulta más poder hacerla por el tiempo. Aún así, no descarta la posibilidad, por lo que habrá que esperar al año que viene para ver si se cumple.