Jesús Arango lamenta el silencio de las instituciones sobre Campomanes

"Es el mejor político asturiano, por encima de Jovellanos, y el padre del desarrollo rural", defiende el economista praviano

Por la izquierda, el catedrático de Historia Económica Joaquín Ocampo, Jesús Arango y el jurista especialista en Derecho Administrativo Javier Junceda, los tres miembros del Ridea, ayer, en la sede de la entidad. | Juan Plaza

Por la izquierda, el catedrático de Historia Económica Joaquín Ocampo, Jesús Arango y el jurista especialista en Derecho Administrativo Javier Junceda, los tres miembros del Ridea, ayer, en la sede de la entidad. | Juan Plaza / Ramón Díaz

Ramón Díaz

Ramón Díaz

Pedro Rodríguez de Campomanes es "el mejor político asturiano, muy por encima de Jovellanos y otros ilustrados". Pero, además, fue "servidor público, economista práctico, historiador erudito, magistrado y jurista de formación sólida, promotor de las luces al impulsar instituciones como las sociedades de amigos del país por toda España, dirigir la Real Academia de la Historia y presidir de la Academia de Jurisprudencia". Ayer, el economista Jesús Arango reivindicó al que llegó a ser calificado como la "eminencia gris" de las reformas habidas en España durante el reinado de Carlos III.

Fue durante la conferencia organizada por el Real Instituto de Estudios Asturianos (Ridea) titulada "De la aldea a la corte. Vida y obra de Campomanes". Arango explicó cómo habiendo nacido en la aldea de Sorriba (Tineo), en el seno de una familia con pocos recursos, Campomanes alcanzó la cúspide de la política española, llegando a ser ministro de Hacienda en el primer gobierno reformista de Carlos III.

Arango habló de Campomanes, de cuyo nacimiento se cumplirán tres siglos el 1 de julio, como una persona "hecha a sí misma", impulsor de carreteras como la de Castilla; promotor de la minería del carbón; que escribió sobre la "maquina de fuego" (tren de vapor); sobre el cultivo del lino, la patata, el mijo y el maíz; sobre las pesquerías... Una persona que "cuando tomaba la palabra seducía y convencía gracias a su torrente de oratoria, basado en sus extensos conocimientos y su prodigiosa memoria".

El economista de Los Cabos (Pravia) habló también de las ideas de Campomanes, que quedaron olvidadas tras su muerte durante 150 años. Lamentó el "silencio absoluto" de las instituciones sobre Campomanes –que contrasta con el enorme prestigio del que gozó en su época–, y aprovechó para reclamar a la Junta General que cumpla el acuerdo que aprobó hace unos años de publicar las obras completas del tinetense. Serviría, por ejemplo, para fomentar las investigaciones de su "desconocida faceta asturianista".

Además, indicó que a Campomanes se le puede considerar "el padre del desarrollo rural", pues, frente la aglomeración en las ciudades, que en su época empezaban a crecer, propuso "fortalecer los núcleos rurales y llevar la industria para evitar el éxodo campesino". Arango destacó que esa propuesta le hizo en su día reflexionar y se convirtió en uno de los fundamentos de sus teorías sobre la cuestión rural y el desarrollo territorial en Asturias.

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