El problema de las listas de espera se agudiza: uno de cada seis asturianos aguarda por una cita médica con un especialista

El Sindicato Médico pide al Principado cambios en el decreto de tiempos máximos, que incumple de continuo, y que cese la "ingeniería de listas"

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

La legislatura sanitaria arranca con uno de cada seis asturianos en una lista de espera de atención especializada. Hace cuatro años, al inicio del pasado mandato, la proporción era de uno de cada nueve. Dicho de otra manera, el aumento de usuarios pendientes de un acto médico es de un 50 por ciento con relación a agosto de 2019. Ahora (el pasado 31 de agosto) son 170.684, que se desagregan en los siguientes epígrafes: 104.813 para primeras consultas con el especialista, 40.833 para pruebas diagnósticas y 25.038 para intervenciones quirúrgicas.

Otras "listas". Obviamente, entre los usuarios de unos apartados y otros existen solapamientos. Pero, como contrapartida numérica, en las mencionadas cifras no están incluidos casi 8.000 enfermos más que esperan una cirugía: de ellos, 4.981 se hallan en situación de "transitoriamente no programables" por diversas razones; y 2.995 figuran en espera "tras rechazo de centro alternativo" para operarse, según la información oficial que difunde la Consejería de Salud con periodicidad mensual.

Demoras más elevadas. Además de aumentar las listas de enfermos en espera, se han incrementado las demoras medias: las de las citas con el especialista, de 71 a 90 días; las de las intervenciones quirúrgicas, de 85 a 99 días; las de las ecografías, de 60 a 84 días... Las esperas más prolongadas corresponden a las resonancias magnéticas, un tipo de exploración cuya demanda se expande de manera exponencial. Hace cuatro años había 8.409 pruebas en espera. Actualmente hay casi el doble: 16.553. La demora media ha pasado de 110 días a 116.

Pandemia y planes de choque. Como es universalmente sabido, en los cuatro años que median entre 2019 y 2023 ha tenido lugar una crisis sanitaria de gran impacto: la generada por el covid-19. También el despliegue en Asturias, a todo lo que da la maquinaria, de un programa de horas extraordinarias de los profesionales sanitarios –trabajo por las tardes– que a duras penas logra contener el aumento de las esperas. Y, como novedad más reciente, se ha producido un cambio de titular en la Consejería de Salud del Principado. La nueva responsable, Conchita Saavedra, ha incluido el recorte de las listas de espera en su lista de tres prioridades fundamentales, junto a la mejora de la atención primaria y la potenciación de los servicios de salud mental.

Lo coyuntural pasa a estructural. "Lo que nos preocupa es el tiempo en el que respondemos. En la demora, estamos por debajo de la media de España por el gran esfuerzo que hemos hecho. Tenemos en marcha un plan de choque, pero ahora tenemos que ir más allá", explicó la doctora Saavedra a LA NUEVA ESPAÑA en una entrevista publicada el pasado domingo, día 17. La titular de Salud tiene decidido que los planes de choque para acortar las espera, que hasta la fecha siempre han sido coyunturales, pasen a ser "estructurales". Se trata de implementar "una serie de medidas que quedarán integradas en el sistema sanitario de forma permanente". Asimismo, Salud prevé establecer unos criterios de priorización para "determinar lo que tiene que ir antes y lo que tiene que ir después, lo que puede esperar y lo que no".

La Consejera ha anunciado que los planes de choque "pasarán de coyunturales a estructurales"

Lo relevante, la gravedad. Sobre este último particular, hay expertos –tal y como publicó ayer este periódico– que abogan por un nuevo paradigma en la gestión de las listas de espera, de modo que los factores que determinen la jerarquización sean la gravedad o la urgencia del cuadro que presente cada paciente, y no el simple tiempo de demora. "La planificación de la actividad asistencial debe basarse en la gravedad, el dolor, la limitación para la vida diaria o el trabajo, la edad y, en último lugar, el tiempo de espera", argumenta el avilesino Enrique González Fernández, médico con una amplia experiencia de gestión a sus espaldas. El que fuera viceconsejero de Salud de la Junta de Andalucía añade que las "peonadas" –denominación que se da en el argot sanitario a los programas especiales– "generan una reducción puntual que rebota pasado poco tiempo".

Niveles de prioridad. A juicio de Alejandro Braña Vigil, hasta hace pocas semanas jefe de Traumatología del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) y ahora jubilado de la sanidad pública, el actual manejo de las listas de espera "no tiene en cuenta las diferencias esenciales entre los pacientes y los procesos". Y puntualiza el doctor Braña: "Hay que discriminar las listas de espera quirúrgicas, asignando niveles de prioridad y compromisos de espera en función de la gravedad y el riesgo para la salud".

Cambio de norma. Desde el Sindicato Médico de Asturias (SIMPA), su secretario general, José Antonio Vidal, analiza los citados planes de choque: "No es justo decir que fracasan totalmente; lo que no consiguen es seguir el ritmo a una demanda exponencial. Pero hemos de superar ese modelo y, en lo que se pueda, mejorarlo". El doctor Vidal coincide con el resto de los consultados en que "no pueden mezclarse patologías demorables con graves no demorables". Y agrega: "Es urgente la modificación del Decreto 59/2018 de tiempos máximos de acceso. No se pueden aplicar los mismos tiempos de garantía a especialidades completas".

Plazos normativos. El máximo responsable del SIMPA alude a una normativa autonómica impulsada por la propia Consejería de Salud que entró en vigor el 8 de noviembre de 2018 y que fija tres plazos máximos para ser atendido en la sanidad pública. Por una parte, 60 días (dos meses) para colonoscopias, mamografías, ecografías, TAC y resonancias. También 60 días para consultas de ginecología, oftalmología, traumatología, dermatología, otorrino, neurología, cirugía general, urología, aparato digestivo y cardiología. Y 180 días (seis meses) para intervenciones de cirugía cardiaca (valvular y coronaria), operaciones de cataratas, histerectomías e implantes de prótesis de cadera y rodilla.

Incumplimientos habituales. Como resulta patente, la Consejería incumple su propia normativa con millares de pacientes, lo que ha llevado también a algunos responsables sanitarios a barajar la posibilidad de modificar el citado decreto. Como puede observarse, el SIMPA se muestra dispuesto a apoyar esta idea, al menos de manera parcial.

Trucos en la gestión. Por otra parte, José Antonio Vidal denuncia la práctica de lo que llama "ingeniería de listas" en virtud de la cual "cuando un paciente se aproxima al tiempo máximo en lista, se le reintroduce, y así siempre se mantienen tiempos medios bajos, a pesar de que el número de pacientes en lista crece y el tiempo real de cita puede ser hasta de dos años". Según el secretario general del Sindicato Médico, el resultado final es "una gestión centrada en la presentación de datos, alejada de la realidad y de los pacientes".

Suscríbete para seguir leyendo