Al otro lado de la barra... también en Fitur

Dice Delfina García, jefa de promoción turística del Principado y uno de los rostros que no sale en las fotos, pero se ocupa de que funcione el stand de Asturias, que el funcionamiento de Fitur es algo así como los premios "Princesa de Asturias". "Cuando acaba esta edición ya empezamos con los pliegos de la que viene. Esto se empieza a gestar entre seis y ocho meses antes", explica entre todo el ajetreo que es el stand en unos días de mucha intensidad. En el espacio, de unos 900 metros cuadrados, con varias salas, todo está cronometrado. Los actos duran unos quince o veinte minutos y hay actividad constante, de 10 de la mañana a 18 horas.

La entrada tiene dos mesas: una, con folletos e información de pueblos turísticos; otra, con las ciudades. En total, hay más de setenta personas trabajando estos días, siendo la mayoría del personal perteneciente a las oficinas de turismo del Principado o de los ayuntamientos. "La zona del Oriente es la más demandada, pero hay mucha variedad", explica Oliva Otero, una de las que está en la mesa de información, en este caso de los pueblos. Se imprimen miles de folletos e incluso es necesario flotar furgonetas para llevarlos a Madrid. En otra de las mesas se da información sobre las ciudades. "Hay gente que te pide cosas muy concretas, como dónde hacer avistamientos de animales o reuniones de moteros", explica Javier Pérez, de Oviedo.

La labor de encaje de bolillos de todo el pabellón es milimétrica. "Tenemos que comunicar cosas de los 78 concejos y coordinar todas las presentaciones. Comunicar los destinos no solo es crear marca y mantenerla, es mucho más", recalca.

En el stand de Asturias hay, cómo no, sidra a cargo de la Asociación de Escanciadores Profesionales. Emilio Rubio, de la sidrería La Montera Picona, de Gijón, presume de haber echado más de mil culetes en un día. "No solo es echar sidra, hay que explicar por qué se hace", recalca. Los visitantes, en su mayoría, se llevan folletos y miran desde fuera el stand, mientras que la mayoría de asistentes a las charlas son asturianos. Lucía Hernán, de Colmenar del Viejo (Madrid), se interesó con su hijo, Alberto Ávila, por las bondades del "Boombastic", el festival de Llanera. "Asturias nos chifla", señaló.

La parte central consta de un gran espacio, con escenario incluido y también seis salas privadas. Detrás, en varias mesas, los empresarios del turismo conciertan citas y hacen negocios. Fitur no para y este fin de semana sigue, pero con menos políticos y más visitantes.

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