Solo los médicos se alegran: malestar en el resto de sanitarios asturianos por los nuevos pluses de horas extra

La norma que regula las nuevas condiciones retributivas para realizar horas extras en la sanidad pública asturiana sólo satisface al Sindicato Médico de Asturias (SIMPA), que considera que se trata de "una excelente noticia para pacientes y profesionales". El resto de las organizaciones que representan a los trabajadores manifiestan objeciones. Como botón de muestra, el Sindicato de Enfermería (SATSE-Asturias) sostiene que el Servicio de Salud del Principado (Sespa) "debería poner las medidas necesarias para gestionar mejor los recursos de los que dispone sin tener que recurrir de forma sistemática a estos programas".

El Boletín Oficial del Principado (BOPA) publicó ayer un acuerdo del Consejo de Gobierno de Asturias que establece el marco del trabajo voluntario y retribuido fuera del horario ordinario que los profesionales de la sanidad lleven a cabo para reducir las listas de espera. La resolución asigna un plus de 442 euros por cuatro horas de trabajo vespertino a los médicos cirujanos, y de 199 euros a las enfermeras. En el caso de las consultas hospitalarias, la remuneración por un módulo de cuatro horas será de 221 euros para el médico y de 99 para la enfermera.

Hasta 442 euros por cuatro horas extra: los pluses que pagará el Principado a los sanitarios para atajar las listas de espera

"Este acuerdo no es de retribuciones, sino organizativo. De hecho, no se aumenta un solo euro las cuantías actuales. Únicamente se suma en una cantidad única un montante fijo y uno variable, donde existiesen", explica José Antonio Vidal, secretario general del SIMPA. A su juicio, el acuerdo ahora vigente implica "una mejora organizativa evidente", pese a lo cual "persisten aspectos mejorables".

Vidal destaca que, "en un tiempo en el que no hay posibilidad de contratación de facultativos por su escasez", la nueva norma "permite utiliza mejor la voluntariedad de los disponibles para luchar contra las desmedidas listas de espera". La principal limitación que observa el máximo responsable del SIMPA es la "desproporción" entre la remuneración del trabajo de quirófano de los facultativos y de las consultas. "Esto da idea del escaso valor que se les presta a estas demoras, cuando el número de pacientes en espera de consultas cuadriplica al de cirugías", indica José Antonio Vidal.

"Discriminación"

Desde SICEPA-USIPA, Graciela Martínez se muestra crítica: "Utilizar fórmulas que en el pasado no han sido exitosas sólo va a llevar al mismo resultado". Según Martínez, "es necesario encontrar soluciones de gestión y control diferentes que sean eficientes para la ciudadanía y el sistema y no generen discriminación entre profesionales, algo que perpetúan sistemas como el actual".

Tatiana Soto, de UGT, hace hincapié en que la nueva normativa "está claro que tiene que mejorar las listas de espera". Sin embargo, en lo que concierne a los trabajadores sanitarios, "hay categorías implicadas directamente con los programas y que no aparecen" en la resolución del BOPA. Por otro lado, un efecto colateral de estos programas es que "suponen un incremento considerable de actividad a otros servicios, como reanimación, esterilización o plantas, que no son reforzados". Esto explica, precisa Soto, que UGT se abstuviera cuando se votó el texto en la Mesa General de Negociación.

Por parte de SATSE-Asturias, su secretaria general autonómica, Belén García González, reclama –en sintonía con UGT– "que se tomen las medidas necesarias para dotar de personal suficiente a aquellos servicios que no se benefician de los programas especiales pero que, a consecuencia de su funcionamiento, ven muy sobrecargada su actividad". Como aspecto positivo, el Sindicato de Enfermería señala la incorporación a la norma de "mecanismos más exhaustivos que, en principio, permitirán justificar documentalmente la necesidad de estos programas especiales y la ampliación de servicios que pueden acogerse a los mismos".

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