Barbón pide apoyo municipal para la red de escuelinas y la reforma del mapa sanitario

El presidente del Principado promete elevar el fondo para obras en los ayuntamientos de los diez millones de este año a 13,3 en 2027

Así fue el I Encuentro de Alcaldes y Alcaldesas de Asturias.

VÍDEO: Amor Domínguez/ FOTO: Miki López

Si no hubieran pasado siete años, empezó Adrián Barbón, él estaría "en el otro bando", el de los alcaldes, y escucharía "muy atento" para tomar por la palabra al presidente del Principado. Aunque el guion del papel que tiene ahora le obliga a "medir las declaraciones, por si acaso", el jefe del Ejecutivo autonómico quiso empezar presentándose como "cocinero antes que fraile" y dejando hablar un momento al alcalde que fue de Laviana –durante nueve años y nueve días– trató de ganarse al auditorio enfatizando de entrada su convergencia con algunas de las grandes reivindicaciones recurrentes del municipalismo asturiano. Básicamente, más fondos para sufragar unas competencias mejor delimitadas y un adelgazamiento de la burocracia.

Al clausurar el primer "Encuentro de alcaldes y alcaldesas de Asturias", organizado por LA NUEVA ESPAÑA, Barbón requirió del Estado "una financiación local justa", reclamó de nuevo la reforma de la ley de contratos del sector público –porque "gran parte de la penalización de las adjudicaciones de obras y servicios tiene que ver con esa norma excesivamente burocrática" de 2017– y reprobó la revisión que se le hizo en 2013, en tiempos del PP, a otra ley estatal, la de bases de régimen local. En ese año y en esa reforma normativa identifica el Presidente el punto de partida del problema de deslinde de las competencias municipales que, como volvió a demostrarse este martes, acapara la amarga queja pertinaz de los ayuntamientos. "No solo no las clarificó", lamenta Barbón, "sino que generó más confusión".

En la parte que directamente atañe a su Gobierno, Barbón quiso alimentar el foro de regidores con un intercambio en el que el Principado ofrece un mejor sustento financiero y pide ayuda. Apela al respaldo de los ayuntamientos para dos de sus proyectos estrella, el desarrollo de la nueva red pública y gratuita de escuelinas y la actualización del mapa sanitario, y promete mejoras que se miden en euros. Tratando de aplicarse a sí mismo el estribillo de los "hechos" y "no las palabras" que en las últimas semanas ha dirigido a algunos ministros del Gobierno, Barbón puso ante los alcaldes y alcaldesas los 55,2 millones de euros en los que el Principado acaba de situar el techo histórico de las inversiones en saneamiento y abastecimiento y el incremento que plantea para el Fondo de Cooperación Municipal. El Ejecutivo que preside se compromete, detalló Barbón, "a aumentar un diez por ciento anual" la dotación de la partida que se reparten los 74 ayuntamientos con menos de 40.000 habitantes para financiar obra pública en sus territorios y a garantizar de aquí al final de la legislatura una elevación de recursos que cambiará los 8,6 millones de 2023 y los diez de este año por los 13,3 que prevé para 2027 y que configurarían "la mayor cifra de la historia de Asturias" como resultado de un incremento que habrá sido de casi un noventa por ciento desde su acceso al poder, en 2019.

Después de un recuerdo sentido para el "¿cómo vas, hermanu?" con el que en un acto como el de este martes le habría recibido el fallecido alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, el discurso del presidente hizo también algunas otras paradas en el futuro. Incluyó una llamada "a eliminar el mal enquistado del localismo", invitó a la colaboración en un proyecto común que comprenda que "no hay que pensar en Asturias como una suma de parcelas" y, ya puestos, aprovechó para pedir a su auditorio de casi todos los alcaldes y alcaldesas de la región colaboración en dos proyectos clave "que necesitan de vosotros para salir adelante". A saber, la nueva red pública y gratuita de escuelas infantiles y la reforma del mapa sanitario, pensada para "reducir burocracia y mejorar la asistencia". Porque la distribución actual tiene cuarenta años, justificó, y "del mismo modo que nadie circula hoy con un mapa de carreteras de hace cuarenta años, la asistencia sanitaria tampoco se puede gestionar como entonces".