"Mamá... esto yo no lo entiendo": La aventura de los indianos, contada fácil para los niños

La historiadora del arte, Virginia Casielles, vuelca en un cuento, incitada por su hija, todo su conocimiento sobre la emigración asturiana a América

La aventura de los indianos, contada fácil para los niños

La aventura de los indianos, contada fácil para los niños / LNE

A. Rubiera

A. Rubiera

"Mamá... esto yo no lo entiendo". Fueron las palabras que espolearon a la historiadora del arte ovetense Virginia Casielles y que están detrás del cuento "El pequeño indiano". Una aproximación al fenómeno de la emigración asturiana a América adaptada al lenguaje, los intereses y la imaginación infantil. Un libro que habla de aventuras, amigos, familia, valores... y que tiene un protagonista real, Víctor Sánchez, un chaval de Colombres que con 13 años se marchó a Cuba, trabajó con ahínco, hizo fortuna gracias a un almacén de tejidos y arrastró a sus cuatro hermanos a la isla caribeña. Ya rico, con 38 años, volvió a su pueblo y reformó la casa familiar hasta darle el encanto de las viviendas indianas. El mismo encanto con el que luego, otros familiares a los que había ayudado, levantaron otras mansiones en la zona, transformando el paisaje urbano del oriente astur.

"Hoy tendría 179 años si viviera. Hace poco me llamó una nieta suya, de 97 años, que vive en Florida, para decirme que estaba supercontenta de que fuera a publicarse un cuento inspirado en su familia", relata Virginia Casielles.

Esa es otra alegría que le ha dado un proyecto que empezó con la demoledora frase de su hija. "Nos había llegado una circular de su colegio, el Santa Teresa, contándonos el proyecto ‘Colorín, colorado, mi familia me lo ha contado’. Un plan de animación a la lectura en el que querían implicar a los padres y las madres, tanto para que contemos cuentos en casa como para que nos animáramos a ir a leer alguno al colegio", explica Casielles. "¿Por qué no lees tu libro?", le animó su hija, refiriéndose a la publicación que había hecho Virginia hacía unos años –va a presentar una segunda edición revisada– para su doctorado en Historia del Arte sobre Manuel Posada, el maestro de obras de muchas de las casas indianas de la zona de Colombres.

"Le dije a Clara que era un libro demasiado grande y fue cuando ella me espetó: ‘Ya, mamá. Esto yo no lo entiendo’", rememora la madre, que hace una década que dirige una academia que ayuda a los niños en sus procesos de aprendizaje. "Dándole vueltas esa noche en la cama, no paraba de pensar cómo podía ser que mi hija no entendiera algo en lo que yo estaba tan centrada. Cómo era posible que ni para los adolescentes estén claros la figura y el concepto del indiano. Generaciones que no entienden el porqué de esas ‘cacho’ casas que se ven en muchos pueblos de Asturias, y a los que igual no les hemos contado bien las apasionantes historias que hay detrás", explica Casielles, que pide disculpas porque a la hora de captar la atención infantil "me centré solo en los emigrantes que triunfaron, pese a que hay muchos otros que no tuvieron ese éxito". También recurrió a un deliberado punto naif para que la obra saliera adelante.

Al principio el cuento iba a tener un único ejemplar "que sería un regalo para Clara". Pero al final el proyecto fue cogiendo vuelo "con un encadenado de aportaciones que no estaban previstas", dice feliz la autora, refiriéndose a las preciosas ilustraciones de Javier Pérez, la maquetación de Cristina Suárez, el booktrailer de Cristina del Corro... "Tengo la sensación de que este cuento va encadenando un buen rollo enorme y no puedo estar más agradecida. Hasta las librerías a las que lo he llevado me lo han recibido con los brazos abiertos y en alguna hasta me han pedido que haga más proyectos de historia para niños", cuenta la autora.

Casielles presentó su obra con aforo lleno en la Biblioteca La Granja, en Oviedo, el sábado. Y le acompañaron el ilustrador Javier Pérez y Carmen Adams, catedrática de Patrimonio Cultural y Turismo. "La emigración asturiana a América generó casas ostentosas y policromas, imágenes extravagantes: a veces desmesuradas, otras pintorescas. Siempre raras. Pero el fenómeno indiano fue mucho más. El viaje a Ultramar trajo conocimientos, ideas nuevas. El sincretismo generado es el sustrato de lo que somos los asturianos y las asturianas. La reivindicación que sobre esto hicieron a finales del siglo XX intelectuales como Cruz Morales Saro hemos de repensarla desde el siglo XXI. Como ellos hicieron en los años 80 respecto a lo que vieron en esta realidad los pensadores del Grupo de Oviedo. La iniciativa de Virginia Casielles habla de pasado, pero también de futuro. De cómo los niños de hoy deben conocer su pasado y los orígenes de su identidad. Y nosotros tenemos la obligación de contárselo", sostiene la catedrática.

Adams recuerda a Virginia Casielles –"brillante alumna"– en la Universidad "por sus ideas distintas, por su capacidad para salirse de la caja y ver lo que otros no veían. Con este cuento nos ha hecho este regalo. Aprovechémoslo, nos va mucho en ello", concluye.

Suscríbete para seguir leyendo