Entrevista | Jonás Fernández Eurodiputado del PSOE

"Queremos lograr un nuevo fondo para reindustrializar Europa, es un reto"

"Para Asturias, la pertenencia a la Unión Europea supone una oportunidad de crecimiento infinita que no tendría si solo estuviera circunscrita a España"

Jonás Fernández.

Jonás Fernández. / Fernando Rodríguez

El economista Jonás Fernández (Oviedo, 1979) acredita una labor sólida, discreta y eficaz de diez años como eurodiputado. Llegó con las réplicas del "austericidio" por la crisis financiera y ha vivido los avatares de la pandemia y de la crisis por la guerra de Ucrania sin perder de vista dos negociaciones con las que se había comprometido en la anterior campaña europea: los aranceles a las industrias de países que no tienen las exigencias medioambientales de la Unión Europea y el fondo para las regiones afectadas por la descarbonización. No duda un ápice de que la Unión Europea ofrece a la Asturias del siglo XXI "una oportunidad de crecimiento infinita".

–¿Esperaba ir en un puesto tan alto, de elección prácticamente segura?

–La verdad es que no. Agradecí y mucho el apoyo de los militantes en las consultas de las agrupaciones y, por supuesto el apoyo de la Federación Socialista Asturiana, y del secretario general, Adrián Barbón, pero la elaboración de una candidatura siempre es complicada, hay compañeros y compañeras que merecen estar en ella y no hay espacio para todos. Este puesto refleja la influencia y el peso de la FSA y del gobierno de Barbón en el conjunto del partido y quiero pensar también que el trabajo propio en estos años ha ayudado. Es una posición muy buena, pendiente ahora de la opinión y el voto de los ciudadanos en las elecciones del 9 de junio, en las que aprovecho para animar a participar.

–¿En el Europarlamento se vive la polarización y crispación que inunda la política española?

–No, pero hay razones estructurales para un ambiente más tranquilo, es un marco muy distinto. En primer lugar, en el parlamento europeo no hay diputados de la oposición y del Gobierno. Los diputados tienen libertad de voto y todas las nuevas leyes salen por procesos de negociación en las que diputados liberales, verdes, populares y socialistas tienen que ponerse de acuerdo pues tampoco hay mayorías parlamentarias sólidas y además esa libertad de voto impide que los grupos puedan actuar de manera monolítica. Es un entorno de discusión y deliberación que obliga a tener buenas relaciones, con independencia de las posiciones políticas de cada uno, porque al final tienes que llegar a algún tipo de acuerdo.

–Esta legislatura europea ha estado marcada por la pandemia y por la guerra de Ucrania. ¿Qué balance hace de estos cinco años?

–Es un balance positivo. La percepción de los ciudadanos europeos, españoles y asturianos es muy distinta a la respuesta que dio la UE ante la crisis financiera de la primera década de este siglo.

–¿Cuáles fueron los motivos de esa respuesta diferente?

–El distinto equilibrio de poderes en el Parlamento, en la Comisión Europea y en el Consejo permitió arbitrar unas soluciones de política económica diametralmente distintas a las que se tomaron en la crisis financiera. El shock de la pandemia y los efectos de la invasión de Putin en Ucrania, con inflaciones muy elevadas en toda Europa, supusieron retos trascendentales para el futuro del proyecto europeo y en ambos hemos sido capaces de dar una respuesta de la Unión Europea para proteger a los ciudadanos. La fortaleza y las virtudes del proyecto europeo han quedado de manifiesto con la investigación y distribución de una vacuna al mismo tiempo y de manera gratuita para un ciudadano, sea búlgaro, finlandés o asturiano.

–¿Es el electorado cada vez más consciente del peso que tiene Europa en su día a día?

–Percibo, a diferencia de en otros momentos, una mayor simpatía y cercanía por la UE entre los ciudadanos. Ahora hay una mayor toma de conciencia sobre la relevancia de las decisiones que se toman en Bruselas. Espero que se note en el porcentaje de participación en estas elecciones.

–¿En la crisis económica de 2009-2010 se protegió más al sistema que a los ciudadanos?

–Sí, en la crisis económica y financiera el poder político en Europa estaba claramente sesgado a la derecha. Teníamos un gobierno muy conservador en Francia, gobiernos conservadores en Italia y en Alemania, donde además había un ministro de finanzas liberal y la presencia socialdemócrata en el Consejo era muy reducida y en el Parlamento europeo bastante menor en términos relativos a la actual. Ahora, ante la pandemia y la crisis por la invasión de Ucrania se logró romper una de las cadenas que no fue posible en la crisis anterior, con la emisión de deuda común.

–¿Qué papel tiene una región pequeña, de apenas un millón de habitantes , como Asturias en la Europa del siglo XXI?

–A una comunidad como Asturias, pequeña pero muy abierta al exterior en términos económicos, culturales y sociales, la pertenencia a la Unión Europea, le da una oportunidad de crecimiento infinita. Formar parte de la Unión Europea da unas posibilidades de crecimiento que Asturias no tendría si estuviera únicamente circunscrita a España. Pero no podemos jugar solos en esa liga europea, por lo tanto la búsqueda de socios y aliados es vital para que los intereses de Asturias estén presentes en la toma de decisiones, como ocurre por ejemplo con el Corredor Atlántico.

–La lista europea del PSOE está liderada por Teresa Ribera, que no es precisamente la ministra que goza de más simpatías en Asturias por cuestiones como el cierre de las térmicas y el lobo.

–Europa se comprometió a hacer al continente climáticamente neutro en 2050 y está en el camino de lograr ese objetivo. Esa transición es compleja y especialmente difícil en regiones como Asturias, donde la presencia industrial generaba volúmenes de emisiones que había que reducir. Sin duda, hay un debate sobre cuál es la velocidad de la reducción, pero todos somos conscientes de los efectos del cambio climático, ya no es una cuestión de científicos o de visionarios. Teresa Ribera, con el encargo del Presidente de avanzar en ese proceso de transición, ha tomado las medidas oportunas para reducir las emisiones de C02. Los asturianos pensamos que ese proceso debería ir acompañado aún con mayores esfuerzos para ayudar a ese ajuste. Pero hemos dado pasos, como el fondo especial para las regiones en transición, que ya es una realidad.

–El presidente Adrián Barbón reivindicaba esta semana una política más decidida de Europa a favor de su industria y para evitar deslocalizaciones. ¿Es una cuestión prioritaria en Bruselas?

–La política industrial es el debate central en Europa en estos momentos. En la pandemia y en la invasión de Putin en Ucrania hemos aprendido que Europa mejorar la política industrial y su producción de bienes y servicios. Se impone la reflexión de cómo fortalecer una política industrial europea. Los socialistas trabajamos para mantener el fondo Next Generation, que acaba en 2026, de manera permanente. Aspiramos a crear un fondo que dé continuidad al Next Generation y permita financiar las políticas industriales. Además en 2026, el arancel ambiental, que ya está funcionando, empezará a generar recursos. Reindustrialzar Europa es un reto.

–¿Y que pasa con el reseteo sobre el lobo que plantea ahora Europa?

–La Comisión Europea ha abierto un proceso de deliberación, en el que la posición del Gobierno de España es distinta a la opinión del Principado. Asturias tenía un buen plan, que defendía el mantenimiento de la especie con un mayor equilibrio con las actividades ganaderas y mi opinión está alineada con la del Gobierno de Asturias. Veremos como acaba ese proceso de deliberación en Europa.