Comienza la organización de los trabajos en las baterías de coque de Avilés para su desmantelamiento

Personal de Sepides y de la empresa adjudicataria examina sobre el terreno la coquería para estructurar la ejecución de las obras

Personal de las empresas contratistas, ayer, en las baterías de coque de Avilés.

Personal de las empresas contratistas, ayer, en las baterías de coque de Avilés. / A. P. Gión

Amaya P. Gión

Amaya P. Gión

Comienza el trabajo sobre el terreno para demoler las baterías de coque de Avilés y liberar los terrenos que ocupan para la posterior urbanización de los terrenos con fines industriales y empresariales. Personal de Sepides y equipos de la UTE adjudicataria de los trabajos de desmontaje (Erriberri-Afesa) visitaron ayer las instalaciones para presentar a los equipos y coordinar los trabajos de ejecución una vez firmado el contrato y el acta de inicio de las obras, un trámite que se ha retrasado un año sobre las previsiones iniciales por los recursos que acompañaron al proceso de licitación.

En estos días se está produciendo la primera toma de contacto del contratista y las subcontratas con el emplazamiento del proyecto y sus alrededores, su configuración y naturaleza de cara a organizar los medios humanos y materiales necesarios para la ejecución de las obras, que tienen un plazo de ejecución de 18 meses.

Erriberri tiene un plazo de un mes desde la formalización del contrato para presentar el plan de los trabajos de desmantelamiento , todo aquellos que están relacionado con las medidas para prevenir, controlar y contener la contaminación de suelos y aguas en el desmontaje de cubetos y tanques y que forma parte de la primera fase de demolición. El plazo se amplía a cuatro meses en el caso del proyecto de la fase dos, el plan de derribo total.

Eso no significa que la actividad esté parada en el terreno. Este mismo mes se activa la fase cero, la de la enajenación de materiales, residuos, maquinaria, elementos, subproductos etcétera que se puedan y deban retirar ya, tras la firma del contrato.

Las fases posteriores, la uno y la dos, corresponden a la enajenación de aquellos materiales, elementos, residuos, etcétera, que se obtengan una vez comience la demolición y por tanto la obra propiamente dicha.

Despejar las incógnitas sobre el futuro de los elementos que la Cámara de Comercio y el Ayuntamiento pretenden indultar (los almacenes generales y uno de los gasómetros, respectivamente) es uno de los objetivos de Sepides a corto plazo. Y es que, entre otras cuestiones, la empresa adjudicataria tiene que contar con esa información para la redacción de esos proyectos sobre las fase 1 y 2.

La idea cameral es impulsar en esas grandes instalaciones una especie de gran centro tecnológico vinculado a la innovación, un espacio multifuncional que pueda albergar proyectos de I+D y que puedan utilizar las empresas del entorno. Como informó este periódico, la entidad cameral no tiene capacidad económica para afrontar el ambicioso proyecto por sí sola y demanda colaboración público-privada para que no quede en un cajón.

En cuanto a la administración local, el PSOE se comprometió en campaña a explorar las posibilidades de los fondos europeos para convertir uno de los gasómetros de Ensidesa en un centro de divulgación científica y tecnológica. Un año después, en el verano de 2020, trascendió el primer paso para lograr ese objetivo: un convenio urbanístico de contraprestación económica entre el Ayuntamiento y la sociedad dueña de las instalaciones mediante el que Sepides entregaría el coste que debería asumir por el desmantelamiento del depósito de gas al Ayuntamiento. No ha trascendido nada más desde entonces más allá de esa intención.

Con el proyecto de desmantelamiento al fin encauzado, se esperan próximos avances en la tramitación del planeamiento para la urbanización de los terrenos que ocupa la coquería, los cimientos del PEPA II.

El informe ambiental, ya listo desde hace tiempo, se incorporará al documento de modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) que está ultimando Sepides (la sociedad propietaria del PEPA y de los terrenos de la coquería) para empezar el trámite ambiental. Los planes pasan por redactar el proyecto de urbanización de forma paralela a esta tramitación.

Desde Sepides vienen defendiendo que los terrenos de las antiguas baterías ofrecen un espacio de oportunidad para Avilés y la comarca al encontrarse en un espacio privilegiado, con una situación estratégica y rodeado de industria e innovación. “Debemos de transmitir seguridad y confianza en el proyecto y es de vital importancia la implicación y colaboración de los distintos agentes y administraciones que intervienen en el proyecto. Llevamos apostando históricamente por construir futuro, desarrollo y progreso en Avilés. Queremos avanzar y recuperar la ilusión de un proyecto prioritario para nosotros y poner a disposición del tejido económico asturiano un nuevo parque empresarial más innovador y sostenible”, sostienen desde Sepides.

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