El Centro Niemeyer junta en Avilés literatura y pintura en una muestra de obra gráfica de Dalí

"El artista ilustró sólo las creaciones que le decían de verdad algo, como ‘La vida es sueño’ o el ‘Fausto’", defiende la comisaria de la exposición

Saúl Fernández

Saúl Fernández

En "La vida es sueño" el rey Basilio encierra a su hijo Segismundo en una gruta. Cree que así se va a salvar. En ese encierro es donde sale uno de los lamentos más atinados de toda la literatura española, el de "¿Qué es la vida? Un frenesí". Y ahí es donde se amarró el artista catalán Salvador Dalí cuando ilustró la tragedia calderoniana. "Se sentía muy concernido por esta obra: su relación con el padre fue muy destructiva", señaló ayer Marisa Oropesa, la comisaria de "Dalí. Dibujar lo escrito", la nueva exposición del Niemeyer. La acoge el edificio de la cúpula, con sus paredes curvas. "Según llegas, te encuentras un sitio difícil, pero poco a poco notas que te va a envolviendo, como un útero materno", añadió Oropesa, que ya trabajó en Avilés en otras dos ocasiones (la de la obra gráfica de Picasso, en 2020; y la de la colección de la fundación ICO, en 2017).

La nueva exposición abrió ayer y así permanecerá hasta el próximo 18 de junio. En la inauguración estuvieron la consejera de Cultura, Berta Piñán, y la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, a la sazón, presidenta y vicepresidenta de la fundación que gestiona el complejo cultural de la ría de Avilés. Borja Ibaseta, coordinador de actividades de la fundación, suplió al director general del complejo cultural, que está en Sâo Paulo, en Brasil (la semana próxima se inaugura allí "Vuelta al revés del revés", la anterior exposición de la misma cúpula).

Marisa Oropesa, que comenzó su carrera en el mundo del arte siendo la conservadora de la colección Gerstenmeier, explicó: "Dalí ilustró sólo las obras que de verdad le decían algo". Esto lo dijo durante el recorrido por la cúpula. Y añadió los vínculos del artista, aparte de con la literatura, con el teatro y el cine. De hecho, la clave de "Dalí. Dibujar lo escrito" está en los figurines y los bocetos de la escenografía de la versión del "Don Juan Tenorio", de José Zorrilla, que Luis Escobar y Huberto Pérez de la Osa dirigieron en 1949 en el teatro María Guerrero, en Madrid, un espectáculo que protagonizaron Luis Prendes, Gabriel Miranda, Gaspar Campos, Jose Luis Lopez, José María Rodero, Fernado Guillén, José Álvarez, Elvira Noriega y Amparo Gómez Ramos. Este reparto repitió un año después. "Lo que tenemos aquí son los bocetos de 1950", explicó Oropesa. "El teatro era lo suyo: siempre fue un ‘performancer’", destacó la comisaria.

No había trabajo pequeño para Salvador Dalí. "En estos bocetos se ven sus obsesiones: la muerte, el final", añadió Oropesa. Y así es cómo se explican "los cipreses que vuelan hacia el cielo, la presencia de Gala en cada uno de sus grabados".

La parte de "Don Juan Tenorio" es la que ha cedido el Centro de Arte Reina Sofía. "No lo expone, pero es normal. Tienen ‘El gran masturbador’ y otras obras importantísimas", destacó la responsable de una exposición que nació sólo para el Niemeyer. El resto de la obra gráfica procede, dijo Oropesa, "de colecciones particulares".

Para la comisaria de "Dalí. Pintar lo escrito", el artista catalán "siempre fue un genio". Destacó, en este sentido, aquel comentario que hizo Rafael Alberti cuando, en la Residencia de Estudiantes, intentó entrar "en la celda del pintor –a las habitaciones las llamaban celdas– y no pudo: la había cubierto de dibujos".

La parte del león de la exposición es la que conforma las ilustraciones de la "Divina Comedia" de Dante. "El gobierno italiano le había encargado el trabajo con motivo de un centenario del escritor florentino", señaló Oropesa. "Se desconoce si fue que pidió mucho dinero o por las críticas de los pintores italianos por haber elegido a un español para hacer este trabajo, el caso es que la edición ilustrada tampoco se publicó como se había previsto", añadió la comisaria. La cúpula se ha vestido de color para mostrar cada una de las partes de la obra: Infierno, Purgatorio y Paraíso.

La exposición concluye con dos pequeñas muestras más: una sobre una obra de artista escrita por André Malraux. Y la otra, sobre "Fausto". "Otra vez, la muerte en sus trazos", concluyó Oropesa.

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