De la Madrid: "El cinematógrafo comenzó como una demostración de prodigio científico"

En 1896 había dos aparatos de proyección de cine en la ciudad, cuando no existía aún en Barcelona, revela el autor de "Avilés. Una historia de mil años"

Juan Carlos de la Madrid, junto a Luzmar González Arias, directora del Centro de Servicios Universitarios de Avilés.

Juan Carlos de la Madrid, junto a Luzmar González Arias, directora del Centro de Servicios Universitarios de Avilés. / Mara Villamuza

C. J.

Juan Carlos de la Madrid, autor de "Avilés. Una historia de mil años", trató ayer de desmontar mitos, resolver una incógnita y de situar a la ciudad en el contexto de la historia del cine mundial y de España. "Avilés en los inicios del cinematógrafo" era el título de la conferencia con la que el historiador local inauguró la primera edición de "Estudio Avilés. I Ciclo de Avilés y el Cine", que pretende mostrar la estrecha y centenaria vinculación del municipio con el séptimo arte.

Las primeras sesiones del cinematógrafo de los Lumiere o, para ser exactos, "con dos aparatos de proyección de cine", se realizaron en Avilés en agosto de 1896. Por aquel entonces el censo era de unos 20.000 habitantes. Pero a las grandes ciudades del país como Barcelona no llegaría la imagen en movimiento hasta un año después. "Es un enigma", expuso De la Madrid sobre esa realidad local. El primero de esos aparatos de proyección se vio en la calle San Bernardo, en los almacenes de la familia Carbajal. El otro estaba en la calle Rui Pérez. "En Avilés, en tiempos de cinematógrafo primitivo se veía cine, pero no había cines", abundó el autor, doctor y licenciado en Geografía e Historia por la Universidad de Oviedo, diplomado en Cinematografía y especialista en Gestión Cultural y Territorio.

El acto, que se desarrolló en el Centro de Servicios Universitarios, contó con breves proyecciones y alguna canción que se fueron intercalando con el repaso que De la Madrid realizó para desmontar algunos mitos como que los hermanos Lumiere no fueron los únicos en capitalizar la historia del cinematógrafo. "Había más", aclaró De la Madrid, para explicar que el cine no fue un arte que arrasara desde el inicio, de hecho, expuso, "al principio no pretendió ser un arte, sino una demostración de un prodigio científico".

Segundo mito desmontado. "Hasta la primera guerra mundial nadie le presta atención al cine. Pero no todo es ver imágenes, sino que hay que situarlo en un contexto y ver cómo eran los espectadores" que acompañaban esa nueva forma de ocio, relató Juan Carlos De la Madrid antes de poner en contexto la realidad de Avilés y Asturias junto con la evolución del nuevo espectáculo para la sociedad en el ámbito internacional. "Quiero situar Avilés en el mapa, pero nunca desde una historia localista", aclaró antes de confesar que en una próxima sesión le gustaría haber llegado a concretar cómo los dos primeros aparatos de proyección de cine se estrenaron en Avilés se adelantaron a ciudades como Barcelona.

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