González-Pola reivindica princesas rebeldes frente a "Cenicienta"

La autora vincula feminismo y ecologismo y señala que las distopías juveniles encarnan el salto de adolescentes a adultos

Covadonga González-Pola, a la izquierda, conversando con Rebeca Fernández, moderadora de la charla, en la Casa de las Mujeres. | Ricardo Solís

Covadonga González-Pola, a la izquierda, conversando con Rebeca Fernández, moderadora de la charla, en la Casa de las Mujeres. | Ricardo Solís / Sara Martínez

Sara Martínez

Covadonga González-Pola (Madrid, 1984) protagonizó ayer una de las charlas del Celsius fuera de sus sedes habituales. La escritora habló en la que es la Casa de las Mujeres de Avilés, situada en la calle La Ferrería desde noviembre pasado, para poner sobre la mesa tres de sus obras más destacadas, "Las niñas ya no quieren ser princesas" (2017), "Desehadas" (2022) y "No es no" (2022). La sesión formaba parte de los encuentros de escritoras que ofrece el Festival Celsius en Avilés, desde el pasado día 18 y finalizará mañana.

Todas las obras de González-Pola han sido escritas en clave feminista y atendiendo a otras cuestiones sociales que se relacionan entre ellas. Escritora, editora y fundadora de la escuela de escritura Tinta Púrpura, Covadonga González-Pola aunque toda su vida está dedicada a los libros desde que escribió su primera novela a los doce años, "Los cazatesoros de Llanes", las ciencias ambientales forman parte de sus grandes intereses. La preocupación climática está muy presente en sus obras, en las que los personajes tienen, de alguna forma, una fuerte relación con la naturaleza. "Estamos creando un mundo en el que la naturaleza habita los lugares que no queremos nosotros como seres humanos", aseguró, dándole importancia a cuestiones como el cambio climático.

El tema del medioambiente está muy presente en novelas de ciencia ficción o fantasía, que son las protagonistas del Celsius y de la propia escritura de González-Pola. La autora relacionaba ayer las cuestiones feministas con las ecológicas, resaltando la importancia de los relatos ecofeministas y del poder que tiene la naturaleza para servir como metáfora y convertirse en un personaje protagonista, aunque a veces cueste que se perciba como tal. "Hay algo de lo que no nos damos mucha cuenta, y es cómo esa naturaleza destruida de las distopías juveniles, que tienen muchísimo éxito, simboliza el paso de la adolescencia a la edad adulta, esa etapa de destrucción".

Su obra "Las niñas ya no quieren ser princesas" consta de diferentes relatos que modifican las historias conocidas de siete de las más famosas princesas Disney. La idea de la autora fue la de darle un giro a estos relatos desde un punto de vista feminista. "A mí me gustan mucho las películas de Disney, pero no aplicaría ninguno de sus mensajes en mi vida", explicaba. Es por esto que se decidió a reescribir, entre otras, la historia de Cenicienta. "En esa película se saca el mensaje de que la bondad es sinónimo de aguantarlo todo. En el libro, las princesas se rebelan".

Al preguntarle a González-Pola acerca de la visión de la juventud sobre cuestiones de género en relación con la escritura, afirmó tener la sensación de que se ha avanzado en derechos y sensibilización a lo largo de los años, aunque aún falta camino por recorrer. "Mientras leemos dejamos espacio para la reflexión y debemos llegar a nuestras propias conclusiones", explicó, dejando claro que la lectura es un medio más de reivindicación social al que no importa cuánto se tarde en llegar. "Nunca es tarde para adentrarse en el mundo de la literatura", concluyó.

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