Las fiestas de Halloween despiden la actividad escolar hasta el lunes

Los colegios organizaron diversas actividades con motivo de Todos los Santos y las aprovecharon para reflexionar sobre los miedos

I. G.

Los sustos, los trucos y tratos y las máscaras monstruosas propias de Halloween ya forman parte ineludible de la víspera de Todos los Santos. Comparten espacio con la antigua costumbre de la noche de ánimas, una vieja tradición asturiana según la cual también se decoran calabazas y que tenía que ver con dar la bienvenida a "lo oscuro", a la llegada del tiempo en el que los días son más cortos y las noches más largas, lo que viene siendo el otoño. Con esos mimbres, los centros educativos en general, los de apoyo a la integración y los colegios de Infantil y Primaria llenaron las aulas de personajes extravagantes. Así, algunos iban disfrazados de monstruos, otros de esqueletos y algún que otro de diablillo o brujas capaces de dar algún que otro susto o generar miedo y, de paso, intentar aprender a vencerlos, sobre todo, en el caso de los más pequeños.

Así, el centro de apoyo a la integración de Villalegre le dio una vuelta a la temática y animó a sus usuarios a meterse en el papel de "Harry Potter" y dejarse llevar por el mundo mágico y también misterioro de la magia; hicieron pócimas y conjuros y alguna que otra "práctica de vuelo" con escoba sorteando obstáculos. Todo fue el martes, antes del inicio del puente festivo, como también ocurrió en los centros de Primaria.

Por ejemplo, el colegio público de Villalegre se metió de lleno en el mundo de Halloween y, entre otras actividades, leyeron cuentos en inglés al alumnado, por aquello de que esa tradición nació en Irlanda, se exportó a Estados Unidos y llegó de nuevo al Viejo Continente para fusionarse con la vieja tradición céltica de la Noche de Ánimas.

En el colegio Palacio Valdés también hubo personajes varios, diablas y demonios que acudieron a clase ataviados, algunos, con maquillaje "monstruoso" y vestimentas que no suelen ser habituales en otra época del año salvo en el Antroxu. En el Enrique Alonso también hubo tiempo para reflexionar sobre los miedos a través de una obra de teatro, entre otras actividades escolares.

La fiesta con motivo de la víspera de Todos los Santos también llegó a la asociación de vecinos de Jardín de Cantos. Los vecinos, muchos pequeños, disfrutaron de una merienda en el local social en la que tampoco faltaron las "brujas". Y así, los niños y no tan niños dieron la bienvenida al mes de noviembre en el que los días son más cortos y las noches marcan buena parte de las jornadas diarias; eso sí, sin sustos ni miedos.

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