Desde la Meseta

De qué hablamos

La sorprendente actualidad nos conduce del debate sobre la amnistía a la guerra entre Israel y Gaza

Luis Alonso-Vega

Luis Alonso-Vega

Los frentes cada día aumentan más, porque la población, a medida que aumenta, parece volverse más loca o, si quieren, más rebelde. En Europa mantenemos nuestra guerra particular contra los desmanes de un Putin soberbio con la ayuda de algún oligarca y alguna que otra nación que se tiene como comunista. Como en la última visita del mandatario de Corea del Norte, que se desplazó desde su país en un tren blindado, en el que incluso metió dentro su propio coche para desplazarse por Moscú, ya que no se fiaba del vehículo que le envió Putin. ¿Se fijan? Ni entre mandatarios de la misma cuerda se fían el uno del otro.

Y, de repente, Israel despierta con una sorprendente y vieja o antigua guerra con Hamás en la Franja de Gaza, donde ya reinaba la intranquilidad. Los muertos ya se cuentan por miles, los heridos también y la destrucción de casas es innumerable, aprovechando igualmente para apresar a familias completas. El primer ministro Netanyahu, ante tales desmanes, se ve obligado a declarar abiertamente la guerra a Hamás y llamar a la población reservista. Desde la ONU, la UE y los EE UU alzan sus voces en favor del pueblo israelí.

Y seguimos hablando, pero en esta ocasión de España y más concretamente de Andalucía. Dos sacerdotes, católicos por añadidura, echan novia y ambos conviven hasta en la misma habitación. Se monta, nunca mejor dicho, un cirio que ni el Obispado es capaz de ponerle remedio. Lo más sorprendente, si así se puede llamar, es que ambas parejas terminan denunciándose. Los nombres de los curas dan la vuelta a España: el padre Fran y el padre Roberto. Pocos días después comenzaba en el Vaticano el Sínodo de los Obispos, donde espero se traten referidos asuntos y otros de mayor importancia.

Hoy podíamos comentar asuntos de política nacional, pero yo ya estoy harto de hablar de la amnistía y hasta de la República, igual que de Puigdemont. Descansemos.

Suscríbete para seguir leyendo