Roglic se corona en el Angliru

El ataque del esloveno casi le cuesta el liderato a Kuss en favor de Vingegaard en una carrera que se van a jugar entre los tres compañeros del Jumbo Visma

Roglic, en primer término, seguido por su compañero de equipo Vingegaard, a poco más de un kilómetro de la meta en el Angliru. | Roberto Menéndez

Roglic, en primer término, seguido por su compañero de equipo Vingegaard, a poco más de un kilómetro de la meta en el Angliru. | Roberto Menéndez / J. E. Cima

José Enrique Cima

José Enrique Cima

Primoz Roglic culminó una nueva exhibición del Jumbo Visma y se coronó como nuevo rey del Angliru gracias a un potente ataque en la parte más dura de la ascensión, la Cueña les Cabres, con un infernal porcentaje del 23%, que solo pudo aguantar su compañero de equipo y dos veces ganador del Tour de Francia Jonas Vingegaard. El último ganador del Giro entró por delante del último ganador del Tour, con una ventaja de 19 segundos con respecto al jersey rojo, Sepp Kuss, también del Jumbo Visma, que pudo mantener su liderato y que entró junto a Mikel Landa, el único que se rebeló un poco contra la dictadura tiránica del equipo de Países Bajos en esta Vuelta a España. Kuss mantiene el jersey rojo con una ventaja de 8 segundos con respecto a Vingegaard y de 1 minuto y 8 segundos con Roglic.

Otro que demostró tener un pundonor descomunal fue Remco Evenepoel, que se escapó en Infiesto, ayudado más tarde por su compañero Cattaneo. El belga, vigente ganador de la Vuelta, tuvo que claudicar a 5 kilómetros de la meta debido al fuerte ritmo que impuso el Bahrain de Mikel Landa. El asturiano Pelayo Sánchez, por su parte, se mantuvo con los mejores hasta que en las duras rampas del Angliru, cuando quedaban 7 kilómetros para meta, se quedó sin fuerzas.

Un espectáculo de altura

La victoria final en la Vuelta se la van a jugar, con toda probabilidad, entre los tres corredores del Jumbo Visma y hoy, en la novedosa etapa con final en la Cruz de Linares, puede que esa incógnita quede prácticamente despejada. Todo va a depender de que el líder Kuss sea capaz de aguantar la exigua renta de 8 segundos que tiene con su compañero Vingegaard. Eso sí, salvo desfallecimiento o desgracia, todo hace indicar que, por primera vez en la historia, el podio final de Madrid estará compuesto por tres corredores del mismo equipo.

Será difícil de olvidar el espectáculo que se vivió en la montaña del Angliru, que además demuestra que en la montaña riosana siempre se hacen diferencias, también entre los grandes, al contrario de lo que muchos piensan. Sólo hace falta mirar la clasificación de la etapa para ver que los corredores entran de uno en uno. Y es que así el infierno del Angliru, que acrecienta su leyenda. Una subida donde no hace falta casi atacar, puesto que cada uno se queda en su propio vagón. La televisión lo hace aún más grande, reflejando el entusiasmo de los aficionados y el esfuerzo de los deportistas.

Pero la pelea comenzó en la salida, en Ribadesella, en el llano, camino de Arriondas y Nava. La escapada se formó pronto, pero el campeón destronado en el Tourmalet, Evenepoel, quiso lucirse y saltó en Infiesto, cazó en Nava (kilómetro 47) a los fugados y luego el considerado como "pequeño Merckx" se dejó ir en el grupo de escapados hasta el primer puerto, La Colladiella, donde, ayudado por su compañero Cattaneo, lanzó un ataque por la victoria etapa.

El pelotón iba a tres minutos, pero el Jumbo de Roglic, Vingegaard y Kuss también quería brillar en el Angliru. Impresionó ver a Cattaneo tirar a muerte camino de Pola de Lena hasta dejar el camino despejado para el campeón del mundo en la primeras rampas del Cordal. Evenepoel hasta le dio una palmada a Cattaneo cuando le relevó y empezó su carrera particular en solitario. El Jumbo no lograba rebajar la diferencia de los 2.50 que les llevaba el belga y a mitad de subida, tras un ataque de Marc Soler, el Bahrain de Mikel Landa cogió el timón y puso un ritmo explosivo que redujo la distancia a 2.18 en la cumbre. Eso fue determinante para que Evenepoel no pudiera ganar la etapa. También la precaución del belga en la bajada del Cordal, donde en su día sufrieron caídas de gravedad ciclistas como Escartín y Olano, entre otros. Eso le costó otro minuto.

Fue clave. Evenepoel subió solo los primeros 7 kilómetros del Angliru, pero pronto le pasó Bardet y enseguida le alcanzó el grupo de los favoritos. Ahí empezó otra batalla. Poels había roto el pelotón y ya solo aguantaban Kuss, Roglic, Vingegaard, Buitrago, Ayuso, Almeida y Mas. Fue ahí cuando se quedó sin fuerzas el bravo asturiano Pelayo Sánchez. En la Cueña les Cabres pasó al ataque el ambicioso Roglic, al que solo pudieron seguir Vingegaard, Kuss y Landa, dejando atrás un rosario de grandes ciclistas como Uijtdebroeks, Ayuso, Mas y Almeida.

A solo 2 kilómetros de la meta, Kuss acusó el ritmo y se descolgó junto a Mikel Landa. Roglic ni se inmutó y junto a él siguió Vingegaard, que podía arrebatarle el jersey rojo al gregario Kuss. De hecho, en meta le sacaron 19 segundos y Vingegaard se quedó a 8 segundos del liderato. Un detalle importante fue que Vingegaard no quiso disputarle la victoria a Roglic y conseguir la bonificación por la victoria de etapa. Tras los cuatro primeros llegaron Poels y Buitrago, a 44 segundos, y a 1.44 lo hicieron Enric Mas y Juan Ayuso, los grandes derrotados del Angliru. Pero Asturias aún no ha sido conquistada. La batalla sigue hoy en La Cruz de Linares.

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