El secreto del exjugador del Oviedo que ha cumplido 700 partidos: "Merece la pena"

El Lenense homenajea al delantero o a sus cuarenta años: "Como jugador es un diez, pero como persona un treinta"

Así fue el emotivo homenaje sorpresa a Jandro Martínez por sus 700 partidos

FOTOS: Juanfran Santos

Real Oviedo, Mallorca B, Mérida, otra vez Oviedo, Palencia, Caudal, Tuilla, Covadonga, de nuevo Tuilla y ahora Lenense, donde fichó el pasado verano, ya en la cuarentena, por la insistencia del vocal del club, el periodista Heri Frade ("llevábamos mucho tiempo detrás de él, sobre todo yo"). Pero no todos las tenían todas consigo. "Había gente que nos decía que adónde íbamos, que tenía 40 años y que ya había jugado todo lo que tenía que jugar", confiesa.

Pero, para aliviar la desconfianza de los escépticos –cimentada en su avanzada su edad y el estado de su tobillo tras la grave lesión que arrastraba desde el curso pasado–, Jandro está aportando la mejor medicina: el gol. Los tantos se suceden de manera que el delantero encadena cuatro jornadas consecutivas anotando. No deja de ver puerta ni siquiera en un día tan emotivo como el que le tocó vivir el pasado domingo contra el Urraca, en el que era su partido 700.

A colación de la efeméride, el Lenense dispuso un entrañable homenaje que contó con la presencia de la mujer y los hijos de futbolista, así como de muchos de sus compañeros de viaje en sus más de veinte años de carrera deportiva, entre los que se cuentan amigos tan íntimos como David Álvarez, "Kily", junto al que vivió el ciclo formativo casi íntegro en El Requexón hasta coincidir en el primer equipo del Real Oviedo cuando los carbayones porfiaban por sobrevivir en Tercera División.

Compartían habitación, Kily le llevaba a entrenar en moto. Forjaron un robusto vínculo que aún perdura, "aunque nos vemos demasiado poco", se reprocha Kily, que define a Jandro como un tipo "tranquilo y peculiar, muy alegre". "No bebe, no fuma, le gusta mucho el skate y siempre está contento. Como futbolista es un 10, pero como persona es de 30", completa.

Uno de los entrenadores que dirigió a Jandro en el Real Oviedo es Antonio Rivas. También partícipe de la celebración en el campo de El Sotón, concuerda con Kily en ensalzar al delantero como una "excelente persona", siempre dispuesta en su momento a "dar la cara por el Oviedo", lo que le llevó, cuenta Rivas, a rechazar ofertas para contribuir a la recuperación del club de su vida. "Lo recuerdo en el campo, con su coleta –rememora–. Era un chaval muy honesto, siempre iba de cara. Es uno de esos chicos que merece la pena entrenar".

Quizá porque, como incide Rivas, aún conserva la ilusión por competir, el fútbol de Jandro está aún lejos de extinguirse. "Tiene muchísimo empuje. No falta a un entrenamiento, y cuando se entrena mal o hay poca gente se mosquea. Tira mucho del carro, es un ejemplo a seguir", tercia Heri Frade, convencido de la ascendencia del veteranísimo delantero en un plantel bisoño: "Si estamos bien, no deja que se lancen las campanas al vuelo, y si las cosas se tuercen es el que evita que cunda el desánimo. Es el contrapunto ideal".

Por expreso deseo del jugador, el Lenense, explica Heri Frade, se cuidó de que el festejo no fuera excesivo para que no tuviera visos de retirada: le hicieron un pasillo, sus hijos le regalaron un brazalete de capitán y el club le obsequió con un cártel en la que aparece caracterizado como James Bond y a jugar. A los diez minutos, ya había hecho gol.

Suscríbete para seguir leyendo