Y regreso del pelotón de fusilamiento al cuartel. Ya van unos cuantos viajes de ida y vuelta baldíos. El Cuco y su Oviedo resisten. Borja Bastón es otro de los delanteros que caen en Oviedo y son recuperados para la causa del gol. Y la suerte, la suerte, también juega. Eso sí, seis de seis y los azules lanzados en un minisprint. Ya veremos cómo acaba la carrera, que es lo que importa. Esta vez el balón (los balones) pegó en el palo y salió fuera en el momento preciso.
Otras tardes la cosa hubiera pintado de otro color, tirando al del cielo que por momentos se desplomó sobre las cabezas de los que acudieron al Tartiere. Aunque ya se sabe cómo funciona la cosa. Un resultado de prestigio este miércoles en Eibar le quitaría a más de uno las ganas de pasar por las armas la etapa de Ziganda como entrenador. Ya saben, el tobogán de emociones que hace que el “fúrgol” sea “fúrgol”.
Otras tardes la cosa hubiera pintado de otro color, tirando al del cielo que por momentos se desplomó sobre las cabezas de los que acudieron al Tartiere, que cada vez son menos
Mientras, a 28 kilómetros, felicidad por la victoria del juvenil en el derbi. El entrenador del tercer equipo con galones en Mareo toma aire gracias a un golazo de uno de los suyos en la última jugada del partido. Pequeños placeres de la vida para los rojiblancos, que ya no recuerdan la última vez que los mayores se llevaron un partido de máxima rivalidad. Por lo demás, habrá conjura para amargar la vuelta a El Molinón de Rubi y endulzar la mala racha. Ya toca.
