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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión del día sobre el Oviedo y el Sporting: Luto por el líder

Cuéllar, que llegó para aportar experiencia y ponérselo duro a Mariño, se ha roto, y el club llora su ausencia como si de un luto de tratara; mientras, el Oviedo mide en Miranda si está o no maduro para meter de una vez la cabeza donde de verdad hay cosas en juego

Iván Cuéllar, durante su presentación en El Molinón Ángel González

Este año en el Sporting de Gijón no se libra ni el líder. Cuéllar, que llegó para aportar experiencia y ponérselo duro a Mariño, se ha roto. Mala suerte (otra vez) para la causa galleguista. Y ya van unas cuantas. Herr doctor Maestro va a tener que pedir en la zona abuhardillada de Mareo que le hagan un ala nueva a la enfermería aprovechando la pasta de CVC.

La lesión de Cuéllar llega justo justo cuando el portero tenía toda la pinta de que iba a tener sus primeros minutos del año en el copero derbi gijonés ante el Ceares.

A 28 kilómetros se ha disparado el precio del kilo de palomitas. Los azules, en hierba artificial por eso de la tormentona y el río Nora, asisten a cómo las crisis van por barrios a la espera de rascar algo en Anduva

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No podremos ver al muchacho para comprobar cómo le han tratado los años y la falta de partidos. Su ausencia, llorada en las redes sociales del club en blanco y negro como si de una jornada de luto se tratara, librará a Gallego de uno de los debates que se avecinan si las cosas siguen de aquella manera: el cambio de guardameta.

Captura del tuit del Sporting deseando una pronta recuperación a Cuéllar, que horas después fue borrado LNE

Poco más le queda por probar al de Suria. Bueno, no. Le queda echar mano del amplio número de sistemas técnico-tácticos recogidos en “El libro gordo de Petete” que se le entrega a todos los entrenadores junto con el título.

Mientras, a 28 kilómetros se ha disparado el precio del kilo de palomitas. Los azules, en hierba artificial por eso de la tormentona y el río Nora, asisten a cómo las crisis van por barrios a la espera de rascar algo en Anduva.

El partido en Miranda es de esos que sirve para medir si un equipo está o no maduro para meter de una vez la cabeza donde de verdad hay cosas en juego. Son las cosas del “fúrgol”: unos acarician el play-off con las puntitas de los dedos y otros guardan luto por el líder.

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