En territorio comanche

La opinión sobre el Sporting y el Oviedo: Los millones y el humor negro, blanco y marrón

Sobre la caras exigencias de la FIFA y la vida después del derbi

Iustración del lobo y Caperucita

Iustración del lobo y Caperucita / LNE

Pablo González

Pablo González

No hay un minuto de respiro ni para que unos sigan celebrando la victoria en el derbi y otros traten de pasar página cuanto antes. El proyecto "Asturias 2030", el que quiere que El Molinón sea sede del Mundial dentro de seis años, acelera al margen de presentaciones en tres partes y presencias y ausencias notables. Empiezan a conocerse los números de la operación al margen de los 150 millones que costaría la obra.

Cuentan los que saben de esto que las exigencias de la FIFA, aparte de un estadio en perfecto estado de revista, supondrían un coste millonario para la ciudad y para el que quiera participar en el "bote" para pagar la mayor fiesta del "fúrgol". Estando la FIFA, la UEFA o cualquiera de sus primos y hermanos de por medio, cuando se habla de millones no se están refiriendo a uno, dos o tres kilos. La cifra seguro que supera de laaaaaarrrrgooooooo los dos dígitos. Ahora queda en manos de las autoridades competentes decidir si la inversión merece la pena. Pero lo más importante es si hay dinero en caja (y ganas) para afrontar el gasto, al que habría que sumar lo de la magna obra del municipal gijonés. Se supone que, en estos tiempos extraños y de incertidumbre que nos ha tocado vivir, las arcas municipales de más de media España están llenas de arañas como la barriga de Carpanta, así que, amiguinas y amiguinos, 1+1...

Mientras, a 28 kilómetros, siguen cumpliendo con la orden emanada desde lo más alto tras el partido en Gijón: olvidarlo todo y a pensar en el Burgos. Para el entrenamiento de este martes toca puertas abiertas, coincidiendo con que no hay clases para los más pequeños y toca disfrazarse. Los azules necesitan mimos. Habrá que ver si hay disfraces de la sala VOR y de Caperucita Roja y el lobo. Lo que hay que mantener siempre hasta el suspiro final es el humor, sea negro, blanco o marrón, ¿oyisti, güey?

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