En territorio comanche

La opinión sobre el Sporting y el Oviedo: El derbi de la cabeza fría y el picante

Sobre el partidazo de Asturias, que ya empieza a calentarse a manos de un expresidente del Oviedo

Mujeres indígenas secando chiles.

Mujeres indígenas secando chiles. / Agencias

Pablo González

Pablo González

Empieza a calentarse el derbi. Los entrenadores meditan cambios para tratar de sorprender al rival, aunque en este "fúrgol" de las aplicaciones que lo miden todo, de los porcentajes acertados de pase, de los esfuerzos realizados y tal y tal, quedan pocos secretos. Y menos cuando el partido que toca el siguiente fin de semana es entre dos viejos conocidos, aunque las caras de los protagonistas sean distintas cada año. ¿Quedará algún superviviente en los equipos de aquel primer derbi tras el reencuentro? Pues va a ser que no. Por no quedar, no quedan ni los antiguos dueños, ahora disfrutando de lo jugado.

La tropa tiene la ilusión de que, por fin, se verá algo de espectáculo por eso de que los equipos están dando su mejor versión y saben a lo que juegan. Ojalá, pero el histórico no anima a ponerse el frac y la pajarita para ver el partido, la verdad. Ya saben, amiguinas y amiguinos, tensión, defensa, defensa, muchos kilómetros recorridos y pierna dura. Lo mejor, y siempre en beneficio de la salud de los sufridores en casa y en la grada, que el árbitro y el polémico VAR no pinten nada, que la resaca puede ser muy dura.

En la previa, que será larga, Santi Cazorla pide "cabeza fría". Por la banda le adelanta un expresidente azul cogiendo la lata de gasolina y el lanzallamas. Nada de Mundial en Gijón y a pintarle la cara al vecino en el derbi porque, siempre según el exdirigente, a 28 kilómetros llevan viéndose en Primera desde Navidad. La Policía pide calma y los "mayorinos" quieren encender la mecha. Viva el picante, pero mejor sin pasarse, que todo lo que entra luego tiene que salir y no veas lo que quema, ¿oyisti, güey?

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