Opinión | Fútbol es fútbol

Eurípides, Norma Desmond y Cavafis al rescate

El tren del fútbol pasa tan rápido que un día sueñas con eliminar al PSG en la Champions y llegar a la final de Copa y al siguiente estás de bajón liguero; solo el Madrid sigue donde siempre

1. Nada dura (o sí). Qué gran temporada apuntaba la Real Sociedad. El equipo jugaba bien, Zubimendi estaba de moda, Take Kubo demostraba que tiene sitio en cualquier equipo del mundo (bueno, puede que en el Manchester City no), Oyarzabal era Oyarzabal cuando podía serlo, Mikel Merino era fiable como un cartero que siempre llama dos veces… De repente, un extraño bajón en Liga y un batacazo frente al combativo Mallorca en la semifinal de la Copa del Rey. Lo dijo mejor que nadie Eurípides en su tragedia "Hécuba": "¿En qué podemos confiar en esta incierta vida? Felicidad, grandeza, orgullo. Nada es seguro". Hasta las murallas de Troya cedieron ante los aqueos. La felicidad, grandeza y orgullo futbolísticos no son seguros en este incierto mundo. Excepto el Real Madrid, claro. Juegue bien, mal o regular, algo tiene el Real Madrid que le empuja a estar siempre donde se le espera. ¿Qué demonios es? Ilumínanos, Eurípides.

2. Norma Desmond en el fútbol. Que no nos confundan las últimas torpezas y extravagancias del VAR: esa cosa ha llegado al fútbol para quedarse. Los viejos futboleros nos quejamos mucho del fútbol moderno porque el dichoso VAR ha asesinado la celebración de los goles, los estadios parecen discotecas, las camisetas están diseñadas por enemigos de la especie humana, los superequipos son grimosos y la dictadura del representariado es venenosa, pero son cosas del abuelo Cebolleta. En 1924, el gran cineasta D. W. Griffith declaró con la seguridad que da no ver venir las cosas que nunca querría una voz humana en las películas. El vagabundo de Chaplin siguió siendo mudo después de la llegada del sonoro. Norma Desmond, que fue una gran estrella del cine mudo, dice en "El crepúsculo de los dioses" que ella es grande, y son las películas las que se han hecho pequeñas. Los que dijimos que nunca veríamos el VAR en el fútbol, nos empeñamos en que los vestuarios sean mudos y presumimos de que el fútbol con barro y sin gradas de animación era grande, somos los D. W. Griffith del fútbol, los vagabundos de Chaplin del balompié, los Norma Desmond de la pelota.

3. El tren de Cavafis. El fútbol va demasiado rápido, tan rápido que las mujeres de la selección española femenina de fútbol lo siguen ganando todo y el fin de semana siguiente a los futboleros solo nos preocupa si Bellingham juega o no. En la novela de Patricia Highsmith "Extraños en un tren", el arquitecto Guy Haines, que viaja a menudo entre Florida y Nueva York en tren, siente que siempre se ha movido demasiado rápido y cree que hay una cierta falta de dignidad en el hecho de desplazarse tan rápido. La reflexión de Guy es muy filosófica, y sirve para darle un par de vueltas a nuestra obsesión por llegar cinco minutos antes a donde sea y pensar que a lo mejor el poeta Cavafis tiene razón cuando pide que el camino sea largo. Hay una cierta falta de dignidad en el hecho de que el fútbol se desplace tan rápido, tan rápido que hasta al futbolero más futbolero le cuesta recordar quién ganó la Liga de Campeones la temporada pasada o qué selección es la actual campeona de Europa o del mundo. Volviendo al principio, la Real Sociedad ha viajado muy rápido en esta temporada en que un día podía eliminar al PSG y clasificarse para la final de Copa y, al día siguiente, penar en la Liga ligera de equipaje. Eso sí, el Real Madrid sigue donde siempre.

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