Cuando el ocio es un negocio

El fútbol juvenil, los videojuegos, los tebeos, el "cosplay" (disfraces de "manga" japonés) o los juegos de rol pueden ser observados como un mero pasatiempo para niños y jóvenes. Pero sería un error. El ocio juvenil se ha convertido en un fenómeno creciente que ofrece oportunidades de negocio y estimula métodos innovadores para captar y retener clientes. Este fue el asunto tratado ayer en el Salón de Grados de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Oviedo, en la primera de las IX Jornadas "La Asturias que funciona", organizadas por LA NUEVA ESPAÑA y la Universidad, y con el patrocinio de Unicaja. El ciclo, que durará hasta el viernes, cuenta con la colaboración de la Sociedad de Promoción Exterior del Principado (Asturex) y con los ayuntamientos de Oviedo y de Siero como embajadores.

"Ha sido una información útil para mi futuro laboral"

Jimena Gutiérrez

— 1.º de ADE

Los protagonistas de la primera jornada fueron Héctor Lasheras, CEO de Nimby y director de CometCon, la feria de ocio alternativo más importante de Asturias; y José Ángel Fernández, socio cofundador de la Oviedo Cup, torneo de fútbol base internacional. Ambos expusieron ante decenas de estudiantes universitarios la misión y la trayectoria de sus respectivas compañías. El encuentro, que estuvo moderado por Eduardo González Fidalgo, coordinador del Máster en Administración de Empresas de la Facultad, fue introducido por la decana, Carmen Benavides; Ana Fonseca, directora de Asturias Centro de Unicaja, y Ángeles Rivero, subdirectora general de LA NUEVA ESPAÑA, que subrayó la "programación contemporánea" de estas jornadas, acorde a su público mayoritariamente joven.

"Espero aprender mucho durante toda esta semana"

Patricia Revilla

— 2.º de Relaciones Laborales

Más o menos tan joven como lo era Héctor Lasheras cuando fundó CometCon hace una década, con 23 años. "No tenía mucha idea de lo que estaba haciendo, pero sí tenía algo muy importante: amigos", recuerda. A uno le gustaban los videojuegos; a otro, los juegos de mesa, a otra, el "cosplay"... Y esa comunión de aficiones fue el germen de la primera feria, en 2013, que atrajo a 6.000 asistentes –"pensábamos que íbamos a tener 500 o 600 como mucho", admite Lasheras–. En su última cita, el pasado agosto, CometCon reunió a más de 20.000 personas en Gijón.

"Al principio decían que éramos ‘una reunión friki’, lo cual en su momento podía tener una connotación negativa. Nueve años después, se refieren a nosotros como una ‘convención de cultura y ocio alternativo’ que no solo es para jóvenes, sino que tiene una oferta para toda la familia", señala el director del evento. ¿Cómo ha conseguido cambiar esa percepción? "Han sido diez años de una labor didáctica, sobre todo de cara a las administraciones y autoridades políticas: presidentes, concejales, alcaldes, técnicos... Para convencerles, les hemos invitado a que lo vean directamente con sus ojos, no mediante vídeos promocionales. Les decimos: ‘Venid y ved esto a ver qué os parece’. Y cuando han venido y han visto que, por ejemplo, está la desarrolladora del Candy Crush u otras empresas y creativos muy pioneros, pues se va rompiendo el hielo y empiezan a verte de otra manera", explicó.

"No descarto dedicarme a algo relacionado con videojuegos"

Diego Welti

— 2.º de Recursos Humanos

En su origen, CometCon era una iniciativa sin ánimo de lucro con entrada gratuita, el respaldo de unas pequeñas ayudas municipales y patrocinadores igualmente modestos, como una tienda de cómics de Oviedo. Poco a poco la feria fue aumentando su público y despertando el interés de los medios de comunicación y de marcas potentes del sector del entretenimiento. En 2016 comenzaron a cobrar entrada, y fue justo esa edición la que batió el récord de afluencia, todavía no superado: 25.000 asistentes. Fue también entonces cuando los fundadores crearon una empresa que sostuviera el creciente negocio: Nimby.

"Cuando vas creciendo se produce un ‘efecto llamada’ entre marcas patrocinadoras. Por ejemplo, contratas un patrocinio con una empresa de bebidas energéticas y eso llama la atención de una franquicia de comida rápida o una tienda de ordenadores, que de repente se interesan por tu evento", ilustró el empresario.

Ante el crecimiento de público, en 2019 la feria se mudó del complejo Calatrava de Oviedo, donde se había celebrado hasta entonces, al recinto ferial Luis Adaro, en Gijón. Y entonces llegó el covid. "Todos nuestros planes y conocimientos adquiridos de repente no valían para nada", lamentó Lasheras. "Eso escondía otra lección: en el mundo de los eventos, por muy CEO que seas, tienes que cargar con cajas. Y tienes que aprender a diseñar planos, a saber quién arregla los focos... En definitiva, tienes que aprender a ser flexible y bajar al terreno", aseguró. También insistió en que "la empresa tiene que ser solvente, tiene que tener capital. Muchos eventos del sector han desaparecido. Nosotros teníamos capital ahorrado. De otro modo, ya no existiríamos".

"Las ponencias han sido más entretenidas de lo que pensaba"

Paula Fernández

— 2.º de Recursos Humanos

Lasheras se retrotrajo a los inicios de su proyecto para extraer un consejo a los estudiantes: "Es fundamental conocer a gente con la que vais a compartir ideas y proyectos. Tenéis que llevaros bien con la gente y hacer amistades. La cafetería de la Facultad también es una asignatura".

Más que fútbol

El proyecto que dirige José Ángel Fernández también congrega a miles de jóvenes de dentro y fuera de Asturias: la Oviedo Cup, un torneo juvenil de jugadores federados que se celebra en Semana Santa en la capital asturiana. De hecho, varios de los estudiantes presentes en la conferencia aseguraron haber participado en ediciones recientes.

"Es más que una oferta de fútbol, es una oferta de ocio familiar", afirmó Fernández. Su modelo de negocio, explicó, consiste en "traer canteras de equipos profesionales para que, de esta manera, los niños y niñas de España tengan la oportunidad de ver a esos jugadores", ya que "a todos nos gusta estar cerca de las mejores figuras del deporte". Asimismo, Oviedo Cup ha traído a la ciudad a jugadores de países como Francia, Bélgica, Venezuela, Argentina, Estados Unidos, China o Japón.

"Nunca había acudido a una conferencia de este tipo"

Cristina Escanio

— 2.º de Recursos Humanos

La competición produce unos beneficios que van más allá del campo de fútbol. Por ejemplo, en la última edición se vendieron más de 4.000 plazas hoteleras en Oviedo y los concejos limítrofes. "Al final, se trata de un evento deportivo que genera una gran cantidad de dinero que se queda en Asturias, porque vienen muchas familias a ver cómo juegan sus hijos", remarcó Fernández. Porque esas familias, además de asistir a los partidos, "se van de compras, pernoctan en el hotel y visitan otros lugares de la región". Fernández recordó que "hace unos años un concejal del Ayuntamiento de Oviedo estimaba el impacto económico del torneo entre los 5 y 7 millones de euros", pero que, en cualquier caso, confía en que en el futuro próximo se haga una valoración más precisa.

"Nuestro objetivo es hacer un torneo de fútbol perfectamente organizado, porque dependemos de que el cliente se quede satisfecho", aseguró el empresario, que subrayó la importancia de la "cercanía" con quienes acuden a jugar en la Oviedo Cup. "Eso da frutos, porque el cliente suele repetir edición tras edición", afirmó.

Fernández también hizo hincapié en "el ambiente que se crea" en el campeonato. Un ambiente que "es obra de las familias que vienen con los niños, porque al fin y al cabo los jugadores están en el campo y los familiares son los que generan un gran clima de convivencia".