Luis Ángel Colunga | Primeras declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA del comisionado especial para el PERTE de la descarbonización industrial

"Mi reto es diseñar unas ayudas sencillas y cercanas a lo que necesitan las industrias"

"El proyecto de Arcelor está muy avanzado, pero me parece complicado que la Comisión Europea apruebe los fondos antes de que termine el mes"

Luis Ángel Colunga.

Luis Ángel Colunga. / RICARDO SOLIS

Yago González

«Con satisfacción y bastante sentido de la responsabilidad». Así recibió ayer el asturiano Luis Ángel Colunga (Avilés, 1961) su nombramiento por el Consejo de Ministros como comisionado para el Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) de la descarbonización de la industria. En unas declaraciones minutos después de que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, anunciase su nuevo cargo, y adelantadas ayer en primicia en la edición digital de LA_NUEVA_ESPAÑA, Colunga asegura que la clave del éxito de su trabajo será «diseñar unas ayudas sencillas y cercanas a lo que necesitan las industrias».

El cargo de comisionado del PERTE le pone al frente de un instrumento clave para la transformación de la industria asturiana, ya que está previsto que a través de este plan se canalicen los fondos europeos necesarios para la inversión que garantice el futuro de ArcelorMittal en la región. Este PERTE prevé una inversión pública de 3.100 millones de euros (1.500 en subvenciones y 1.600 en préstamos), de los que alrededor de 450 millones se destinarán a la transformación energética de la planta de ArcelorMittal en Veriña (Gijón), con la incorporación de un horno de arco eléctrico y un sistema de reducción directa de mineral de hierro (DRI, por sus siglas en inglés).

Colunga lleva desde muy joven vinculado a Arcelor, donde entró a trabajar con 16 años, cuando la compañía era la pública Ensidesa. Licenciado en Filosofía y en Derecho, cuenta con una amplia trayectoria sindical en la siderurgia: fue secretario general de UGT en Arcelor, secretario comarcal de UGT en Avilés y coordinador general de la Federación Europea del Metal del comité europeo de ArcelorMittal. En 2016 fue nombrado vicesecretario general de IndustriAll Europe, sindicato europeo con competencias sobre diferentes sector fabriles, y después trabajó para el grupo GFG Alliance. Desde marzo del año pasado era director de desarrollo industrial de la energética Ignis, que en los últimos tiempos ha apostado por el hidrógeno de origen renovable.

Su nombramiento como comisionado del PERTE supone volver a trabajar a las órdenes del gijonés Francisco Blanco, que también acaba de desembarcar en el Ministerio dirigido por Reyes Maroto como secretario general de Industria y Pyme. En 2012, Colunga fue designado director general de Industria en el Gobierno asturiano de Javier Fernández. Primero con el consejero Graciano Torre, y entre 2015 y 2017 con el sustituto de éste, Blanco. Ambos, por lo tanto, volverán a sumar fuerzas en la gestión de la política industrial, esta vez con responsabilidades para toda España. 

–¿Cómo recibe la noticia de su nombramiento?

–Con satisfacción y con bastante sentido de responsabilidad, porque estamos ante un momento muy importante para la industria española en general y asturiana en particular. 

–Siendo asturiano y habiendo estado tan vinculado con la multinacional siderúrgica, lo lógico es pensar que ArcelorMittal será su gran prioridad como comisionado del PERTE.

–Hay que tener en cuenta que Arcelor es una parte importante del PERTE de descarbonización, pero no la única. El sector industrial español es muy amplio y variado: metalurgia, cerámica, petroquímica… Y el dinero de los fondos europeos no se da alegremente, hay que hacer un trabajo de análisis de las necesidades de cada rama del sector.

–¿Cuándo se autorizarán definitivamente las ayudas a Arcelor? 

–El proyecto de descarbonización está bastante avanzado, pero todavía es difícil saber cuándo lo aprobará la Comisión Europea. Se ha hablado de varias fechas, aunque personalmente veo algo complicado que Bruselas dé luz verde este mes de enero. Hay que recordar que son cuatro proyectos conjuntos que tiene la compañía en Europa, por lo que la comisaria de Competencia lo está mirando con lupa para evitar que se distorsione la libre competencia o haya sospechas de que se trata de una ayuda de Estado. En cualquier caso, la Comisión Europea está haciendo un trabajo muy prolijo para conceder el máximo nivel de ayudas posible.

–¿Cuál es la tarea más complicada que afronta en su nuevo puesto?

–Mi tarea más compleja es diseñar una convocatoria de PERTE lo más sencilla posible y muy cercana a las necesidades concretas de las empresas, ya que me consta que algunos empresarios aseguran que es un proceso burocrático demasiado complejo. También hay que convencer a alguna empresa industrial un poco rezagada de que acelere sus planes de transformación energética. No es el caso de Arcelor.

–¿Cuándo se aprobará la convocatoria del PERTE?

–Todavía es pronto para saberlo. Mañana [por hoy] tengo que ir al Ministerio de Industria y mantendré las primeras reuniones para planificarlo todo.

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