Jarro de agua fría: las razones por las que Arcelor congela su planta de hidrógeno verde

El proyecto de una planta de DRI, aplazado hasta que se despeje la viabilidad del coste energético

La ayuda de 450 millones sigue viva

ArcelorMittal tendrá que usar hidrógeno verde ya en 2025 para no perder ayudas

ArcelorMittal tendrá que usar hidrógeno verde ya en 2025 para no perder ayudas

Vicente Montes

Vicente Montes

La multinacional ArcelorMittal mantiene congelado por ahora el proyecto de implantación en Asturias de una planta de DRI (reducción directa de mineral de hierro) basada en hidrógeno obtenido mediante energías verdes. La posición es la que la empresa ha venido trasladando internamente en las conversaciones para instarla a tomar la subvención de 450 millones de euros facilitada por el Gobierno de España con autorización de la Unión Europea. Las relaciones entre el Ejecutivo de Pedro Sánchez y Arcelor han pasado por un largo tira y afloja después de que el Gobierno consiguiese respaldo europeo para subvencionar con 450 millones la inversión. Con el dinero sobre la mesa, la multinacional ha estado meses jugando sus cartas y expresando sus dudas hasta que finalmente ha trasladado su intención de dar carpetazo temporal al proyecto, no solo en Asturias, sino en toda Europa.

Con todo, en el Gobierno central aún se mantienen esperanzas, aunque ya sin plazos ni previsión: el decreto que concede las ayudas permanecerá vigente al menos este año, según las fuentes consultadas. Los dedos están cruzados para que la coyuntura de los mercados y los planes de la siderúrgica permitan recuperar el proyecto. Con todo, se sitúan algunas esperanzas en la posibilidad de que Pedro Sánchez mantenga la próxima semana, en el marco del Foro Económico mundial de Davos, algún encuentro con la familia Mittal (el pasado año Sánchez trasladó a Lakshmi Mittal personalmente el interés de España por contar con la inversión) que reactive las intenciones de la siderúrgica, pero las posibilidades son pocas, reconocen fuentes próximas al proyecto.

A lo largo de los últimos meses, Arcelor ha ido variando su posición estratégica global. La opción de incluir Asturias en los planes europeos de la multinacional, empeño de los responsables de la siderúrgica en España, ya partía con hándicap respecto a otras inversiones similares proyectadas para Dunkerque (Francia) o Gante (Bélgica), hacia las que se orientaban las preferencias entre la cúpula europea de Arcelor. Pero la empresa ha jugado a la ambigüedad durante este tiempo mientras echaba sus propias cuentas.

El optimismo hidrogenado

Parte de la explicación está en las expectativas demasiado optimistas sobre la aplicación masiva del hidrógeno como vector energético. Eso no mengua la apuesta por esa tecnología, sostienen varias fuentes consultadas. Pero sí se admite en ámbitos políticos que las previsiones contemplaban escenarios más inminentes. El hidrógeno es clave en el proyecto. Se necesita, por un lado, una garantía de electricidad de origen renovable para proporcionar la energía necesaria que permita, mediante electrólisis, disociar agua en oxígeno e hidrógeno. De ese modo, sin emisiones de dióxido de carbono, se obtiene un gas altamente inflamable que puede combustionar en presencia de oxígeno también sin generar emisiones y produciendo calor y agua. Es por eso que resulta un poderoso "almacén de energía".

Pero la tecnología y las cuentas económicas para convertir al elemento más presente en el universo en la energía del presente han ido despacio. Arcelor-Mittal trató de resolver el problema del abastecimiento de hidrógeno integrándose en el proyecto HyDeal, en cooperación con Fertiberia, para producir hidrógeno con la energía de grandes extensiones de paneles solares en Castilla y León. Pero el proyecto se ralentizó y tampoco se resolvía el transporte del hidrógeno hasta las instalaciones de Arcelor en Asturias. Posteriormente, la multinacional evaluó la posibilidad incluso de producir el hidrógeno en terrenos próximos a las instalaciones en Asturias. Pero las cuentas no acababan de salir y Arcelor reclamó un precio fijo para el hidrógeno, menor incluso que el que había estimado para sus proyectos en Europa.

La energía desgastó

El coste energético ha sido, a la postre, lo que ha llevado a que la multinacional siderúrgica deje para otro momento sus planes de plantas de DRI en Europa, un inconveniente sobre el que ya ha venido advirtiendo la patronal Unesid. Lo que desde la multinacional se ha trasladado al Ministerio de Industria es que la empresa explorará un plan B, sostienen fuentes conocedoras del proyecto. Generar el DRI en Brasil (con un marco energético más competitivo) y traerlo a Asturias para la cadena de producción de acero a través del ya aprobado nuevo horno eléctrico. También, los recientes anuncios de la siderúrgica de incrementar sus inversiones en Asia o América o la opción de aprovechar el marco favorable de otros territorios como Canadá o Estados Unidos dibujan un esquema de congelación de los planes de la multinacional en Europa, aunque eso pueda también disminuir la capacidad de producción de acero verde.

Por lo pronto, el escenario es que Asturias mantenga la transformación de DRI y acero, e incluso se ha sopesado alguna inversión que mejore la capacidad operativa de laminación de las instalaciones asturianas de productos largos. Pero los planes pasan, por el momento, por que Asturias deje de acoger el proceso integral de producción de acero dentro del nuevo esquema de producción con bajas emisiones de CO2.

Esta situación no cambiará la posición del Gobierno central respecto al futuro del hidrógeno, que ha mantenido desde el principio que un cambio tecnológico como este requiere de impulso de la administración. Esta es una máxima defendida por Bruselas, ya que Europa apostó por alimentar la demanda de hidrógeno confiando en que la producción terminase arrastrada por ésta; Estados Unidos, en cambio, ha elegido primar la producción pese a que el interés de las empresas es menor.

En cualquier caso, el estado actual de las negociaciones refleja que la viabilidad de la planta de DRI de Asturias queda a la espera pese a los esfuerzos para convencer a la siderúrgica. Al menos este año, las ayudas prometidas a Arcelor siguen vivas. Más allá todo es incertidumbre.

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