El traficante acusado de pegar a dos policías y de llevar 1.220 euros falsos, en el juicio: "Compré los billetes en Amazon para un videoclip"

El hombre, de nacionalidad argelina, se enfrenta a 12,3 años de cárcel, por cuatro delitos: "Mi deseo es poder volver a ver a mi padre antes de que muera", indica en su turno de última palabra

El acusado, esta mañana en la Audiencia

El acusado, esta mañana en la Audiencia

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Golpeó a dos policías, llevaba encima casi un kilo de cannabis y 1.220 euros en 61 billetes falsos que dijo que "compró por Amazon" porque eran "atrezzo para un videoclip". Esto fue lo que defendió este jueves un argelino nacido en 1998 que se enfrenta a 12,3 años de cárcel por un delito de atentado, por enfrentarse a los agentes; otro contra la salud pública, por el tráfico de drogas; otro de lesiones, por los golpes sobre los dos policías; y un cuarto de falsificación por el tema de los billetes. La sesión se celebró en la Sección Octava de la Audiencia Provincial y fue la continuación de una primera que tuvo lugar el pasado 18 de noviembre. La de este jueves constó únicamente de las conclusiones finales de cada una de las partes, así como la declaración de dos técnicos del Banco de España para determinar cómo de peligrosos eran los billetes falsos.

El caso es muy llamativo. Los hechos sucedieron el 10 de julio de 2021 en las inmediaciones del Albergue Covadonga. El Ministerio Fiscal sostiene que el investigado fue requerido por dos policías locales al tener una actitud sospechosa. Se negó a identificarse y escapó del lugar a la carrera con una mochila a la espalda. Los agentes lograron atraparle, pero no puso las cosas fáciles. Le respondió con puñetazos y patadas. Uno de los policías tardó 71 días en recuperarse y el otro 37. Tras lograr reducirle, le revisaron la mochila. Llevaba encima diez tabletas de cannabis que pesaban 995,1 gramos. También 60 billetes falsos de 20 euros, una cantidad de billetes que se actualizó en el juicio de esta mañana a 61.

Su versión de los hechos es diferente. Lo que el acusado mantiene es que se asustó al ver a los policías porque estaría viviendo de forma irregular en España (la fiscal afirma en su calificación que en realidad está en situación regular). Al ver a los agentes entró y salió con la mochila varias veces del Albergue Covadonga. Los policías no estaban allí por él sino por otro asunto, pero al ver esto decidieron pararle. Lo que defendió su abogada es que salió corriendo y que los agentes "se le echaron encima" y se "cayó al suelo". "No se resistió, entró en pánico". Lo de sus supuestas pertenencias en la mochila lo explican así. Indicaron que la droga no era suya y que los billetes tampoco. "Los había comprado un amigo suyo en Amazon. Eran de atrezzo para grabar un videoclip", dijo su letrada. Una pieza musical que nunca llegó a grabarse, puesto que este amigo habría fallecido poco después de que pasara un año de la detención y de su posterior ingreso en prisión.

La versión de los técnicos del Banco de España fue la siguiente. Los dos explicaron que estos billetes efectivamente se pueden comprar en internet, pero no en cualquier sitio. Reconocieron que llevan en su reverso que dicen "copy" y "from copy". Dichas grabaciones están escritas con letras cuyo tamaño va del medio centímetro, a los cuatro y tres milímetros. Es decir, que podrían dar lugar a error.

El juicio terminó con las conclusiones de la fiscal, muy diferentes de las de la defensa. Lo que vino a decir el Ministerio Público es que el detenido tuvo "un grado de agresividad alto" con los agentes y que llevaba encima más de "40 veces" la cantidad de droga que podría consumir una persona adicta, extremo que en el caso del procesado no se ha determinado. También aseveró que los billetes no eran una mera copia, sino "una peligrosa y fácilmente confundible". El juicio quedó visto para sentencia. El acusado hizo uso de la última palabra. Afirmó que no era un falsificador y que su deseo era poder ver a su padre "que está mayor" antes de que "muera".

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