Opinión

Rumbo incierto

Amazon crece en Asturias, pero la siderurgia mengua

Amazon abrirá su gran planta de Siero en septiembre, abarcando la distribución en el noroeste español, con una inversión de 300 millones de euros. En un primer momento empleará a 400 personas, y ofrecerá empleo para 60 tipos de puestos diferentes, a partir de 1.700 euros al mes. Una gran noticia laboral en una Asturias lastrada por el descenso demográfico y el menor crecimiento económico, poca población activa y muchos jóvenes trabajando fuera. ¿Las grandes superficies distribuidoras son buenas o malas para el pequeño comercio? Depende. Si estos quedan tradicionales, sin especializar y poco competitivos, tienen complicado subsistir. Más de 200 pymes asturianas venden actualmente sus mercancías a través de Amazon, así pues en este sentido puede ser otra oportunidad para difundir y vender sus productos de manera más eficiente.

Andamos necesitados de buenas noticias económicas, ya que la economía española respecto a la europea y la asturiana dentro de España andan renqueantes. España ha sido la penúltima nación de las 27 de la UE en recuperar el nivel pre-covid, tiene baja productividad, altos impuestos y muchas deudas. Ha sido superada en renta per cápita (media de dinero por persona y año) el pasado cuatrienio 19-23 por varias naciones de Europa del este. Para una previsión de crecimiento del PIB (valor de la riqueza nacional anual producida) del 1,9 para España en 2024, Asturias se sitúa muy por debajo de la media regional, en penúltima posición, antes de Extremadura. Es la misma tendencia de las últimas décadas, por ello el peso relativo del Principado retrocede en el conjunto.

La siderúrgica Arcelor-Mittal, uno de los pilares de la industria regional tras el cierre de la minería del carbón, rebaja producción y cede el 16% de las ventas en España, muy influida por las importaciones de acero más barato de países como China y Turquía, y la subida de tipos que provocó la paralización de varios proyectos. Para 2024, la firma también baraja apagar un horno alto en Gijón. Mientras tanto, los gobiernos siguen con su monserga de priorizar la "transición energética justa", como si el planeta fuera a desaparecer en 2050 si la temperatura –también por los ciclos solares– sube un grado. Ni es ya transición, pues el hidrógeno verde aún no es competitivo, ni es justo frenar Europa para beneficiar a la China gigante. La Agenda europea 2030 debe ser reformada.

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