Almax, fabada y libertad de expresión

La relación de la grasa con la acidez de estómago

José María Ruilópez

José María Ruilópez

La faba, también conocida en otras la latitudes como judía y alubia, es una legumbre que da identidad a Asturias porque forma parte fundamental del plato típico de la región como es la fabada. Como habrán notado esto viene a cuento de la polémica de un anuncio del laboratorio Almiral que relacionaba la fabada con el antiácido conocido como Almax, fabricado por esa empresa. Conozco ambos producto bastante bien. La fabada porque la suelo comer sobre todo en invierno y es lo único que sé cocinar, porque no tiene mucho secreto, salvo que se le quiera hacer filigranas añadiéndole otros ingredientes además del compango, es decir: el chorizo, la morcilla, el tocino y el lacón. Mi dieta procuro que sea mediterránea, que es la que recomiendan los médicos para una buena salud, aunque también domino la cocina latina: una latina de mejillones, una latina de sardinas, una latina de atún, etcétera.

Y el Almax lo conozco también, igual que lo conocen miles de ciudadanos que tienen hernia de hiato, que sirve para crear una película en la entrada del estómago, es decir en el paso que hay a través del diafragma entre el esófago y el estómago, que no cierra del todo y puede producir reflujo gastroesofágico si se come algo muy fuerte.

Está clara la relación de la morcilla con la hernia de hiato y con el reflujo gastroesofágico, no queramos ser más papistas que el Papa. Para aclarar conceptos ahora uso para el estómago Pantoprazol, que es un "inhibidor de la bomba de protones", para entendernos, que reduce la cantidad de acido clorhídrico necesario para la digestión.

La polémica viene porque todos los que giran en torno a la faba se alarmaron por esa publicidad que relacionaba la fabada con el Almax. Todos los que comemos fabada sabemos lo que produce, lo mismo que otros productos abundantes en grasa. Por eso no creo que nadie deje de comer fabada. Pero estamos en lo políticamente correcto. Y ahora que hubo toros en Gijón, no se puede decir que el toro las pasa canutas cuando lo banderillean o lo matan con el estoque, sobre todo si el torero no sabe hacerlo bien. Eso no impide que miles de personas vayan a los toros. Que es un arte, según dicen. La sangre llama mucho la atención, sobre todo la ajena.

La gente de ahora no tiene ni idea de lo que significa la faba para Asturias y para la alimentación. Después de la Guerra Civil (1936−1939) había mucha hambre. Y cuando alguien coincidía con otra persona y la sentía ventosear, es decir, tirar un pedo, rápidamente le preguntaba que dónde las había comprado, se refería, claro, a las fabas, porque escaseaban y también producen ventosidad, y no les voy a aburrir explicándoles la causa, porque todo el mundo lo sabe. Que comer una fabada a mediodía es una tarde de pedorreo.

Hubo un aluvión de protestas de todos los géneros y clases, desde el presidente del Gobierno del Principado pasando por todas las organizaciones faberas y gastronómicas por la publicidad de ese laboratorio fabricante del Almax. Abogo por la libertad de expresión. Por esa regla de tres habría que retirar esas imágenes grotescas que tienen los paquetes de tabaco. Por ejemplo un hombre agonizante conectado a un respirador. ¿Quiere decir que estos efectos estéticos disuaden a los fumadores? Me han hablado de personas medio ahogadas que no dejan el pitillo. Otros, en cambio, hacen todo lo posible por dejar ese vicio.

Tanto asturianos como foráneos vamos a seguir comiendo fabada, por mucha acidez que nos produzca y todo lo demás. Lo mismo que aquel que bebe alcohol en cantidad y coge la gran melopea. ¿Va a dejar de beber por llegar a casa dando tumbos? Sin contar con la gente que se mete otras sustancias peores. En el primer caso no hay mucho que hacer, más que ir al restaurante comer y pagar. En el segundo se necesita una educación adecuada para prevenir enfermedades conocidas por todos.

Un amigo mío fue al médico y le dijo qué tenía que hacer para vivir más años. El médico le preguntó: ¿fuma? Sí. Nada de fumar. ¿Bebe? Sí. Nada de beber. ¿Sale de parranda? Sí. Nada de fiestas. Mi amigo le dijo entonces; ¿si hago todo eso voy a vivir más años? Y el médico le contestó: no, se le van a hacer más largos. Pues eso.

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