Relatos sobre vitela

Iniciativas docentes de nuestros indianos

El colegio Nuestra Señora del Rosario en Ribadesella es auténtica memoria histórica de nuestra comarca

Andrés Martínez Vega

Andrés Martínez Vega

Sobradamente conocida es la enorme contribución que nuestros indianos han hecho a la historia de la educación en Asturias. Grupos escolares, dotación de edificios, becas, alimentación de alumnos… fueron algunos de los rasgos que caracterizaron la tan conocida figura del indiano; ese personaje generoso que, en cierto modo, procuraba inmortalizar su memoria entre los vecinos de su tierra natal con estos gestos de desprendimiento y buena voluntad.

Nos resulta, sin embargo, muy desconocido su interés y contribución a la fundación de colegios religiosos. Por lo general, suelen ser centros escolares femeninos provistos de internado, y con la prioridad de atender a la educación de sus propias hijas. Con esta intención aparecen en la primera década del siglo XX el colegio de Nuestra Señora de la Providencia (1907) en Cudillero; el de Santo Domingo (1905), en Navia; y los de Nuestra Señora de Loreto (1910) en Colunga, y Nuestra Señora del Rosario (1907) en Ribadesella.

Este último, como el de Navia y Colunga, fue encomendado a las Dominicas de la Anunciata, una Congregación llegada a Asturias a finales del siglo XIX de la mano del obispo Martínez Vigil y que se establece, prioritariamente, en las cuencas mineras del centro regional.

El colegio de Ribadesella llegará a convertirse en el centro escolar por excelencia de todos los indianos de la comarca oriental, en donde cursan sus estudios las hijas de las principales familias, e incluso donde residen, en ocasiones, mientras sus padres se encuentran por América al tanto de sus negocios. La Crónica de la Congregación de estas religiosas hace referencia en su fundación a este tipo de iniciativa de un grupo de vecinos, miembros "en su mayor parte de familias oriundas de América unas, y otras que fueron allá a hacer su fortuna para luego acabar con esplendidez sus días en su país natal".

En concreto, será un grupo de ocho familias las que plantean la necesidad de formar a sus hijas en un colegio de religiosas, y a tal fin se reúnen con don Manuel Alea, canónigo de Covadonga y natural de Ribadesella, y con el rector de los Dominicos de Oviedo, don Benigno Sánchez, quienes se comprometen a gestionar ante la Congregación de Dominicas y el Obispado de Oviedo la fundación escolar riosellana.

Por su parte, las citadas familias se obligan a pagar durante tres años el alquiler de la casa-colegio, ubicada en la plazuela del Progreso (hoy plaza de la reina María Cristina) en donde se reunirá la primera comunidad religiosa, que inaugurará la actividad académica el 1 de marzo de 1907.

La buena acogida y el incremento de matrícula, con alumnado de todo el espacio centro-oriental, obligó a la Congregación a construir un nuevo colegio, para lo que se adquieren dos solares contiguos entre las calles Gran Vía y Comercio, por un importe de 6.000 pesetas cada uno de ellos, y en donde se levantará el nuevo edificio colegial, terminado en el año 1914.

A las alumnas, que no solo eran de pago sino también gratuitas, además de impartirles la instrucción primaria obligatoria se les ofrecían una serie de asignaturas necesarias para afrontar la vida social que les esperaba, tales como el piano, dibujo, francés, bordado. En las prácticas de algunas de estas disciplinas elaboraban el propio ajuar, con vistas al futuro matrimonio.

Actualmente, la actividad escolar de este centro, auténtica institución de Ribadesella y de la comarca oriental, parece que está en peligro y envuelta en una enorme incertidumbre por la política educativa del momento; y no, precisamente, por falta de alumnado. Su presencia es auténtica memoria histórica de nuestra comarca. Convendría ser conscientes de ello y rechazar cualquier decisión irreversible que en cualquier momento pudiera desatarse. Tengo la esperanza puesta en la actuación de los poderes públicos del oriente asturiano y del fuerte movimiento cultural de la comarca.

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