"La Cenerentola" llega al teatro Campoamor de Oviedo para emocionar a los espectadores más pequeños

El programa de "ópera para peques" regresa con la obra de Rossini y cuenta con la participación de colegios rurales agrupados

Los niños del Colegio Rural Agrupado de Llanes en el teatro Campoamor

Los niños del Colegio Rural Agrupado de Llanes en el teatro Campoamor / IRMA COLLIN

Elena G. Díez

"La Cenerentola" de Rossini contó el sábado por la mañana con un público de lo más exigente, que madrugó para asistir al evento con sus mejores galas y no dudó en reaccionar con espontaneidad ante las emociones que la música le transmitía. Se trataba de niños de infantil y primaria que acudieron al teatro Campoamor para convertirse en espectadores de talla peña y expectativas grandes. El programa "ópera para peques" regresó tras el éxito del año anterior con una versión del zapatito de cristal adaptada a los tímpanos más jóvenes. "Mi hija está muy nerviosa, hasta le duele la barriga porque va a ver a Cenicienta", contaba a la entrada Érika Pérez, progenitora de una niña de 5 años.

Esta iniciativa, pionera en España, se enmarca en el proyecto europeo Erasmus+Opera and Early Childhood Education que pretende acercar la cultura musical a los más pequeños de cada casa, primero en Como (Italia), después en Oviedo y por último en Plovdiv (Bulgaria). En este caso la organización corre a cargo de la Universidad de Oviedo, mediante un convenio con La Ópera, que se encarga de ponerse en contacto con los colegios y organizar los materiales previos a la representación para que todos los niños puedan entender y conocer la obra. "Este año hemos trabajado junto a los centros rurales agrupados, contamos con la visita del Llanes 1 Por Rúa y el Picos de Europa 1", contaba Laura Miranda, coordinadora del proyecto. Aunque también dejaron entradas disponibles para cualquier familia que deseara pasar una jornada inusual.

Ópera infantil inspirada en “La Cenerentola” de Rossini en el teatro Campoamor

Ópera infantil inspirada en “La Cenerentola” de Rossini en el teatro Campoamor / IRMA COLLIN

Los nervios de estos diminutos expertos musicales estaban a flor de piel tras varias semanas preparándose para el evento. "Llevan desde diciembre trabajando, un ratito todos los días, actividades en torno a 'La Cenerentola'. Están encantados", afirmaba la orgullosa directora del CRA de Llanes, Patricia Pendás. Y el profesor de música del mismo, Hugo Muñoz, añadía: "Se saben hasta las canciones en italiano". Ambos docentes, así como todos los de los centros participantes, también tuvieron que formarse en la materia a lo largo de tres meses para poder ilustrársela a los alumnos. "Ha sido un proyecto muy bonito, al principio parecía que estaban muy alejados del mundo de la ópera y han acabado mostrando un interés enorme", aseguraba Muñoz.

Entre los padres la acogida de la idea también resultó un triunfo. "Me encanta, se trata de transmitirles cultura, tienen que ver de todo y no solo en el móvil", decía Pérez. Inés Juárez y Elena Flórez se animaron a llevar a Erin, Kira, Thelma y Dario, cuyas edades iban desde los dos a los ocho años. Kira es la mayor, y no dudó en repetir experiencia, ya que acudía a la "ópera para peques" por segunda vez consecutiva. "Son necesarias actividades que les motiven", contaba Juárez.

Belén Fernández y Chema Rodríguez se desplazaron desde Gijón para acompañar a sus sobrinos de dos años, Eva y Nicolás: "Aprenden ya solo con ver como es el teatro por dentro". Los padres de los pequeños, que además llevaban un carrito de bebé incorporado con otro potencial aficionado a la música en su interior, comentaban que les recomendaron llevar a los niños desde la guardería porque "es muy beneficioso para ellos".

En el interior, se acumulan infinidad de dudas que atrapan la curiosidad de los diminutos espectadores, que progenitores y maestros resuelven con cariño: cómo funciona el telón, qué son las luces que cuelgan del techo, cómo van a cantar las marionetas... Después baja la iluminación, salen los intérpretes al escenario y solo se escuchan murmullos de emoción y gritos al unísono: "¡Cenicienta, Cenicienta!".

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