"Solo me defendí", dice el acusado de apuñalar en el HUCA a la otra pareja de su novia

El herido por la cuchillada admite que le dio "tres o cuatro puñetazos en la cara" a su agresor antes de que le persiguiera con una navaja por el hospital

De espaldas, por la izquierda, los acusados C. M. Q. y L. A. O.; al fondo, los abogados Gonzalo Botas y Jesús Alonso, al inicio de la vista celebrada ayer. | L. B.

De espaldas, por la izquierda, los acusados C. M. Q. y L. A. O.; al fondo, los abogados Gonzalo Botas y Jesús Alonso, al inicio de la vista celebrada ayer. | L. B. / L. B.

Dos puntos de vista para una misma historia. Así podría resumirse la vista oral del juicio rápido celebrado este viernes en Oviedo en el que los dos protagonistas de la violenta pelea producida el pasado 19 de enero en una sala de espera de la UCI del HUCA admitieron, aunque con matices, las mutuas agresiones que se propinaron tras conocer que compartían la misma novia. C. M. Q. admitió haber acuchillado al otro procesado, L. A. O., pero aseguró que lo hizo para zafarse de los puñetazos de su agresor, que, según indicó, se le abalanzó sin mediar palabra. El segundo, por su parte, reconoció haberle pegado "tres o cuatro puños en la cara", puntualizando que la agresión con la navaja fue posterior, en una persecución tras el primer forcejeo por los pasillos y otras salas del hospital.

Las declaraciones de los procesados y de varios testigos sirvieron para reconstruir lo ocurrido en una tarde en la que los primeros se desplazaron al centro sanitario de La Cadellada con la misma intención: acompañar en el hospital a su novia, gravemente herida en un accidente de tráfico, sucedido en el enlace de la autopista con la glorieta de Fozaneldi.

Según lo expuesto, C. M. Q. se encontraba en una sala de espera de la UCI junto a la madre de su novia cuando, de repente, irrumpió en la misma L. A. O., a quien la progenitora de la herida consideraba ya por entonces era su exyerno. C. M. Q. se presentó como el novio de la chica y desató la ira del otro acusado. "No nos conocíamos de nada porque ella llevaba una doble vida", declaró L. A. O., asumiendo que la ira le llevó a agredir al otro varón.

C. M. Q. afirma que fue entonces cuando echó mano a la navaja y pinchó en el abdomen a su agresor. "Solo quería quitármelo de encima, no matarlo", declaró en contra de lo relatado por el acuchillado. "Ya nos habían separado, pero él cogió la navaja y empezó a perseguirme. Me refugié en una sala que estaba en obras y cogí un palé para defenderme. Había dos obreros y huyeron. Luego me apuñaló", sostuvo L. A. O., el cual trató sin éxito al principio del juicio de incluir como prueba de su relación paralela las conversaciones de móvil con la herida. "No es necesario para los hechos que se juzgan", respondió la magistrada.

La supuesta "suegra"

Quién sí declaró fue la supuesta "suegra" –ninguno está casado con la herida– de ambos. "Nadie sabe lo mal que lo pasé en ese momento", explicó la mujer, la cual dijo haber sufrido un ataque de ansiedad al presenciar la violenta pelea, de la que afirmó tener lagunas. "Comprenda mi situación en ese momento", indicó.

Aunque las partes, representadas por los letrados Gonzalo Botas (C. M. Q.) y Jesús Alonso (L. A. O.) trataron de llegar a un acuerdo previo para evitar el juicio, la fiscal optó por la celebración ante la gravedad de la acusación. El ministerio público mantuvo una petición de 4 años de cárcel para el presunto autor de la cuchillada y una multa de 12 meses por un delito de lesiones para el acuchillado.

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