Se apaga la voz de Paloma Toyos, pionera de la radiofórmula asturiana

La locutora abrió las emisiones de Los 40 en los años 80 y primeros 90 y se mantuvo en la misma franja con Cadena Dial con "Despertando, que no es poco"

Paloma Toyos en los estudios de Los 40 en una imagen de 2003.

Paloma Toyos en los estudios de Los 40 en una imagen de 2003. / Cadena SER

Chus Neira

Chus Neira

"¡Qué voz más bonita tiene Paloma Toyos!". Muchos de los habituales de la primera radiofórmula en Asturias en los años ochenta y noventa todavía recuerdan hoy a la locutora que les despertaba todas las mañanas, primero en Los 40 y después en Cadena Dial. Paloma Toyos enamoró a su audiencia y se forjó, sudando la camiseta día a día, una carrera sólida. Este lunes su voz, ya apartado de los micros en estos últimos años por diversos problemas de salud, enmudeció para siempre. La escena musical, a la que siempre estuvo muy ligada, y la de los medios de comunicación llora su pérdida, "demasiado pronto", comentaban muchos de los amigos congregados en la capilla ardiente en el tanatorio del Salvador.

Paloma Toyos, nacida hacía 63 años en Oviedo, era hija de uno de los fundadores de Radio Asturias, Jesús Toyos, pero su salto a las ondas no vino propiciado directamente por su familia. Javier Asenjo, entonces uno de los responsables de la cadena, todavía recuerda cómo en una conversación con Berta López, directora de la emisora, le contó los problemas que tenía para encontrar locutoras para Los 40 y ella le sugirió el nombre de Paloma. “Yo la conocía porque me la encontraba en Aristos. Ella era muy joven, una cría, casi iba allí de uniforme, pero le gustaba mucho la música. Le hice la prueba y tenía una voz muy agradable, pero era muy pequeña y le expliqué que aquello era duro y había que aprender. Desde ese día, ensayó una y otra vez, sudó lo suyo y quiso ponerse delante del micro hasta que no estuvo convencida de que podía salir”.

Ella misma contaba que empezó poco a poco a presentar las canciones, primero observando muy de cerca cómo se manejaba Paco Victorero en la cabina. Recordaba perfectamente que el primer tema que pinchó fue “Morir de amor”, de Miguel Bosé.

Paloma Toyos, sentada, en el centro, con el equipo de Radio Asturias, con su hermano Alberto arriba a la izquierda y Javier Asenjo a la derecha, con la mano en la mejilla.

Paloma Toyos, sentada, en el centro, con el equipo de Radio Asturias, con su hermano Alberto arriba a la izquierda y Javier Asenjo a la derecha, con la mano en la mejilla. / LNE

Asenjo y Paloma Toyos establecieron en aquella época una amistad tan profunda que la locutora acabó siendo madrina de Diego Asenjo, hijo del periodista. Y como anécdota que ilustra su gran generosidad y su bonhomía explica que tuvo que pedirle que dejara de ejerciera de madrina y de enviar, religiosamente, un espectacular bollu cuando el ahijado ya tenía treinta años.

Para Asenjo, Paloma Toyos, fue un ejemplo de tenacidad y de compromiso con el trabajo. Siempre dispuesta a cambiar el turno, sin poner nunca ningún problema, “como su hermano Alberto, fueron un ejemplo para todos en la emisora”.

Compañero radiofónico desde otra emisora, el periodista musical David Serna también lamentaba el fallecimiento de la locutora. “Un palo muy gordo”.  “No solo porque era la hermana de Alberto, sino porque fue muy importante en la radio musical asturiana y ovetense. Estuvo al frente de Los 40 mucho tiempo, era habitual de los conciertos y muy conocida y querida en la música popular asturiana”. “Era un cielote”, resume Serna, que presentó a su lado la primera gala de los premios Amas en el teatro Filarmónica.

Paloma Toyos debutó, efectivamente, en mayo de 1980 y hasta mediados de los años noventa estuvo abriendo la emisión, haciendo las primeras horas. Fue en aquellos años cuando su voz enamoraba a muchos oyentes. Su hermano Alberto Toyos todavía recuerda la ocasión en que tuvo que sustituirla en aquella franja y un oyente llamó indignado para que “quitaran a aquel paisano y volvieran a poner a la cría”. Hubo quien se plantó en la emisora después de hacer varios kilómetros en bici para conocerla y un oyente que cada vez que ponía “Rufino”, de Luz Casal, fiel al verso en que le invita a comer langostinos, le enviaba a la emisora langostas y andaricas.

Paloma Toyos fue Antena de Plata de la Radio en Asturias en 1998, cuando ya había dejado Los 40 y había vuelto a ponerse delante de los micrófonos para la puesta en marcha de Cadena Dial. Allí condujo, a partir de las siete del mañana, el programa “Despertando, que no es poco”. Era una programación autónoma que se hacía desde Asturias, con la que logró el premio, y que luego, siguiendo las directrices que venían desde Madrid para todos los territorios, acabó desapareciendo.

Paloma Toyos, presentando la gala de los primeros premios Amas

Paloma Toyos, presentando la gala de los primeros premios Amas junto a David Serna / LNE

En esos buenos años, Paloma Toyos siempre encontró el momento y los minutos para apoyar la música asturiana. Este lunes, desde el tanatorio, el cantante Chus Pedro, muy afectado por la pérdida, explicaba cómo Paloma Toyos eligió precisamente su canción “Delina”, una de las más destacadas del disco “Agua de la fonte clara”. que Nuberu había publicado en 1993, para inaugurar las emisiones de aquel programa en Cadena Dial. A su lado, otro incombustible de la escena asturiana, el músico y promotor Béznar Arias confirmaba esa complicidad y sensibilidad de Paloma Toyos: “Siempre estuvo apoyando la jugada, lo que no era nada fácil por lo que les imponía Madrid. Pero siempre que tuvo la oportunidad, Paloma tiró por los míos”.

Otra compañera en las ondas, la presentadora Arantxa Nieto, quiso dar las gracias a su "querida Palo", al lado de la que trabajó durante varios años en Radio Asturias. "El micro nunca engaña", explicaba Nieto, "y así era ella; un huracán de energía y simpatía que no entendía términos como rendirse. La fuerza de la ilusión y el amor por el medio y la música la han convertido en un referente en los medios".

Los problemas de salud fueron obligando a Paloma Toyos a alejarse de los micros, aunque todavía, finalizada la etapa de Dial, volvería momentáneamente a Los 40. Ya jubilada, la enfermedad se le agravó en estos últimos meses. Deja hijo, Alejandro Toyos, y un nieto, Óliver, al que todavía pudo llegar a cuidar y abrazar.

La capilla ardiente ha quedado instalada en el tanatorio del Salvador donde este martes, a las doce del mediodía, se realizará un rito de despedida.