Teatinos, templo de Resurrección: Sanz Montes bendice el Cristo de la cofradía del barrio

Una abarrotadísima parroquia de Nuestra Señora de Covadonga, sede de la última cofradía local, acogió la liturgia en la que se presentó la talla

"Ante vosotros tenéis al Resucitado, la culminación de un proyecto de varios años que es hoy una realidad. Lo tenéis aquí, está en su casa; el Resucitado de Teatinos, de la parroquia de Nuestra Señora de Covadonga; es el Resucitado de Oviedo y procesionará por nuestra ciudad por caminos de gloria". Con esta pasión y fervor presentó ayer Graciano Maújo, el hermano mayor de la Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Sagrada Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, María Santísima de la Aurora y Virgen de Covadonga, la de los Resucitados, la imagen del Cristo Resucitado que desfilará en sus procesiones a partir de esta Semana Santa.

Una abarrotadísima parroquia de Nuestra Señora de Covadonga, en Teatinos, sede de la última cofradía local, acogió la liturgia en la que se presentó la talla. El arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, presidió la homilía y fue el encargado de bendecir la escultura de madera maciza que recorrerá las calles de Oviedo durante la Vigilia de Resurrección el Sábado Santo al anochecer y en la procesión de Cristo Resucitado el Domingo de Pascua.

"Es mucho más que una imagen de devoción", afirmó Maújo, para quien la llegada de la efigie a Oviedo es un "gran paso" para la nueva hermandad al tener, finalmente, una imagen propia. El hermano mayor de los Resucitados explicó que su cofradía ha padecido "sacrificios y contratiempos" a los que han hecho frente por el objetivo que ayer alcanzaron. Maújo también dio mérito a la labor del párroco de Nuestra Señora de Covadonga, José Ramón Castañón, "Pochi", al que se refirió como su "director espiritual". "Hoy tienes al Resucitado aquí, pero sin ti no estaría", manifestó, brindándole la escultura en la que Cristo avanza con la mano tendida mientras pisa una calavera con su pie rezagado como símbolo de la victoria sobre la muerte.

Sanz Montes, en el transcurso de la misa, definió la jornada de bendición de la pieza de imaginería como "muy importante" para la comunidad cristiana ovetense y, en especial, para la joven hermandad. El arzobispo también dio importancia al apoyo que el resto de cofradías de la capital de Asturias brindaron a los Resucitados y cómo les arroparon ayer, día de la puesta de largo del Cristo. En la parroquia estuvieron representantes de todas: la Cofradía de la Entrada de Jesús en Jerusalén, la Cofradía de Los Estudiantes, la Real Cofradía del Silencio y la Santa Cruz, la Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, la Hermandad de Jesús Cautivo, la Real y Trinitaria Archicofradía del Santo Encierro, la Antigua Cofradía Nuestra Señora de la Esperanza La Balesquida y la Hermandad del Señor de Los Milagros. "Hacéis una aportación hermosa a la vivencia cristiana", les reconoció el religioso.

El arzobispo dedicó unos momentos del discurso previo a la bendición de la talla a hablar sobre ella. Dio la enhorabuena por su construcción y la describió como "bellísima". "Lo más difícil de hacer es la mirada y las manos. Vale la pena prestar atención estas partes", recomendó, explayándose en que las palmas tienen dos agujeros "por los que se clavó la vida al madero de una muerte".

La autora de efigie, la imaginera gaditana Ana Rey, estuvo presente en la ceremonia y fue nombrada por el hermano mayor de los Resucitados, cofrade de honor de la agrupación. La artista agradeció a Sanz Montes y a "Pochi" su implicación. Transmitió a los feligreses que son "afortunados" de contar con personas como ellos. "La comunidad que hay aquí es envidiable, mantenedla porque es un tesoro". También agradeció la confianza de la cofradía en sus habilidades escultóricas y precisó que el Cristo está tallado casi "del bloque", es decir, de una pieza de madera maciza. La andaluza manifestó que espera que su obra se "disfrute mucho" por los ovetenses y los feligreses, que cerraron la ceremonia con el primer besapiés del Cristo Resucitado.

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