Riki se abre sobre su salida del Oviedo: "Tengo parte de culpa"

"El centro del campo de Carrión es una barbaridad", asegura el centrocampista del Albacete, que visita el viernes el Tartiere

Riki, esta temporada con el Albacete. | |  ALBACETE BALOMPIÉ

Riki, esta temporada con el Albacete. | | ALBACETE BALOMPIÉ / Xuan Fernández

Ricardo Rodríguez, "Riki" (Oviedo, 1997) se ha hecho mayor en el Albacete. Ahí dicen de él que es un "ídolo". Lo suyo le ha costado. Porque Riki, un talentoso centrocampista formado en el Oviedo, no encontró su sitio ni en el club de su ciudad ni en el Burgos. Entonces se encendió una luz en el Carlos Belmonte. Este viernes visita el Tartiere siendo uno de los mediocentros más utilizados de Segunda. Riki, al descubierto.

–Ha jugado todos los partidos de titular y todos completos salvo uno, ¿está en su mejor momento?

–Creo que me beneficia la forma de jugar del equipo y el míster confía en mí. Sí, estoy en un buen momento.

–¿Por qué ha despuntando en el Albacete?

–Si le digo la verdad, no lo sé. Llegué a Albacete un poco desanimado. Me estaba costando mucho asentarse en Segunda y en ese momento era bajar a Primera RFEF. Llegué, jugué, ascendimos en Riazor y ahora encontré esa continuidad.

–¿Dudó sobre su futuro cuando salió del Burgos?

–Siempre te entra alguna duda, pero yo llevaba entrenando mucho tiempo en plantillas de Segunda y mi nivel no era inferior al de al lado. Era cuestión de confianza, del míster que te tocase.

–En Oviedo era un talentoso mediapunta, ¿qué es en Albacete?

–Le diría que soy un "8", pero en salida de balón también tengo libertad para moverme entre los centrales y sacar el balón, como un pivote. En el Oviedo me faltaban conceptos defensivos. Los podría haber cogido, pero me faltaban. Aquí ya los tengo. Hay sitios que, como en Oviedo, quizá por la juventud, no se atreven a poner a jugadores de mi perfil en el doble pivote.

–De azul no jugó nunca de medio.

–Yo sabía que, por ejemplo, con el Cuco, por el sistema de juego que utilizaba, me iba a costar en ese doble pivote.

–¿Han cambiado sus rutinas?

–Sí. El cuerpo, a medida que cumples años, mejora. Dicen que cerca de los 29 años es cuando estás mejor físicamente. Pero lo importante también es entender bien el juego y mejorar.

–Ha despuntado con Rubén Albés. En cambio, tuvo otros de otro perfil, como el Cuco o Calero, con los que no se encontró. ¿Hay talento que se está quedando por el camino por culpa de entrenadores de este perfil?

–Creo que sí, que eso puede pasar, pero las dos partes tienen culpa, el jugador y el entrenador. En Segunda a veces pasa eso. Mire Marcelo Flores en el Oviedo, que se supone tenía un talento descomunal y nos quedamos sin verlo. O Montiel, que le costaba encadenar continuidad y luego en el Levante era top.

–En Segunda, ¿calidad o físico?

–El fútbol va evolucionando y cada día es más completo. Si no estás bien físicamente no llegas. En Segunda, lo normal no es tener tanto el balón, como quizá pasa en Primera División.

–¿Cómo juega el Albacete?

–Lo definiría como un estilo alegre y atrevido. Creo que se parece bastante al estilo del Oviedo. Saltamos a presionar, jugamos hacia adelante y hacemos ocasiones. No esperamos.

–Marca del entrenador, Rubén Albés.

–Lidera un cuerpo técnico joven, muy cercano con los futbolistas, que sabe diferenciar cuando estamos al fútbol o cuando a otras cosas. En lo futbolístico es atrevido, le gusta tener el balón, pero para algo, no para que haya pases hacia atrás.

–¿Por qué no encontró su sitio en el Oviedo?

–Tengo parte de culpa, pero fueron años donde no había estabilidad. Cuando llegué al primer equipo estaba Michu, luego Arnau, Rubén Reyes… Jugué con Egea, con Rozada… No me pilló el cambio de propiedad, pero no había estabilidad. Igual llegaba un entrenador que no contaba con un jugador y el club decía otra cosa, pero no había una línea.

–¿Qué aprendió con el Cuco?

–A nivel mental y competitivo me hizo crecer bastante y aprendí conceptos defensivos. Era más estático, me activaba solo con balón y aprendí a seguir el juego. La verdad que se hacía muy duro, en una vuelta no llegué a 100 minutos. También me pasó lo de la sanción que arrastraba del filial en el año del covid, que se paró la Segunda B y me quedé en el limbo, sin poder aportar en el primer equipo porque el club no se quería exponer a una alineación indebida.

–¿Ve al Oviedo actual, con tanta calidad en el medio, y en qué piensa?

–Lo mejor del equipo es ese centro del campo, que tiene que llevar el paso del partido siempre. En pocas plantillas tienes a Luismi, Jimmy, Camarasa, Seoane, Cazorla… Es una barbaridad.

–¿Qué partido imagina?

–Va a ser un partido guapo de ver, habrá bastantes ocasiones. El que se adelante antes... Diría que puede haber muchos goles.

–¿Qué pensó cuando se enteró de la marcha de Borja Sánchez?

–Me dio pena. Es de los mejores jugadores de la cantera del Oviedo con los que jugué. Borjita es una locura, pero hay que tenerlo siempre enchufado, darle cariño y tirar de él.

–¿Volverá al Oviedo?

–Bueno, no depende de mí. Estoy renovado con el Albacete hasta 2026 y ahora no pienso en eso, acabo de renovar. Ya se verá lo que pasa en un futuro, pero un futbolista siempre quiere jugar en el equipo de su ciudad.

–¿Celebraría un gol en el Tartiere?

–No. ¡Ni pa’ Dios! Igual salta mi hermano a cruzarme la cara (risas). No lo celebraría por respeto, porque el Oviedo es mi equipo y pasé mucho tiempo yendo al Tartiere.

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